Nos está atacando un bicho

Hace tiempo que me dice la gente que estoy muy negativo y que mis escritos rezuman melancolía o tristeza. Yo no lo creo. Lo que respiran mis escritos es la más absoluta realidad de lo que está pasando en este país. Es más, no solo en este país, sino en el mundo entero, creo.

No tengo mucho criterio para valorar objetivamente las circunstancias que rodean el día a día de las personas alemanas, chinas o americanas, o sus comportamientos rutinarios, pero sá voy a dar mi opinión sobre lo que yo creo que está pasando en España. Y lo que creo es que nos está atacando un virus. ¿Conocen ustedes ese bichito que anida en el estómago y que responde al nombre de helicobacter? ¿Ese que produce gastritis y úlceras en el estómago?

Pues creo que hay otro bicho más en nuestro interior. Creo que en el cerebro de los españoles ha entrado un bicho que come parte de nuestras neuronas o al menos las deja patidifusas. 

Coincidirán ustedes conmigo en que todos los inventos que aparecen en el mercado desde hace muchas décadas están hechos para que dejemos de pensar o de utilizar nuestra cabeza. Ya no retenemos nombres, ni teléfonos, ni direcciones, ni nos esforzamos en encontrar los sitios. Todo lo hacen por nosotros las nuevas tecnologías.

Pues bien, ahora, alguien nos ha metido en la cabeza una bacteria que poco a poco, lentamente, se apodera de nuestra capacidad de raciocinio y aceptamos y damos por buenas noticias e informaciones, que hace unos años lo único que hubiesen despertado en nosotros es una sonrisa irónica o incluso despectiva. Lo que es peor, aceptamos resignadamente que nos mientan y manipulen, sin que ello provoque ningún tipo de reacción al respeto.

Nos dicen que Blesa y Rato han realizado una labor impecable en Caja Madrid y en Bankia, y nos lo creemos. 

Leemos que Europa va a dar dinero a los bancos españoles sin exigir que lo destinen al crédito a empresarios y familias, y lo aplaudimos. 

Entramos en las redes sociales y leemos mentiras, insultos y ataques personales, y seguimos leyendo como si no hubiésemos leído nada. 

Las administraciones contratan con nosotros, hacemos el trabajo, no nos pagan y nos obligan a pagar el IVA, y lo aceptamos.

Reducen nuestros ingresos, aumentan nuestros impuestos personas que nunca en su vida han sabido lo que cuesta llegar a fin de mes, y seguimos votándolos.

No quiero seguir porque cada uno de ustedes me puede ayudar a terminar este articulo, con ejemplos sangrantes del uso y abuso que hacen unos y otros de nuestra resignación.

Coincidirán ustedes conmigo. Nos ha entrado un bicho que nos está llevando a asentir, comprender y asumir todo cuanto nos está pasando, sin ni siquiera esbozar una pequeña mueca de resignación o frustración por no ser capaces de decir basta.

Daniel Movilla. Secretario General de SCD.