El mundo a golpe de un 'clic'

Ayer tuve una larga conversación con un buen amigo mío, sobre la rapidez con la que están cambiando las cosas en el mundo de la comunicación y de la información. De la comunicación y de la información entendida desde un punto de vista global, no me refiero solo a los llamados medios tradicionales de comunicación o información.

Yo me levanto muy temprano; siempre lo he hecho. A las siete y media de la mañana ya estoy delante del ordenador, fisgando, leyendo e informándome. Es lógico que a las 9 de la mañana me haya leído mas de veinte noticias, artículos o comentarios de las cosas que más me han llamado la atención. Economía, Política y Sociedad a la velocidad de un 'clic' . Pero no solo eso, es que como ahora en todos los digitales hay unas pestañitas con la cuales puedes rebotar las noticias que lees,  pues aquellas que me parecen interesantes las publico en mi muro de Facebook, o en mi página de Twitter. Con lo cual, no solo me informo yo, sino que estoy informando de muchas cosas a mis seguidores o a mis amigos. Quienes a su vez, si les parecen interesantes, las rebotan a sus seguidores y amigos. Es decir, que una noticia, o un comentario importante, o de alguien importante, escrito a las 9 de la mañana, diez minutos después puede estar siendo leído por mas de cinco millones de personas. Créanselo.

Al mismo tiempo que esto sucede, tengo a mi lado el IPad y el IPhone, en los que tengo instaladas unas alarmas que me indican cuando alguien me envía un correo electrónico o incluso cuando alguien me ha nombrado en Twitter o ha hecho un comentario sobre mí en Facebook.

También tengo otro sistema de alarmas que me avisa si en cualquier parte del mundo alguien ha escrito un artículo, una noticia o un comentario sobre algún tema, persona o entidad que me interese o forme parte de mi vida profesional. Es una locura de verdad. Es la información absoluta, inmediata y libre. El mundo en el sofá de tu casa.

Claro, como ustedes comprenderán, cuando llega  la hora de comer y pongo las noticias en la televisión, o a las 10 de la noche, cuando pongo la radio, difícilmente me sorprenden, porque ya sé cómo está la prima de riesgo, sé lo que ha dicho Rajoy, conozco cómo cerró la bolsa e incluso sé si José Tomas torea en Badajoz o no. Todo me lo sé.  Todo.

Les cuento todo esto para que entiendan que el mundo ha cambiado profundamente. Y no hay vuelta atrás.  La capa de silencio que cubría en el pasado muchas noticias, era gruesa y permanente. Hoy eso es imposible. Imposible controlar la información. Imposible silenciar nada que tenga importancia. Todo se sabe esta tarde o mañana por la mañana. Y si hoy día algo no se cuenta en las redes sociales, es porque no tiene importancia.

Al poder, en general, no le gusta las redes sociales; no se encuentra cómodo en ellas, porque no las controla. Ellos, los de siempre, están acostumbrados a la información piramidal. Sus gabinetes soltaban la noticia cocinada desde arriba, fuese verdad, medio verdad, o una gran mentira. Y los medios de comunicación, según la ideología de cada cual, le daban más o menos eco y la ponían a disposición del ciudadano. Así se escribía la actualidad del país.

Hoy eso se acabó. Hoy, quiera el poder o no, las noticias vuelan con libertad por la red. Vuela la noticia, vuela el enfado y vuela la aprobación. La presión que ejercen las redes sociales no tiene precedentes. Allá arriba, donde reside el poder, hoy, aunque no quieran, se leen comentarios, se miden tendencias  y se toman decisiones según lo que ocurra en la red.  Un solo 'clic' tiene más poder que cuarenta sesudos asesores estratégicos buscando imágenes en los barcos, o tratando de vender arrepentimientos. Yo compro lo que quiero comprar,  y sigo  a quien quiero seguir. Y si me mienten, o me quieren manipular, puedo hacer 'clic' y se acabó.

Daniel Movilla