La minería entra en las Cortes y sale con pocas certezas

Otra vez la minería. Desde 1993 la espada de Damocles pende sobre el sector de la minería. Dos marchas negras a Madrid, innumerables movilizaciones, encierros y huelgas han puesto cada poco tiempo en pie de guerra a miles de personas en las cuencas mineras de León y Palencia. Se han puesto fechas de caducidad que se han ido alargando en el tiempo y que ahora se sitúa en el 2018. Desde el siglo pasado, ingentes cantidades de dinero, primero pesetas, después euros, han intentado, sin conseguirlo, buscar alternativas en las zonas en las que la minería era un cultivo único. Sin embargo, no se ha conseguido por muchas razones, desde las dificultades para hacer atractivas para la inversión las cuencas mineras, hasta la mala orientación que se ha dado a las ayudas que no siempre han tenido el mejor destino, o al menos, el más práctico. Y así nos llegamos a 2012, con una economía en la que el déficit ahoga las arcas públicas y no queda otra que recortar. Recortes que llegan al Plan del Carbón que ve como se evaporan 153 millones de euros con los que contaba el sector para 2012. "El debate sobre el futuro del carbón ha pasado a ser un debate sobre el presente", ha dicho este martes en las Cortes regionales Óscar López. Cierto, como también lo es que "el carbón tiene hueco en el futuro mix energético", según el consejero Villanueva. Los dos, Oposición y Junta están de acuerdo en el fondo, en lo fundamental, en la defensa del carbón en los despachos del Ministerio, pero siguen fallando las formas y se enredan en reproches mutuos sobre el pasado y el "y tú más". Y mientras, el tiempo corre en contra de las 5.000 familias que viven de la minería (15.000 más de los empleos indirectos que genera) en León y Palencia. Más de 300 personas han hablado con su presencia este jueves a las puertas de las Cortes regionales. Algunos, incluso, han escuchado el debate desde la tribuna del hemiciclo, pero todos se han ido con pocas certezas sobre su futuro.