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El territorio, ¿desordenado?

martes 22 de mayo de 2012, 23:57h
No es un buen comienzo que haya sido la aparición de una crisis económica sin precedente el detonante para poner el grito en el cielo y darnos cuenta de la situación real en que se encuentra nuestro medio rural; bien lo conocemos los agricultores y ganaderos que vivimos y hemos invertido nuestro futuro en él.

Castilla y León arrastra un deterioro social y económico en nuestros pueblos en el último medio siglo, que se ha acentuado a partir de los años ochenta, y como consecuencia de todo ello nos encontramos con un medio rural despoblado, con una población tremendamente envejecida y un desarrollo económico limitado con pocas perspectivas de crecimiento. Esta comunidad cuenta con 2.000 municipios con menos de 500 habitantes, que mantienen infraestructuras y servicios para dar cobertura a una población cuatro veces superior en periodos de vacaciones y fines de semana.

Los ciudadanos de Castilla y León, acertada o equivocadamente, están percibiendo que la Ordenación del Territorio ha centrado el debate en la eliminación, fusión o absorción de ayuntamientos, así como la desaparición de las diputaciones provinciales, generando preocupación y rechazo.

La Ordenación del Territorio debe propiciar un desarrollo económico que genere empleo digno  sobre la base de una actividad agraria en combinación de una industria agroalimentaria, reestructurando la administración, adelgazándola si es necesario, optimizando recursos con el fin de dar un servicio más cercano a los ciudadanos.

Un pasito para adelante percibimos con la creación de las mancomunidades que dieron respuestas a servicios básicos necesarios como la recogida de basuras o el abastecimiento de aguas para muchos municipios. La agrupación voluntaria de municipios en mancomunidades les permite afrontar proyectos comunes  que para los municipios pequeños es imposible de afrontar individualmente; éstas serían más eficaces si se las dotara de capacidad jurídica. Las mancomunidades pueden jugar un papel importante de servicio a los ciudadanos y de coordinación entre municipios sobre la base de un mapa territorial que potencie la comarca como elemento fundamental para acercar los servicios a los habitantes del medio rural. Una organización administrativa que reconozca la comarca, integradora de todos los municipios, igualaría en derechos a todos los ciudadanos, independientemente del municipio al que pertenezcan por pequeño que éste sea.

Para generar una economía que equipare a los habitantes del medio rural con el del medio urbano es necesario un modelo de desarrollo económico que potencie la implantación de un tejido empresarial, con la puesta en marcha de políticas activas de empleo y un modelo de fiscalidad neutra que venga a compensar las dificultades que tienen las empresas para ubicarse en pequeños municipios.

La PAC ha sido la oportunidad perdida para un verdadero desarrollo económico del medio rural; el injusto reparto de los fondos públicos, favoreciendo a los grandes propietarios y especuladores no vinculados al territorio en detrimento de los agricultores y ganaderos a Titulo Principal, propiciando el desmantelamiento de la actividad productiva, envejecimiento de la población rural y la falta de incorporación de jóvenes que garanticen el relevo generacional.

La Ordenación del Territorio debe tener en cuenta el reconocimiento del sector agrario como sector estratégico, eje fundamental de la economía de Castilla y León, vertebrador del desarrollo social y económico del medio rural que contribuye de manera decisiva al PIB de esta comunidad, produciendo alimentos en calidad y cantidad suficiente para la sociedad, gestionando el territorio de manera adecuada, respetando el medio ambiente, convirtiendo a nuestros pueblos con vida en el principal patrimonio de nuestra Comunidad Autónoma de Castilla y León.

Un nuevo modelo de organización territorial necesita de un amplio consenso; sus objetivos deben de ir encaminados a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos, y no centrarse exclusivamente en términos económicos de ahorro y eficiencia de los ayuntamientos de los pequeños municipios para justificar la desaparición de algunos de ellos. La Junta de Castilla y León se afana en negar la eliminación de las pequeñas corporaciones locales, pero no convence a los vecinos de estos municipios, que después de escuchar las declaraciones del presidente del gobierno central, entienden que para éste la Ordenación del Territorio pasa por la eliminación de un buen número de ayuntamientos. Solo queda la duda de qué  "viernes de dolores" será el escogido para tomar la decisión.

Aurelio Pérez Sánchez. Coordinador COAG-Castilla y León.
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