Más Estado y menos Mercado

Mi reflexión en el día de hoy se acerca a una cuestión que sin duda defiendo a capa y espada en todas las ocasiones en las que públicamente tengo posibilidad de hacerlo.

Considero que la actividad del agricultor y del ganadero sin duda es una de las más dignas. Producir alimentos para la humanidad debe ponerse en valor, máxime si tenemos en cuenta que 500 millones de ciudadanos necesitan alimentarse cada día en la Unión Europea, y otros muchos que en el mundo desgraciadamente no tienen que llevarse a la boca. 

Los profesionales agrarios ocupamos un territorio a veces hostil y duro al carecer entre otros, de servicios básicos, infraestructuras y nuevas tecnologías. De igual modo, mantenemos el medio ambiente y posibilitamos que siga viva la biodiversidad, además de mantener con vida miles de pequeños pueblos que de no estar habitados por agricultores y/o ganaderos estarían abandonados.

Producir alimentos sanos y de calidad con unas normas de trazabilidad muy estrictas y costosas debe servir para diferenciar estos alimentos de los producidos sin controles sanitarios que proceden de terceros países, y que por esto entre otras razones, pretenden establecer el rango de competitividad, pero... ¿A cambio de qué? ¿De explotar a los trabajadores? ¿De no reunir las garantías higiénico-sanitarias necesarias?

Todos debemos ser conscientes de que no pueden valer lo mismo los huevos puestos por "gallinas tristes que los huevos puestos por gallinas contentas" porque los costes no son los mismos. Producir alimentos de máxima calidad aplicando la condicionalidad y el bienestar animal impuesto por la Unión Europea debe ser un plus en valoración para quienes los producen y no solo para quienes los comercializan.

La globalización, el libre mercado y las políticas neoliberales están desestabilizando amplias zonas del planeta, no solo a nivel monetario, sino en la producción de alimentos como consecuencia de la especulación existente. El mercado está condicionando a la política, en lugar de que ésta ordene al mercado. No estoy hablando de intervención, sino de ordenarlo creando mecanismos que impidan la especulación de los grandes grupos financieros o cadenas de distribución. En la UPA somos partidarios de más Estado y menos Mercado, y quien prefiera competir el camino está trazado, pudiendo renunciar incluso a las ayudas compensatorias.

UPA y COAG, en unidad de acción a través de la Alianza por la Unidad del Campo, apostamos en nuestro trabajo diario por un modelo social agrario a favor de la explotación familiar, que es el modelo mayoritario en Castilla y León, y en la mayor parte de España.

Nuestro objetivo es revindicar un cambio del modelo especulativo fracasado de políticas neoliberales, por un modelo social participativo. Hay que trabajar para que se dé más valor al agricultor y ganadero como persona, que a la agricultura  y a ganadería como actividad, y hay que avanzar en la defensa de las explotaciones familiares y trabajar por conseguir la igualdad entre personas del medio rural indistintamente del sexo.

Sólo de esta forma se podrá dar respuesta a la mayor parte de las incertidumbres que hoy planean sobre nuestras cabezas.

Julio López Alonso. Secretario General de UPA CYL.