A pesar de los "elementos", Villalar es para todos

Hasta el tiempo ha dado la espalda este año a la celebración del Día de Castilla y León en Villalar de los Comuneros. Fuertes rachas de viento, lluvia y bastante frío restaron visitantes a la localidad vallisoletana. Si a eso se une que el ánimo no está para muchas celebraciones, a pesar del carácter reivindicativo del lugar (más adecuado para  el momento que nos ha tocado vivir) y que ni el primer mandatario de la Comunidad acabó el programa al que nos tenía ya acostumbrados (Herrera no llegó a entrar en la campa y, por lo tanto, mucho menos a las carpas donde otros años brindó con políticos y sindicalistas) el resultado ha sido un Día de Castilla y León en el municipio comunero un poco triste, igual el tiempo.

Es cierto que el presidente de la Junta tenía una importante cita en Madrid, a las cuatro y media de la tarde, con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al que es necesario plantear cuestiones vitales para la Comunidad, como la propia financiación autonómica. Pero también lo es que cuesta imaginar a Rajoy citando al lehendakari el Día del Aberri Eguna, o al presidente de la Generalitat en plena Diada. Los castellano y leoneses hemos sido siempre más dados a las obligaciones que a las fiestas, pero también hay que tener en cuenta que hay fiestas y fiestas y algunas son todo un símbolo que, por cierto, seguimos intentando extender a todos para que no sea sólo de unos pocos (o sea la izquierda). Villalar, con todo su aire reivindicativo, debería ser un punto de encuentro, se mire por donde ser mire (a la izquierda y a la derecha) y, para eso, tenemos que estar TODOS, aunque haya que soportar a cuatro impresentables que no entiendan de formas ni de educación, y mucho menos de democracia. O sea que el Día no va con ellos y sí con todos los demás.