Llegó el ajuste duro
sábado 31 de diciembre de 2011, 15:58h
Se discutía sobre si Mariano Rajoy y su Gobierno determinarían el ajuste
como regalo de fin de año, o si esperarían algunos pocos meses, para
tener más datos antes de hacer todos los cálculos. Rajoy, Guindos, Báñez
y Santamaría han aparecido este sábado en todas las primeras páginas de
los diarios para explicar que llegó el ajuste, sin mayor pérdida de
tiempo, y para empezar el áspero 2012. Además, los diarios son bastante
coincidentes, con la excepción de La Razón, que parece decidido a
convertirse o convalidarse como el diario gubernamental de nuestro
tiempo, y que ha titulado "el Gobierno de la verdad", ni más ni menos, ,
para explicar que el déficit oculto del 8 por 100 del Ejecutivo
socialista obliga a un ajuste urgente del gasto público de 8.900
millones y a una subida temporal del IRPF.
Ahí, pese a todo,
está la palabra del momento, ajuste, que, asimismo, aparece en casi
todos lo restantes diarios: Duro ajuste para empezar, proclama La
Vanguardia. Ajuste drástico ante una situación excepcionar, justifica
ABC. El Gobierno inicia el ajuste con un drástico hachazo fiscal, cuenta
El Mundo. Dice El País que Rajoy aprueba un ajuste histórico y una
subida general de impuestos. Y en la misma dirección van los grandes
titulares de La Gaceta -fuerte e inesperada subida de impuestos- o de
Público: Tijeretazo histórico de Rajoy, Menos derechos y más
impuestos... Lo que anticipan los grandes titulares viene luego avalado
por los correspondientes comentarios editoriales: El País habla de un
ajuste inquietante, en el que las primeras medidas económicas castigan
las rentas salariales y causarán una recesión duradera. El Mundo
prefiere destacar que Rajoy empieza el ajuste por el contribuyente, y
habla de juego peligroso. ABC, en cambio, sostiene que el plan de ajuste
era inevitable y se ha procurado que sea justo, solidario y, sobre
todo, temporal. También La Razón coincide en echar las culpas a la
herencia recibida:
El incumplimiento del déficit por el Gobierno
socialista obliga a subir los impuestos. Según La Vanguardia, un
profundo sentimiento de estupefacción general se extendió al conocer por
boca del nuevo gobierno que los problemas de la economía española son
aún mayores de lo que repensaba. El Consejo de ministros ha dejado un
sabor amargo en la calle, pero al menos fue valiente. En fin, La Gaceta
prefiere referirse "al antecesor: Zapatero, -culpable de todos los males
presentes-, no debe irse de rositas, Actuó con deslealtad al ocultar el
volumen de déficit. El anterior gobierno, insiste, es el responsable
del terrible desaguisado que aboca ahora al PP aplicar una traumática
cirugía...
Así están las cosas, en este final y principio de año,
en el que el gobierno recién estrenado se advierte ya en plenitud, sin
pausa alguna, posiblemente porque los verdaderos mandos de la Unión
aprietan y urgen a hacer las cosas con la mayor urgencia y sin medias
tintas. ¿A quién podría complacer que, sin previo aviso, e incluso
contra todo lo anunciado, se le suban los impuestos sobre la renta, o
sobre la propiedad de su vivienda, se congele por cuarto año el salario
de los funcionarios...? Desde luego, no aparece entre las novedades que
nos anuncian, el aumento de presión fiscal a las rentas más altas o a
los grandes capitales, en forma de impuesto -siquiera voluntario- sobre
las grandísimas fortunas, como en la Francia de Sarkozy...
Como
quienes, este primero de año, rompen el hielo y se arrojan al baño sin
comprobar antes si el agua está soportable ni para advertir que está
todo lo fría que se supone, debajo de la capa helada...