Rajoy ya hizo historia
sábado 31 de diciembre de 2011, 15:56h
El Gobierno de Rajoy anunció un tijeretazo -'montorazo'-- de esos que
hacen historia y cuya dimensión se ve acentuada por una subida
simultánea de impuestos. ¿Justificación? La desviación estimada del
déficit público: del 6% al 8% del PIB. ¿Valoración? "Es el inicio del
inicio", avisó la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, lo que
permite intuir que este recorte, el más duro de la democracia, irá
seguido de otros en 2012, ya con nuevos Presupuestos, puesto que para
rebajar el déficit al 4,4% en 2012, como exige Bruselas, habrá que
recortar 36.000 millones de euros. El PSOE habla de un plan "ineficiente
e injusto" pero es lo que hay.
Pongamos el plan del Consejo de
Ministros en contexto: el PIB de España es poco más de un billón de
euros y cada punto de déficit público equivale, por tanto, a 10.000
millones de euros. Si el déficit supera ya el 8%, hablamos de al menos
80.000 millones de euros, mientras que el déficit previsto era del 6%,
es decir, unos 60.000 millones. Por tanto, el déficit real arroja 20.000
millones más de diferencia, que hay que sumar a los 16.500 millones de
recorte anunciados por Rajoy en la investidura para poder rebajar el
déficit al 4,4% en 2012. ¿Clave del déficit 'oculto'? La desviación del
gasto en autonomías, ayuntamientos y Seguridad Social, ya que la
Administración central solo se desvió unas décimas del 4,8% previsto.
¿Receta de inicio? Gastar 8.900 millones de euros menos en 2012 e
incrementar los ingresos en 6.275 millones en 2012 y 2013. Y en marzo
más, es decir, con los nuevos Presupuestos será posible, por ejemplo,
aumentar el IVA y realizar ajustes adicionales. Los pensionistas también
pueden hacer números y ver cuánto les supone el aumento del 1% y cuánto
les llevará Hacienda con el nuevo IRPF. En la anterior subida fiscal,
el Gobierno de Zapatero había "subido" el IRPF con la eliminación de los
400 euros e incrementado el IVA, que aun así es inferior al de otros
países del entorno. Rajoy rematará la faena.
Es dudoso que este
plan, por sí solo, vaya a propiciar el crecimiento y a recuperar el
empleo; a lo sumo podría estar estimulando la formación de otra burbuja
inmobiliaria. Falta también un plan de lucha contra el fraude fiscal. En
definitiva, más que inversión y empleo, lo que se intuye de momento es
más recesión.