red.diariocritico.com

A todo quisque

Poderoso caballero...

Por Clemente Barahona Cordero
martes 15 de noviembre de 2011, 21:08h
"Madre, yo al oro me humillo." Así comienza esta letrilla satírica, que me sirve de introducción y título, del genial y no siempre valorado Francisco de Quevedo y Villegas, que de intrigas políticas y de dineros sabía mucho.
 
Si en Grecia nació la primitiva democracia en su ágora o plaza pública, de su lengua tomamos la palabra que significa gobierno del pueblo, ahora en Grecia comienza la agonía, la tragedia de todo un pueblo. Las noticias que un servidor lee sobre los recortes que están sufriendo los helenos son estremecedoras. Los de siempre, los trabajadores ven cómo sus salarios, los que lo tienen, van mermando a pasos agigantados, y los cubos de basura quedan más limpios que nunca. George Papandreou tuvo una ocurrencia demoniaca, digo, democrática, pero menos mal que estaban al quite la alemana y el francés, verdaderos cancerberos, para no consentir tal desfachatez o actitud irrespetuosa con Europa. La Europa raptada en su mitología, hoy les coloca un bozal de silencio y humillación. Porque ya saben que poderoso caballero es don dinero, ahora llamado sistema financiero.

Roma invadió,  conquistó y copió a Grecia todo menos su Democracia. Ahora, los italianos también viven su propia tragedia. El argumento de la tragedia clásica es la caída de un personaje importante. No, no me refiero a Berlusconi pues no merece tan alto título un individuo que siempre pensó más en su entrepierna que en los ciudadanos, convirtiéndose en una auténtica  caricatura grotesca del gobernante. El personaje es el pueblo italiano, liberado de un tirano moderno, pero angustiado por un futuro próximo muy poco halagüeño. Tanto en uno como en el otro país de la Europa del sur, los tecnócratas han tomado las riendas; personajes prácticos y un tanto grises que no tendrán en cuenta consideraciones políticas y menos sociales. Si  Esquilo, Sófocles o Eurípides que, en diversos momentos históricos, afrontaron los temas más sensibles de su época, vivieran hoy en Grecia, Roma, Hispania o Lusitania tendrían el argumento al alcance de sus ojos desorbitados. Ya saben ese dicho castellano que reza: "Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar". Nuestras barbas o las de Viriato llevan tiempo en agua fría, helada por los recortes 'necesarios' y reformas urgentes. Como la señora Merkel nos llamó vagos, ahora trabajaremos más años, cobrando salarios menguados y una jubilación, si llegamos, más triste  que un niño sin cumpleaños, como canta Sabina.

Dos velocidades en  Europa, eufemismo, para hablar de pobres y ricos. Los que nos quieren gobernar dicen que hacen falta buenos políticos, qué ingenuos y pobrecillos. Mientras tanto, nadie habla de Islandia. Como dice Marisol Pérez Santamarina es preferible estar sin calefacción, es decir, pasar frío que vivir humillados y sin dignidad. Recuerde el lector que también lloran los ricos. Y al final la muerte iguala a los grandes y a los chicos. Hace más de 500 años Jorge Manrique lo dejó escrito.

Clemente Barahona Cordero. Profesor y escritor.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios
ventana.flyLoaderQueue = ventana.flyLoaderQueue || [] ventana.flyLoaderQueue.push(()=>{ flyLoader.ejecutar([ { // Zona flotante aguas afuera ID de zona: 4536, contenedor: document.getElementById('fly_106846_4536') } ]) })