Corregir el rumbo y actualizar el Mercosur
lunes 20 de abril de 2015, 11:16h
Malas noticias: Brasil proyecta una inflación del 8%, y una
caída del 1% de su P.B.I. para el 2015; la presidenta Dilma Rousseff tiene
menos del 20% de imagen positiva y se ha quebrado la alianza entre el PMDB y el
PT. Ambos Jefes Históricos -Fernando H. Cardoso y Lula - han tenido que salir
al unísono para parar los irresponsables pedidos de juicio político a Rousseff.
Los recortes presupuestarios y la recesión tendrán un impacto negativo sobre el
ya alicaído comercio bilateral entre Argentina y Brasil: lo que fue casi U$S
40.000 millones en el 2011, alcanzó a sólo U$S 28.000 millones en el 2014. Para
el 2015, la recesión y la devaluación del real no nos plantean un panorama
auspicioso.
Ya se levantan voces que sugieren la "inconveniencia" de
"seguir pegados al Brasil" sin entender que: 1) nuestra situación estructural
es mucho más delicada que la brasilera, 2) que nuestro "lugar en el mundo" es
Sudamérica y que Brasil es (y seguirá siendo) nuestro primer socio comercial,
3) para poder negociar con los E.E.U.U., Europa o China, necesitamos consolidar
nuestro posicionamiento regional, 4) Argentina es el 0.3% del comercio mundial.
Brasil -séptima economía mundial- es sólo el 1.4%. Juntos no alcanzamos el 2%.
No entender que, divididos, somos insignificantes, es una reflexión necesaria
tanto en Argentina como en Brasil. Por estas y muchas otras razones, deberíamos
entender que el 2016 será un año clave para fortalecer nuestra asociación
estratégica. Combatir juntos las deficiencias estructurales y coyunturales en
un momento difícil, es la mejor respuesta que podemos dar en el presente, de
cara al futuro. ¿Qué hacer?: 1) Armonizar nuestras políticas comerciales y
monetarias fortaleciendo la relación entre nuestros Bancos Centrales, los
Mercados de Valores y nuestras empresas privadas 3) consolidar nuestro carácter
"bioceánico" y sudamericano, estrechando lazos con Chile, Perú, Ecuador y
Colombia, 4) "sincerar" la relación bilateral al punto de acordar una masa
crítica importante de temas, tal como lo exige la ambiciosa definición de
"aliados estratégicos prioritarios". Esas son las pautas que debemos
desarrollar desde el día uno de la próxima administración.
En el segundo quinquenio de los 80's, Raúl Alfonsín y José
Sarney establecieron las bases del esquema integrador entre nuestras dos
grandes naciones. Tuvieron el coraje de empezar asociando nuestras políticas
nucleares (diseñadas en los 50's para competir y, eventualmente, enfrentarnos
militarmente) en una agencia de control supra-nacional (la Abacc, con sede en Río de
Janeiro) y modificar para siempre el eje confrontativo para pasar a la
cooperación y la complementación. Luego fueron Carlos Menem y Fernando H.
Cardoso quienes avanzaron en la construcción del Mercorsur y la Unasur, con un objetivo
claro: la integración de toda América del Sur. Néstor y Cristina Kirchner, con
Lula y Dilma, siguieron este mismo camino, pero se equivocaron al desvalorizar
a Chile, Perú y Colombia y privilegiar a Hugo Chávez y su proyecto autoritario
y populista. Quedamos así fuera de las grandes negociaciones multilaterales de
libre comercio que hoy se están desarrollando tanto entre los países del
Asia-Pacífico con sus pares americanos del norte y del sur así como las del
lado Atlántico entre los EEUU y la Union Europea.
Nosotros tendremos ahora que corregir el rumbo y sintetizar
en un proyecto común a toda la región, prohijando una combinación de "Zona de
libre Comercio" con "Agencias Especializadas Supranacionales" en materias como
Defensa común, Medioambiente, Seguridad alimentaria, Sanidad animal y vegetal e
Integración Energética. El "Viejo Mercosur" debe actualizarse combinando
flexibilidad negociadora comercial con fuerte integración de infraestructuras
físicas. La gran "Nación de Naciones Sudamericana" puede estar a la vuelta de
la esquina - si no nos equivocamos nuevamente- o volver a ser una quimera
inalcanzable o una mera retórica discursiva. Ser parte del mundo que avanza y
participar en su diseño, requiere construir los instrumentos públicos y
privados que nos permitan sentarnos como iguales con los otros actores que ya
han hecho lo suyo.
Diego Guelar
Ex embajador en los EE.UU. y Brasil. Secretario de RR. II.
del PRO