Una catástrofe que no fue
jueves 01 de enero de 2015, 09:49h
Desde hace meses, los pusilánimes, sumisos, facilitadores de
los saqueos que sufrió la Argentina en las décadas neoliberales, desde 1976,
nos anunciaron las plagas infecciosas de la deuda externa, supuestamente mal
manejada, que después de haber reestrucuturado con una quita del 70%, con el
93% de los acreedores aceptando, en un ataque coordinado los fondos buitres y
la justicia venal estadounidense, intentaron doblar la voluntad nacional
soberana, someter a los argentinos a una nueva crisis política y económica,
desplazar un gobierno nacional y popular, para retomar el sendero del
colonialismo cultural y económico de los centros de poder mundial, liderados
por EEUU y la Unión Europea, pero sometidos ellos mismos a los designios del
monstruo que ellos mismos crearon, como el poder financiero internacional
supranacional, que somete y humilla a los pueblos del mundo.
Así que este tiempo los argentinos nos vimos sometidos a los
expertos de todos los tiempos, sus majestades "los economistas", que
nos explicaban las ventajas de pagar el fallo Griesa, que nuestro país no podía
quedar fuera del mundo, que no éramos un país serio, que la economía iba a
quebrar, la desocupación, el cierre de fábricas, la estrangulación del sector
externo, la falta de divisas eran los escenarios no sólo anunciandos, sino
auspiciados por ellos mismos.Esos mismos economistas que propician el
endeudamiento, porque de ahí cobran , se enriquecen, aumentan sus contactos
internacionales, su relación con los organismos de créditos multilaterales, que
en definitiva son aquellos que los cobijan cuando los gobiernos populares los
desplazan de los centros de poder, que manejaban en los tiempos neoliberales.
De haber pagado según lo aconsejado por estos verdaderos
cipayos, sin dudas nos hubiésemos visto sometidos primero a la claúsula RUFO,
que obligaba a la Argentina a renegociar
con todos aquellos que habían aceptado los canjes del 2005 y el 2010, que llevaron
a nuestro país al menor nivel de endeudamiento sobre el PBI, en las últimas
décadas. En segundo lugar el saqueo sobre las reservas dejaba a nuestro país en
situación de una nueva convocatoria de acreedores, llamada entre países
Defualt, como la ocurrida en el 2001, en plena crisis. Tercero ponía en marcha
mecanismos negociadores sobre temas externos a los buitres, como nuevos
endeudamientos, avanzar sobre Vaca Muerta, reprivatizar Aerolíneas ahora ya
saneada, después de haber sido saqueada por los españoles hoy presos en su país
por estafadores, cosa poco publicada en la Argentina. Cuarto hería de muerte
elmodelo económico que nos permitió en la última década no sólo recuperar la
macroeconomía, sino crear trabajo, ampliar derechos sociales, desarrollar el
polo científico tecnológico y tener cobertura universal previsional, único país
en el mundo en tener ese índice de mejoramiento social, en el marco de la
inclusión.
Como vemos nada de eso sucedió, ni hubo catástrofes, ni
crisis, ni caídas de la economía, ni despidos masivos, ni pérdida del valor
adquisitivo del pueblo, que después de tantos años, puede acceder a pasar sus
fiestas de fin de año en paz, con sus familias, con sus festejos algunos
abundantes , otros humildes pero sin otro escenario que el de seguir
preservando lo conseguido, apuntalando lo logrado, descreyendo de los agoreros,
los anunciadores de catástrofes que nunca suceden, pero que intentan llenar de
temor la vida de los argentinos, haciéndonos creer que somos el peor país del
mundo, que en ningún otro lado hay crímenes y asaltos como aquí, que no podemos
competir con los centros de poder, que debemos claudicar en nuestras ansias de
industrializar el país, para agregar mano de obra argentina a nuestra capacidad
inagotable de producir bienes primarios, desde granos a ganado, desde petróleo
a agua dulce, todos elementos que abren el apetito de los imperios, como lo
anunció el General Perón en el Modelo Argentino para un Proyecto Nacional, el
primero de mayo de 1974, que hoy estamos haciendo realidad, con mucho por
recorrer todavía, pero en camino correcto, identitario, nacional popular,
latinoamericano que desde el 2003, encabezan priemro Néstor y después Cristina,
haciendo honor a la premisa peronista, primero está la Patria, después el
Movimiento y por último los hombres, siendo nuestra responsabilidad el pueblo
argentino, sus ilusiones, sus anhelos, sus sueños en ese hermoso andar de
construir la felicidad del pueblo y la grandeza de la Nación
JORGE RACHID