Energía: la crisis se agrava con el calor y las fiestas
viernes 12 de diciembre de 2014, 17:22h
El Jefe de Gabinete informó el 28 de noviembre que el
Gobierno presentó una denuncia contra la empresa Edenor a raíz de un corte de
luz que afectó a 140.000 usuarios el día jueves 27 de noviembre y ante la
insuficiencia de la información dada por la empresa. Con los primeros calores,
y todavía en primavera, los cortes muestran que el sistema sigue al borde del colapso,
y ello nos trae el recuerdo de unas fiestas poco apacibles en 2013, con
inconvenientes muy graves que se extendieron a enero de 2014. Se trata de un
síntoma clásico: la demanda máxima no puede ser abastecida por el sistema
eléctrico; se producen los cortes; los diarios que no dependen del Gobierno
transparentan el hecho; el Gobierno hace la denuncia y mira para otro lado.
Es grotesco: el Gobierno acusa a la Empresa de no informar;
pero el ENRE -organismo del Estado intervenido por el gobierno- tampoco
informa: el último Informe Anual sobre el funcionamiento del sector eléctrico
emitido es de 2011; o sea tres años de atraso para informar cómo funciona el
sector eléctrico. Esto sí que es "no informar".
El hecho sirve para que no olvidemos la crítica situación
energética que se agrava día a día; y para señalar que por sus características
constituirá un pasivo sin resolver que el Gobierno de los presidentes Kirchner
transferirá al gobierno entrante en 2015.
Me interesa remarcar que el levantamiento de este
"pasivo" no será postergable y su eliminación será costosa y de larga
duración. El secreto para su resolución es que el próximo presidente sea
consciente de esto mucho antes de ponerse la banda.
El sector energético a fines de 2014 presenta otras características
muy negativas largamente anticipadas y siempre negadas por el funcionariado.
Las sintetizo: la producción de petróleo y gas natural sigue declinando: según
datos oficiales en el acumulado de los 10 meses del año 2014 la producción de
gas natural es 0,7% inferior a la del mismo período de 2013 y la de petróleo un
1,5% menor. Las caídas con respecto al año 2012 son aún muchísimo mayores.
Conclusión: a pesar del relato, continúa la decadencia
productiva.
Un dato adicional y poco conocido es que la producción de
Vaca Muerta que algunos, al analizarla fuera de contexto comparativo alguno, la
consideran como la gran esperanza Argentina, representa hoy solo el 2% de la
producción total de hidrocarburos de Argentina.
El panorama no estaría completo si no dijéramos que la
última información publicada por la Secretaría de Energía respecto a reservas
comprobadas de hidrocarburos - la verdadera riqueza de un país petrolero-
indica que no se ha producido en 2013 el hallazgo de nuevos yacimientos como
para pensar que nuestra actual penuria puede ser modificada en el corto plazo.
Desde otro punto de vista es necesario mencionar que las
importaciones energéticas, aún en recesión y con menor demanda de productos
refinados, incrementan la balanza comercial negativa del sector energético por
sobre la de 2013. El sector energético demanda cada vez más dólares aún con
baja de los precios internacionales.
Sigue siendo particularmente alarmante, y de hecho
constituye una variable totalmente fuera de control por parte del Gobierno, el
crecimiento de los subsidios. Según la información publicada por ASAP a octubre
de 2014, los subsidios energéticos ascienden a 106.565 millones de pesos; han
crecido el 79% respecto al año anterior, un valor que supera largamente a la
inflación con cualquier indicador que esta se mida.
Podemos estimar que este año el total de subsidios ascenderá
a unos 125.000 millones de pesos, lo que significa al cambio oficial unos
15.000 millones de dólares, un orden de magnitud similar al déficit
presupuestario total, que se financia con emisión monetaria y posiblemente sea
el principal fogonero de la inflación.
Lo paradójico es que este déficit energético resulta
socialmente injusto, porque subsidia a los sectores de la sociedad que no lo
necesitan. Estimo que los subsidios socialmente necesarios no superarían el 20%
de esa astronómica cifra que el Gobierno con ignorancia y continuidad alcanzó.
Dicho esto me interesa finalizar este artículo con una
fórmula propositiva: 1) hay que hacer un cambio sustantivo de política
energética; 2) la eliminación de los subsidios socialmente innecesarios
mejorará el funcionamiento macroeconómico; 3) la eliminación de los subsidios y
la canalización de estos fondos liberados a fines socialmente productivos nos
elevará como Nación (mejoras en los campos de la infraestructura; la vivienda
social; el transporte público por ferrocarriles; etc.); 4) es necesario
abandonar el voluntarismo y asumir que Vaca Muerta puede ser parte de la
solución pero nunca la solución integral a nuestro profundo problema
energético.
Finalmente, sería fundamental que el Gobierno que fenece
asuma su propia finitud y explore canales de diálogo con los que vienen:
necesitamos una política de Estado y el Gobierno no lo quiere reconocer y nos
perjudica a todos.