jueves 11 de diciembre de 2014, 12:21h
La caída del precio del petróleo y sus consecuencias sobre
"el modelo". Elecciones en el parlamento del Mercosur, el oportunismo
político del kirchnerismo y las consecuencias sobre la oposición. El frente
judicial y los desequilibrios macroeconómicos, talón de Aquiles de un peronismo
en transición.
A las puertas de una era sin energía fósil, el precio y la
existencia de los hidrocarburos siguen marcando el pulso de la economía
mundial. Así, el precio del petróleo se derrumbó un 40 por ciento desde junio
de este año y no parece encontrar el piso. El barril del World Texas
Intermediate (WTI) se cotiza a menos de 61 dólares, un valor que no alcanzaba
desde mediados del 2009.
Una parte importante de la explicación a la expansión de la
oferta, causante de la abrupta baja del precio del crudo, proviene de la
producción de los yacimientos no convencionales de América del Norte y de la
recuperación de la producción de Libia, sobrepuesta de la guerra civil que
disolviera el régimen de Muhamar Khadafi. Este incremento de la oferta se
combinó con la disminución de la actividad industrial en los centros de Europa,
China y Japón.
Más allá de la duración de este nivel de precios bajos,
podemos analizar algunos impactos significativos. En primer término, la
transferencia de recursos desde países productores/exportadores de petróleo
hacia países consumidores/importadores de productos energéticos tendrá un
efecto expansivo sobre el nivel de actividad global. Y, segundo, disminuirán
los ya exiguos índices de inflación, ampliando el espacio para la adopción de
estrategias monetarias expansivas - en el caso de la UE - o postergando el
aumento de las tasas de interés, en el caso de los Estados Unidos. Por otro
lado, la disminución de la rentabilidad de la actividad petrolera puede afectar
la liquidez de los mercados financieros internacionales que habitualmente se
sirven de los excedentes de esta actividad. En el caso de YPF ya se registra
una caída del 8 por ciento en la cotización de su acción en Wall Street.
En Latinoamérica se registrarán cambios importantes - y
negativos - para economías como las de Venezuela, Ecuador, Colombia y México,
en los que las exportaciones de hidrocarburos son centrales en su balanza
comercial. Por el contrario, esta situación implica un alivio para países
centroamericanos, así como para Chile, Perú, Paraguay y Uruguay, por su
carácter de economías importadoras de combustibles. En Argentina y también en
Brasil, la evolución reciente de los precios del petróleo comienza a arrojar
dudas sobre la viabilidad de proyectos de inversión vinculados con esta
actividad.
En nuestro país, con un modelo económico empecinado en
desligar los precios internacionales de los nacionales - como el "trillado"
caso del trigo - generando todo tipo de distorsiones, la baja del precio del
crudo no se refleja en una baja del costo de los combustibles en el mercado
local. En cinco años la Argentina pasó de tener el combustible más barato de la
región, al más caro. Si bien descomprimirá el déficit energético crónico que
viene arrastrando en los últimos años, los incentivos para la producción local,
verbigracia Vaca Muerta, caen, a la vez que suben los de la importación.
En cualquier caso, la baja del crudo deprecia a las materias
primas en general, situación que afectará la entrada de dólares por
exportaciones en el año 2015, año en el que los vencimientos de deuda aumentarán
la escasez de la divisa.
Una elección más en 2015
La Cámara de Senadores intentará aprobar en una insólita
sesión del 30 de diciembre el proyecto que contempla las elecciones de
diputados del Mercosur junto a las presidenciales, frente al acuerdo de todo el
arco opositor para enfrentar la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner.
El autor del proyecto y apoderado del PJ, Jorge Landau,
parece haber apuntado a la búsqueda de fueros para evitar una peregrinación por
los tribunales apenas la presidente deje su sillón presidencial. Es dudoso que
el Parlasur otorgue ese tipo de inmunidades, con lo que la que la intención
principal de la maniobra oficialista sería la de poner a la presidente como
cabeza de boleta con diversos candidatos del FpV, seguida de un listado de
aspirantes a diputados, en su mayoría de La Cámpora. Es decir, traccionar votos
para el proyecto de un kirchnerismo en la oposición, afincado en el Poder
Legislativo.
Como contrapartida de este movimiento, los partidos de la
oposición evaluarán si están frente a un amague oficialista o a una decisión
firme. En este último caso, es probable que se decida construir un lista única
de fuerzas que no acompañan al proyecto kirchnerista, tal como ocurriera el año
pasado con el llamado intento de "democratizar la justicia".
Ahora, el oficialismo tiene el control de los tiempos.
Podría llevar la fecha de la elección de diputados del Mercosur y hasta decidir
la ubicación de las boletas -antes o después de la fórmula presidencial -
reglamentando la ley que aún no ha visto la luz.
Mantener el statu quo
Una gestión económica que se precia de revolucionaria está
haciendo malabares para mantener las cosas como están, al menos hasta fines del
2015, momento en que un nuevo gobierno tenga que cargar con los desequilibrios
macroeconómicos en los que la administración de Cristina Fernández ha metido a
la Argentina.
El nuevo presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, en
su paso por el Senado que trata su pliego, aseguró que no devaluará el peso -
pese a que lo hace todos los días en dosis homeopáticas - y trazó un nivel
inflacionario bajo, como si este fuera un gobierno recién llegado capaz de
generar expectativas en torno a este asunto delicado.
Por su parte, Axel Kicillof anunció de manera inesperada, la
recompra y canje voluntario del Boden 2015. La propuesta presentada por el
ministro es el adelantamiento del vencimiento de octubre del año que viene por
un valor de 6.100 millones de dólares. Para el pago se pondrá a consideración
de los tenedores del Boden 2015, efectivo y una emisión de unos 3.000 millones
de dólares en Bonar 2024, con una atractiva tasa de casi el 9 por ciento en
dólares, muy superior a las que pagaron recientemente Bolivia o Paraguay.
Los inversores institucionales han respondido bien a estas
propuestas del Ministerio de economía, habrá que ver si el 50 por ciento
restante de ese canje es absorbido por los tenedores particulares. El carácter
optativo de este adelanto de canje, abre una expectativa con respecto a su
éxito en ese actor del mercado de bonos.
Con esta maniobra, Kicillof intenta remover un obstáculo
económico, como lo es el mayor vencimiento de deuda pública del año, que además
allanaría el camino de la campaña electoral que coincide con el mes de
vencimiento original. Por otro lado, en caso de no llegar a un acuerdo con los
holdouts a partir de enero, el anticipo del canje descomprimiría la
incertidumbre respecto de un eventual default de la deuda bajo legislación
local.
Por último, el anuncio apoya la decisión pregonada de no
devaluar. Sin embargo, el riesgo devaluatorio seguirá latente, considerando que
el 2015 es un año electoral en el que el déficit fiscal aumenta, por lo
general, con su imprescindible emisión de pesos y la presión sobre la carrera
de precios/salarios.
El otro frente sobre el que el kirchnerismo pone el ojo, es
el judicial. Las causas contra el vicepresidente Amado Boudou continúan y se
agrega la de Hotesur que involucra en forma directa a la familia presidencial.
La sanción del nuevo Código Procesal es parte de esa pelea entre el
kirchnerismo y el Poder Judicial al que busca condicionar desde el control de
la iniciativa de investigación en mano de fiscales que serán designados por la
procuradora Alejandra Gils Carbó.
Mientras tanto, el juez Claudio Bonadío, fue sancionado por
investigar la trama del supuesto lavado de dinero que salpica a Cristina
Fernández, denunciada por Margarita Stolbizer, de forma indirecta. La causa
involucra a Lázaro Báez y a Néstor Kirchner, inmortalizado esta semana, en
Ecuador, en una escultura que capta su esencia. Omar Villalba, el artista
encargado de la obra lo muestra inconfundiblemente entrazado, aunque sonriente,
a diferencia de la que hiciera y emplazara en Río Gallegos, con rostro adusto.
Un rictus que le sienta a este momento político y social de la Argentina.