sábado 16 de agosto de 2014, 12:18h
El paradigma neoliberal de la salud es que "solo la
enfermedad genera ganancias", el paradigma nuestro, Carrillista es de la
medicina social, que apuntala la salud, como derecho humano esencial y el
capital humano mas valioso de una sociedad.
Pese a que a todos nos parece natural, que cuidemos nuestra
salud, que el estado se ocupe de generar las condiciones de vida que lo
permitan, que preservemos a nuestros seres queridos de hábitos perniciosos, no
podemos sin embargo, evadirnos de la carga publicitaria, marketing,
informaciones y nuevas técnicas, que cada día nos llevan a acceder a cuestiones
que ilusionan y predisponen al consumo médico asistencial, aunque no lo
necesitemos.
Es que el tema salud-enfermedad, genera sin dudas uno de los
impulsos motivadores que mas movilizan la población y asi se han instalado por
períodos, modas de bellezas como la moda light, que llevó a no pocas jóvenes
anoréxicas y bulímicas a la muerte. Lo mismo sucede con la alimentación que
auspicia la comida chatarra y luego propagandiza los medicamentos para combatir
el colesterol, o la cirugía bariática para adelgazar. Todo detrás del dinero,
primero te enfermo, te hago consumista, te propongo jugar y te medico para la
ludopatía, te ofrezco el shoping y te financio, para eso te entrego una tarjeta
gratis, después te doy la prepaga con cuotas bonificadas. No sabés cuanto
pagás, ni para que te sirve, ni como lo usás todo lo que tenés, pero ya sos
cautivo, rehén de una realidad de la cual es difícil salir.
En esa teoría del Mercado salvaje, se mueve la industria
farmaceútica, con un éxito en función de sus intereses que hace que la
Argentina sea el país que mas gasta en medicamentos en el mundo, en función de
la inversión total en "salud", que llega al 32%, mientras que la
mayoría de los países invierte entre 9% y el 15% en medicamentos. Tomemos en
cuenta que el 20% de esa masa impresionante de dinero , es gasto de bolsillo de
la población, dinero que se utiliza en paliar dolencias, podría estar destinado
a alimentación, gastos recreativos y otros de calidad de vida. Esa inversión al
día de hoy alcanza los 65 mil millones de pesos por año, que se lleva la industria
farmaceútica.
Esto ha llevado a la "medicalización", que es el
término que define una cultura del medicamento, instalado por la fuerza
neoliberal del marketing que actúa por métodos directos e indirectos, sobre
nuestro pueblo a través de los medios de comunicación con publicidad
sintomatológica, es decir automedicarse por síntomas, prohibida en todo el
mundo, que lleva a la "iatrogenia medicamentosa", que es la
enfermedad producida por los médicos, en este caso por los medicamentos. Casi
el 16% de las internaciones del segundo nivel sanitario, son producto de los
efectos secundarios de los medicamentos autocomprados o recetados. Hemos
medicado los afectos, los duelos, las alegrías, la soledad, la tristeza entre
otras, como actividades biológicas normales como para dormir, estar despierto,
tener energías, aumentar la concentración entre otras.
Por otro lado la campaña despiada sobre los llamados
genéricos que han realizado los laboratorios, ha llevado a la población a
descreer de los mismos, como si en nuestro país hubiese medicamentos "para
pobres y para ricos". Nada más lejos de la realidad, otra mentira
mediática, de las tantas que padecemos diariamente en la carrera del consumismo
salvaje.
Los medicamentos que se expenden en todas las farmacias del
país, con número de lote, trazabilidad establecida por ley, autorización con
certificación del ANMAT (administración nacional de medicamentos, alimentos y
tecnologías), todos con muestras museo que miden la estabilidad. Además todas
las materias primas son compradas en los mismos lugares China e India, se
producen de la misma manera, con protocolos internacionales y buenas prácticas
farmaceúticas, con los mismos controles de calidad, exhibiendo las mismas
condiciones de bioseguridad y biodisponibilidad, es decir propiedades clínicas.
¿Entonces porqué un simil o copia o genérico, vale el 1.000%
más que una copia? Porque tienen incorporado los laboratorios en sus
estructuras de costos la inversión publicitaria y las acciones directas e
indirectas de estímulos médicos, desde congresos en las Islas Vírgenes hasta
dinero en efectivo por receta, cuestión prohibida en otros países y sancionada
con el retiro de matrícula profesional.
Son los mismos laboratorios que cuestionan la ley de
abastecimiento, que les obligará a exibir sus estructuras de costos, sus
niveles de ganancias que son superiores a cualquier otra cadena de valor de la
industria. No quieren mostrar sus manejos espúreos que dañan al conjunto de la
población y deterioran el desarrollo de la actividad médica y farmaceutica, que
se ven coaptados por un sector que se muestra con poder hegemónico.
Los medicamentos y la tecnología médica han desfinanciado
los sistemas solidarios de salud, que son cuatro: las obras sociales
sindicales, las obras sociales provinciales, el PAMI y el hospital público, que
en conjunto constituyen el 90% de la inversión social en salud, pese a lo cual
los sectores prestadores, desde los laboratorios hasta los diagnósticos por
imágenes, son quienes fijan los precios, quienes sobre ofertan estudios y
medicamentos en actitud de mercado, cuando nada existe mas lejano al mercado,
que las políticas de salud. El mercado sin estado, es mercado negro y en salud
es mercado muerte.
Por lo tanto nos debemos un debate pendiente sobre las
políticas de salud, que nos permitan recuperar soberanía en salud, ya que la
dependencia que existe hoy en medicamentos, sumado a la fragmentación producida
por los planes del Banco Mundial que han llevado a la municipalización
hospitalaria, a la intrusión de las prepagas en las obras sociales, el
gerenciamiento por sectores prestadores de los sistemas solidarios y el
alejamiento de la humanidad necesaria del ejercicio profesional, por presión en
la atención, por presión de la industria, por presión salarial y por
prepotencia publicitaria que demanda desde el paciente, hacen imposible tomar
decisiones sin alterar el panorama actual..
En este sentido nuestro gobierno ha avanzado en aspectos
sustanciales, poco conocidos sobre la prevención y humanización del sistema: la
AUH uno de los instrumentos fundantes de la prevención con 19 vacunas
obligatorias y escolarización, ley de genéricos, ley de producción pública de
medicamentos, ley de trazabilidad, ley de derechos de los pacientes, ley de
fertilización asistida, ley de muerte digna entre otras que han puesto proa a
un nuevo esquema nacional de salud, que recupere la concepción fundante de
Ramón Carrillo, padre de la medicina social al crear la Secretaría de Salud
Comunitaria, abocada a la atención primaria de la salud, en su concepción de
Comunidad Organizada de auténtico sello democratizador del conocimiento y
participación activa de la población.