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Histórico siete a uno que lo ubica en la final

Alemania destrozó a Brasil

Alemania destrozó a Brasil

martes 08 de julio de 2014, 20:54h
Con cinco minutos arrasadores, donde convirtió cuatro goles, Alemania se aprovechó de un desconcertado seleccionado de Brasil y con el 7 a 1 concretado, dejó sin ilusión a un país que depositaba todas sus ilusiones en un equipo que nunca dio una buena imagen en el torneo.
Brasil, que llegaba con la ausencia de su gran figura Neymar, no pudo reponerse del golpe que significó esa pérdida, y en su peor partido de la historia sufrió a una Alemania que aprovechó todas las ventajas dadas, para llegar a un histórico siete a uno, que podría haber sido aún mayor.
 
La selección alemana escribió uno de los capítulos más brillantes de la historia de los Mundiales tras humillar (1-7) a Brasil, en su campeonato y ante su público, gracias a veinte minutos primorosos en la primera mitad que supuso la humillación de la 'canarinha', indolente y sin argumentos ante la exhibición germana.
 
   Alemania fue, una máquina perfecta. Fiel a su historia, el equipo puso en su sitio a Brasil. Descuartizó la apuesta de Scolari y sentenció su presencia en la final, la octava de su historia y la posibilidad de levantar su cuarto título.  
  
   En Belo Horizonte, los alemanes pasaron por encima de Brasil en 18 minutos que quedarán para la historia. Sin Neymar ni Thiago Silva, los cuales acusó en exceso la pentacampeona, la anfitriona perdió a los únicos que los sostenían en el Mundial.
 
   La definición por penales ante Chile, en un mal partido, y la temprana ventaja ante Colombia, dieron licencia a Brasil para seguir su travesía. Un equipo alejado del 'jogo bonito' que definió el 'futebol' brasilero por los siglos de los siglos. En nada se parece Fred a Ronaldo o Romario, fantasía pura.
 
   Müller abrió la cuenta a los 11 minutos, tras rematar sin oposición un córner en el corazón del área. El gol pareció activar a los de Scolari, pero ocurrió todo lo contrario. Klose, diez minutos después, consolidó la apuesta germana con el 0-2, una diana con sabor histórico pues le convierte en el máximo goleador en la historia de los Mundiales (16).
 
   A partir de ahí se desencadenó la tormenta. Un doblete de Kroos, próximo refuerzo del Real Madrid, y otro de Sami Khedira --a puerta vacía-- secaron a una Brasil que rozaba la desidia y que, más allá de haber acusado la presión, demostró no tener un patrón de juego, una idea para frenar el desembarco bávaro.
 
   El descanso no cambió el escenario para los locales, mediado el segundo acto. Las pocas ocasiones de Brasil las detuvo Neuer con destreza y --para colmo-- la goleada aumentó a quince minutos para el final. Schürrle dio el estoque con un doblete, el segundo gol de inmensa belleza.
 
   Ahí murió Brasil, que pudo incluso haber encajado el octavo en botas de Mesut Özil. Finalmente fue Oscar quien marcó el gol del honor, el más triste de la historia del fútbol brasileño. Alemania, con muchos quilates, ya está en una nueva final. Nada queda de una Brasil que fue borrada del mapa en un partido para la eternidad.
 
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