El costoso error de sostener al general Milani
martes 04 de febrero de 2014, 01:26h
Si Forster no consigue convencerse ni, seguramente,
convencer a quienes continúan buscando memoria, verdad y justicia, las
expresiones de Bonafini en defensa de Milani destruyen una trayectoria y la
gran lucha de Madres de Plaza de Mayo.
En su laberíntica explicación sobre la designación de Milani
al frente del Ejército, Ricardo Forster no llega siquiera a subsanar su
sentimiento de culpa. El pensamiento, publicado días pasados en un diario de la
capital, es patético y cobarde.
¿Por qué el FPV, que logró restablecer la lucha por los DDHH
a partir de la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final -que
acompañamos-, banca a un represor como César Milani?
¿Por qué asistimos a una decisión política tan fuerte?
Forster, quien integró la lista de candidatos del FPV, parece
bajar a la arena política con una garrafal expresión de obsecuencia y negación
de la realidad para acompañar la decisión de la Presidente. Las pruebas
-recabadas por el CELS, los querellantes y la justicia independiente- e,
incluso, sus propios dichos, son terminantes y acreditan que Milani ha cometido
delitos de lesa humanidad.
Ante la contundencia, sin embargo, otros han planteado
dudas, como Horacio González, y organizaciones fuertemente vinculadas al
kirchnerismo lo han reprobado, como el CELS. Milani debería estar preso. Otros
oficiales con menor actuación cumplen cadena perpetua como el represor y
responsable de la desaparición del jujeño Álvarez García, Rafael Braga, cuyo
acuerdo se frenó en el Senado.
Milani maneja un supermillonario presupuesto para un
Ejército que tiene cada vez menos hipótesis de conflicto exterior con el aval
de intelectuales como Forster, que arriaron las banderas de los DDHH. El texto
anodino, escrito con la cobardía de no emitir opinión frente a la gravedad del
tema, desnuda además el doble standard y la doble moral de intelectuales
mentores y sostenedores del "Modelo K": falso progresismo que manipula índices,
persigue contribuyentes o aprieta jueces y fiscales, fuerza al Ejército a
violar la ley alejándola de la Constitución, como lo demuestran los movimientos
de tropas para concurrir junto a gendarmería a la lucha contra el narcotráfico
o las tareas de inteligencia interna.
Si Forster no consigue convencerse ni, seguramente,
convencer a quienes continúan buscando memoria, verdad y justicia, las
expresiones de Bonafini en defensa de Milani destruyen una trayectoria y la
gran lucha de Madres de Plaza de Mayo.
El general Milani es un genocida, mentiroso y corrupto. Ha
sido una gran irresponsabilidad otorgarle el ascenso.
Que esté a cargo del Ejército de la democracia es una
vergüenza no ya para el kirchnerismo sino para toda la República.
No compartimos la decisión política, lo hemos expresado y lo
sostenemos con pruebas.
Tampoco acompañamos la claudicación por lo que significa el
nuevo rol: un Ejército para el proyecto nacional y popular y no para la
Constitución, una fuerza para el gobierno de turno y no para la Nación
democrática.