JFK y la ingravidez del mito
viernes 22 de noviembre de 2013, 10:34h
JFK sentó el precedente de ser el primer presidente católico
y el presidente electo más joven de los Estados Unidos (43 años), pasando a la
Historia como icono de su generación y quedando su frase ("ich bin ein
berliner") como herencia para las generaciones posteriores.Dotado de un
innegable carisma personal, telegenia y poder de la palabra, con la ayuda
inestimable de la primera dama Jackie, JFK dejará su impronta personal en la
decoración ramplona de la Casa Blanca y en la hierática vida presidencial americana
(rememorando el espíritu de Camelot) gracias a su glamour, independencia
personal y al extraordinario impacto mediático de sus viajes e intervenciones
públicas.
Así, el famoso debate televisivo Kennedy-Nixon de 1960 en el
que 70 millones de espectadores presenciaron el primer debate presidencial
transmitido por televisión en la historia de EEUU, marcaría el inicio del uso
de los medios audiovisuales por parte de los candidatos presidenciales para
mediante el impacto mediático suplir el desconocimiento de su programa
electoral por parte de los electores o la simple inexistencia del
mismo.Asimismo, representaría la transición del final de la postguerra a los
albores de la globalización, aplicando medidas keynesianas como bálsamo ante la
recesión económica que recibirá como herencia ( 5 millones de parados al
empezar su mandato), medidas que sin embargo resultarán claramente ineficaces y
favorecerán en la mayoría de los casos a las clases altas (reducción de
impuestos).
Por otra parte, su
innegable atracción por la Política Exterior, le llevó a elegir como
vicepresidente a un político sureño con contrastada experiencia para
contrarrestar su juventud e inexperiencia política,( el senador por Texas,
Lyndon B. Johnson), quien se ocupará de las tareas domésticas y deberá asumir
la presidencia del país por motivos trágicos así como hacer cristalizar las
iniciativas inconclusas de su predecesor en un posterior mandato
presidencial,(Ley sobre Inmigración y Nacionalidad, promovida por Edward
Kennedy (1965), condenando de paso al ostracismo político al partido
republicano inmerso en luchas intestinas.
En cuanto a su relación con Israel, a pesar de contar
Kennedy con el apoyo explícito del lobby sionista para lograr su elección
presidencial, (recibió 500.000 dólares para su campaña, y el 80% del voto
judío) y tras intervenir ante el AIPAC para garantizar el tradicional apoyo
incondicional de EE.UU a Israel así como autorizar la primera gran venta de
armamento estadounidense a Israel en 1963, su mandato se caracterizó por un
enfriamiento de sus relaciones con Ben Gourion. Así, Laurent Guyénot en su
artículo "Kennedy, el lobby y la bomba", (Red Voltaire, 2-5-2013), afirma que
desde el inicio de los años 1950, el Primer Ministro israelí Ben Gurión, había
emprendido la fabricación secreta de bombas atómicas, desvirtuando así la
finalidad primigenia del programa de cooperación pacífica" Atom for Peace",
iniciado durante el mandato de Eisenhower.
Según Guyénot, el objetivo de Kennedy no era evitar que
Israel dispusiera del arma nuclear sino que formaba parte de un proyecto mucho
más ambicioso, que ya había anunciado el 25 septiembre de 1961 ante la Asamblea
General de la ONU:"Hay que liquidar esas armas de guerra antes de que ellas nos
liquiden", pues en los años 60 tan sólo EEUU, URSS, Francia y Gran Bretaña así
como sus aliados de la Otan y del Pacto de Varsovia disponían del arma nuclear,
países que siguiendo los dictados de Estados Unidos y la URSS estaban ya
decididos a implementar la doctrina del desarme nuclear, tesis que no era
compartida por Ben Gurion quien en secreto trabajaba contrarreloj para
conseguirla a pesar de la frontal oposición de Kennedy.
Además, Kennedy se había comprometido a favor del derecho al
regreso de los 800.000 palestinos expulsados de sus casas y de sus poblados en
1948 (nakba) , por lo que la delegación de EEUU ante la ONU presentó el 20 de
noviembre de 1963 una propuesta de implementación de la Resolución 194, aunque
ya no tuvo tiempo de contrastar las reacciones del Gobierno israel pues fue asesinado
2 días después, magnicidio que proporcionó a Israel la luz verde del Presidente
Johnson para culminar su proyecto nuclear aunque hubo que esperar hasta 1.986
para que quedara demostrado fehacientemente que Israel había conseguido en
secreto la bomba atómica (1.967?), gracias a la publicación por Sunday Times de
varias fotos del complejo nuclear secreto de Dimona tomadas por el técnico
israelí Morchedai Vanunu.
Por otra parte, recordar que hasta Eisenhower, la CIA fue
únicamente la organización de inteligencia central para el gobierno de los
Estados Unidos y estuvo detrás de múltiples tareas de entrenamiento de
insurgentes y desestabilización de gobiernos contrarios a las políticas del
Pentágono, pero el looby financiero y la industria militar (ambos fagocitados
por el looby judío) no pudieron resistir a la tentación de crear un gobierno de
facto que manipulara los entresijos del poder, derivando en la aparición de un
nuevo ente refractario a la opinión pública y al control del Congreso y Senado
de los Estados Unidos (la CIA paralela),
Así, un año antes del fin de su mandato, el presidente
Eisenhower pronunció un discurso premonitorio de la posterior mutación del
inicial "Campus" hasta el Gobierno en la sombra que tutela la
democracia estadounidense en la actualidad y de la que son rehenes todos los
Presidentes elegidos democráticamente: "En los consejos del gobierno,
tenemos que estar atentos a la adquisición de una influencia ilegítima, que sea
o no proyectada por el complejo militar-industrial. El riesgo del desarrollo de
un poder usurpado existe y persistirá, pero jamás permitiremos el peso de esta
conjunción amenazar nuestras libertades o los procesos democráticos".
En consecuencia, su sucesor, el Presidente Kennedy, inició
su mandato relevando al legendario Director General de CIA, Allen Dulles e
intentó asimismo sustituir al mítico Hoover del FBI por Edward Kennedy y
desinfectar el establishment de los virus patógenos inoculados por los lobbys
de presión, en un vano intento de lograr la entronización del reino de Camelot
para varias generaciones tras la nominación de Robert Kennedy como Fiscal
General.
Kennedy era consciente de la dificultad de luchar contra la
CIA ,organización que sería "de facto" la verdadera detentora del poder en la
sombra al estar enquistada profundamente en todos los aparatos de poder de los
EEUU ( fagocitados a su vez por el lobby judío) y que habría declarado al
Presidente Kennedy como su "bestia negra" tras el conocido fiasco de la
invasión de la Bahía de Cochinos(abril,1961) y del desenlace de la Crisis de
los Misiles (Cuba,1962), en la que las negociaciones entre Kruschev y Kennedy
anularon el plan de la CIA de invadir la Isla.
Así, en un discurso en la Universidad de Columbia el 14 de
Noviembre, admite que "existen fuertes presiones de grupos de poder de USA
para convertir el cargo de Presidente en algo meramente figurativo" y así
el 21 de Noviembre de 1963, fue obligado a firmar la orden ejecutiva 11490
,"que permite en caso de emergencia disponer al gobierno de medidas excepcionales,
incluso para cualquier dictadura"..
A pesar de todo y fiel a su espíritu rebelde, prosigue con
su cruzada de reconvertir la CIA en un aparato controlable por el poder
político y poco antes de partir para Dallas, comentó a sus íntimos asesores:"Tenemos
que enfrentarnos a la CIA...", y el mismo día, un emisario secreto de Kennedy
iniciaba con Fidel Castro las primeras negociaciones para llegar a una solución
pragmática y asumible por ambas partes. Ello suponía un claro órdago al exilio
anticastrista y a la CIA, por lo que sus
dirigentes procedieron a la gestación de una trama endógena que se encargó del
Golpe de Mano contra la legalidad democrática del sistema político
estadounidense que culminó con el Magnicidio de Dallas (Texas,1.963).
Dicha trama sería una auténtica obra de ingeniería
laberíntica que tendría como cerebros a la citada CIA y al Mossad israelí y
como colaboradores necesarios al exilio anticastrista en Miami así como al FBI
de Hoover y que tuvo como daño colateral el nacimiento de un sistema político
tutelado por el "Poder en la sombra",quedando desde entonces como rehenes todos
lo sucesivos Presidentes electos de EEUU, según la confesión realizada por el
primer Ministro israelí Ariel Sharon al entonces Ministro del Exteriores Shimon
Peres en octubre del 2001: "Nosotros, el pueblo judío, controlamos Estados
Unidos y los estadounidenses los saben" y logrando de paso que JFK alcanzara la
ingravidez del mito.
GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ-Analista