El presidente del Banco Mundial y el Papa buscan formas para acabar con la extrema pobreza

   "El Papa y yo estamos de acuerdo en el urgente imperativo moral de disminuir el sufrimiento de más de mil millones de personas y acabar con el escándalo de la pobreza. Compartimos una visión de un mundo con mayor compasión por las personas necesitadas", ha señalado Kim tras el encuentro con el Pontífice, que ha durado unos 20 minutos.
 
   Según ha precisado Kim, han hablado sobre las formas en que podrían trabajar junto a líderes religiosos "para dar una opción preferente a los pobres, de forma que puedan tener una oportunidad y justicia en sus vidas".
 
   Concretamente, ha explicado que en el Banco Mundial se han fijado como objetivo "acabar con la extrema pobreza en menos de una generación e impulsar una prosperidad compartida para el último 40% de personas en países en desarrollo".
 
   Además, Kim ha agradecido al Papa sus declaraciones "fuertes" animando "al humilde servicio con los menos afortunados y su apoyo a una mejor educación, sanidad, protección medioambiental y al empleo con salarios justos para ayudar a los pobres a salir por sí mismos de la pobreza".
 
   "Estaba tan agradecido de reunirme con el Santo Padre y estaba inspirado por su pasión y compromiso para ayudar a los pobres, enfermos y hambrientos", ha subrayado Kim.
 
   Durante su visita al Vaticano, Kim también se ha encontrado con el secretario para las Relaciones con los Estados, monseñor Dominique Mamberti, y hablaron de una colaboración más cercana entre la Iglesia y el Banco Mundial.
 
   Kim, que destaca la "claridad moral" del mensaje del Pontífice sobre la pobreza, añade que "se deben encontrar las causas profundas de la pobreza dando acceso a los pobres a la educación, la sanidad y a buenos empleos, beneficiando a las mujeres, a los jóvenes y aquellos a los que se les denegaron oportunidades en el pasado".