Seria advertencia en Brasil
El crimen organizado planea ataques durante la Copa del Mundo
martes 15 de octubre de 2013, 17:58h
El Primer Comando de la Capital (PCC), la mayor organización
criminal de Brasil, planea lanzar una ola de ataques durante la Copa del Mundo
de fútbol 2014 y las elecciones presidenciales de ese año.
El Primer Comando de la Capital (PCC), la mayor organización
criminal de Brasil, planea lanzar una ola de ataques durante el mundial de
fútbol y las elecciones presidenciales de 2014, por lo que el gobierno del
estado San Pablo anunció la creación de una fuerza conjunta para combatirlo.
La información fue confirmada por el servicio de
inteligencia de la policía paulista, que indicó que los mandos del PCC, en su
mayoría detenidos en cárceles de esa ciudad, ordenaron a sus subalternos que
preparen una seguidilla de ataques para realizar durante la Copa del Mundo y
los comicios que se efectuarán en julio y octubre de 2014, respectivamente.
Los planes de la organización, que incluyen la hipótesis de
ejecutar al gobernador del estado San Pablo, Geraldo Alckmin, fueron analizados
hoy durante una reunión de emergencia entre autoridades del gobierno paulista y
comandantes de las policías Civil y Militar.
Entre los materiales obtenidos a lo largo de tres años de
investigaciones, hay indicios de que el PCC procuró además establecer una
sociedad con sus pares del Comando Vermelho carioca, una organización narco.
La banda criminal apunta al Mundial del año próximo, del que
Brasil será anfitrión y que se jugará en 12 sedes, entre ellas San Pablo y Río
de Janeiro, las principales ciudades brasileñas a donde llegarán miles de
turistas.
La seguridad para este certamen, así como para los Juegos
Olímpicos de 2016, está a cargo de un organismo especial creado por la
presidenta Dilma Rousseff e integrado por policías federales y militares.
No obstante, ante las implicancias de los planes terroristas
del PCC para la seguridad nacional y la imagen internacional de Brasil, el tema
fue analizado por el Comando Militar del Sudeste y hoy el gobierno de San
Pablo, el más rico y poblado de Brasil, anunció la creación de una fuerza
conjunta para combatir el crimen organizado, haciendo hincapié en el PCC.
El anuncio fue realizado por el propio Alckmin después de
una reunión con los secretarios de Seguridad Pública, Fernando Grella, y de
Administración Penitenciaria, Lourival Gomes, además de los comandantes de las
policías Civil y Militar.
La "Fuerza Tarea", como llamó Alckmin al grupo
especial que será creado, tendrá el objetivo de obtener informaciones de
inteligencia para facilitar el combate al crimen organizado.
También especificó que habrá un equipo especial de la
Contraloría de la Policía que investigará la participación de agentes dentro de
las acciones criminales del PCC, debido a algunas denuncias que derivaron en la
separación de 100 agentes en lo que va de este año, reseñó la agencia de
noticias ANSA.
Otra de las medidas anunciadas por Alckmin es la de abrir
una licitación para la instalación de bloqueadores de señal de telefonía móvil
dentro de 23 cárceles del estado, donde 90 por ciento de las unidades son
controladas por el PCC.
Las autoridades paulistas reconocieron, además, que
pretenden trasladar a los presos de la cúpula del PCC ante la existencia
de 33 pedidos para que los detenidos
sean derivados al Régimen Disciplinario Diferenciado (RDD), una especie de
aislamiento preventivo en las cárceles de máxima seguridad, reportó la agencia
EFE.
En este sentido, en las llamadas interceptadas por los
servicios de inteligencia también se detectó un plan de ataques del PCC al
corto plazo ante la posibilidad de que sus cabecillas sean sometidos a otro
régimen de detención más severo.
El PCC cuenta con más de 11.000 miembros, domina los penales
de varios estados brasileños, trafica armas y drogas, y tiene ramificaciones en
Paraguay y Bolivia.
El grupo, que nació en la década de los `90, cuenta con una
base de apoyo organizada en las favelas de San Pablo, y desde allí lanzó
decenas de acciones relámpago en 2006, dejando un saldo de cientos de muertes.
Su máximo líder es Marco Willians Herbas Camacho, alias
Marcola, con quien las autoridades paulistas tuvieron que reunirse en 2006 para
que, desde una prisión de máxima seguridad, ordenara a sus hombres que pusieran
fin a los ataques.
Arrogante y frío, según la descripción de investigadores,
Marcola dio a entender en una grabación que su poder es incontestable y que
gracias a la disciplina impuesta por el PCC ya no se consume crack en las
cárceles de San Pablo.