El comando Sur también espía
martes 10 de septiembre de 2013, 08:50h
El
descubrimiento reciente de nuevas redes de espionaje de Estados Unidos en
Brasil, que afectaron directamente a la presidenta Dilma Rousseff y produjeron
una fuerte protesta diplomática y una demanda directa de explicaciones ante su
colega Barack Obama, pone en alerta roja a nuestra región.
América
Latina está sometida además a otro tipo de espionaje y recolección de datos,
como el que realiza e"
El 6 de
diciembre de 2010, la especialista en Guerra Cibernética, Rosa Miriam Elizalde
se refirió a esta "creación web" del
Comando Sur, similar a las que el Pentágono administra en otras regiones donde
ha intervenido militarmente. Se trata de la divulgación de información elaborada "desde su punto de
vista" y necesidades estratégicas,
a través de Diálogo-Américas publicado
en inglés, español y portugués.
En la
portada de esta publicación, una encuesta invita a los lectores de la región a
definir "cuál es el mayor problema de su país actualmente" y estos deben
marcar una de las siguientes opciones:
Desempleo
/ Crimen / Seguridad pública / Problemas económicos / Problemas de salud /
Terrorismo / Tráfico de drogas / Problemas políticos / Corrupción.
Elizalde
señala que el "extraño diálogo que propone este sitio, presupone que todos
los países del continente tienen al menos un problema de los que aparecen en la
lista y que han servido de pretexto para las intervenciones militares del
Ejército norteamericano en la región".
La
página se anunciaba como una revista militar profesional publicada
trimestralmente por el Comandante del
Comando Sur de Estados Unidos como "foro
internacional para el personal militar de América Latina", añadiendo que "el Secretario de Defensa ha determinado que
la publicación de esta revista es necesaria para llevar a cabo la actividad pública que exige la ley
del Departamento de Defensa".
Es muy
importante tener esto en cuenta, si se considera que tanto "propaganda
como información" ya no es controlada por ministerios y funcionarios
civiles estadounidenses, porque se
ha militarizando ambos temas de uso
común en las guerras sicológicas ue
monitorea el ejército de ese país.
De esta
manera, el Pentágono va obteniendo datos con los que luego diseña campañas. Por
ejemplo, analizan si el tema "corrupción" puede "agitar"
Brasil, o el de "seguridad" (como se promueve en Venezuela o en
Argentina) o temas "económicos" que llegan encubiertos con informes y
acusaciones falsas de todo tipo.
Lo que
resulta más útil para "direccionar"
las protestas en la población de
cada país se instala a partir de informaciones preparadas -la mayoría falsas- o
tomando alguna situación real y partiendo de ésta para crear una negativa corriente de opinión. El Pentágono enviará estos bien preparados
diagramas a sus diversas ONGS, el 80 por ciento de las cuáles trabaja para las
fundaciones estadounidenses, y que a su vez
sugieren a los medios masivos que están en sus redes a instalar en las
poblaciones una temática determinada.
No
importa que se mienta. En la Guerra Psicológica, el golpe de la mentira es la
primera acción a nivel masivo y luego
se relega la respuesta o el desmentido
el tiempo suficiente para que no tenga efectos
o directamente se la oculta y por lo tanto la mayoría nunca sabrá la
verdad.
En el
año 2005 Los Angeles Times, publicó un análisis (30-12) donde se informaba
que el ejército había activado en todo
el mundo "centros de operaciones de prensa que funcionan durante
las 24 horas del día", situando por
primera vez "la Internet y otros medios de información no tradicionales" bajo
la competencia de expertos del Pentágono y de las agencias de inteligencia
norteamericanas.
En este
caso Elizalde cita que en Irak, el Pentágono
subcontrató al Lincoln Group, como redactores de artículos que presentaban en
medios iraquíes la ocupación norteamericana
desde un punto de vista favorable a Estados Unidos. De esta forma se
enmascaraba la realidad.
La Lincoln Group compró estaciones de radio y de
periódicos, tradujeron los materiales y
se hicieron pasar por periodistas independientes o ejecutivos de
publicidad. Mientras esto ocurría, los
funcionarios de EEUU, dentro y fuera de
Irak, promovían los "principios democráticos", la "transparencia política" y la "libertad de prensa".
Aunque
la propia legislación norteamericana formalmente prohíbe que el ejército realice este tipo de operaciones hoy
por hoy es una de sus tareas más comunes. Precisamente Los Angeles Times argumentó -para justificar la violación de esa prohibición-
que "la existencia de Internet,
hace que los esfuerzos del Pentágono se ejecuten bajo el supuesto de que
la prensa alternativa internacional está ejerciendo influencia negativa en los norteamericanos, y
por tanto, forma parte de su ámbito de competencia".
Por
supuesto de acuerdo a este criterio esa
prensa "alternativa" afecta "su" seguridad nacional. Más aún, voceros militares estadounidenses advierten
que con internet resulta difícil "separar los medios extranjeros de los
domésticos. Esas líneas definidas ya no
existen", según confesó un "contratista"
privado que se dedicaba en Iraq a
operaciones de información para el
Pentágono y que se negó a revelar su nombre a Los Angeles Times.
La
Ciberguerra es hoy una realidad que nadie debe desconocer en nuestra región, un
tema a tratarse en el Consejo de Defensa que reúne a nuestros países bajo el
marco de la Unión de Naciones Suramericanas.
Ya en
el año 2007, bajo el gobierno de George W. Bush una de "las estrategias favoritas de la Ciberguerra," que ya
estaba en práctica "eran ataques
piratas contra los sitios en Internet
que molestaban a la administración" norteamericana. Para esto el Laboratorio de Investigación de la Fuerza
Aérea disponía de 40 millones de
dólares, pero lo más importante es que se fabricaban sitios web y "ciberdisidentes", de acuerdo a las necesidades militares y de
contrainsurgencia y para justificar
acciones bélicas e injerencias
diversas.
En mayo
de 2008 ya se conocía que el Pentágono "creaba una red mundial de sitios web
noticiosos en lengua extranjera,
incluido un sitio en árabe para los iraquíes", contratando periodistas locales
para escribir historias de acontecimientos de actualidad y otros contenidos que
promuevan los intereses de EE.UU. y
mensaje contrainsurgentes".
Todo
esto supone un enorme peligro para América Latina. Se pueden crear campañas
severas contra los gobiernos, agitar sectores opositores en acciones
directamente golpistas como : Venezuela ( 2002-2003), Bolivia (2008), Ecuador (2010) los tres
impedidos por sus pueblos y la solidaridad latinoamericana. También Honduras
(2009) y Paraguay (2012), golpes que no pudieron evitarse especialmente porque
en ambos países existen bases y
presencia militar de Estados Unidos. De la misma manera actuaron los Parlamentos y las Cortes
Supremas de Justicia, y esencialmente las
campañas mediáticas, como factores claves, incorporados al nuevo
golpismo para dar una falsa "institucionalidad" a esos golpes de Estado.
Para
las campañas mediáticas lograron conformar una legión de periodistas que en
realidad actúan como "contratistas" y escriben en consonancia con las
necesidades bélicas, injerencistas o golpistas, en el marco de un plan de guerra contrainsurgente o directamente
militar.
Los
diseños tienen una misma característica y elementos culturales, políticos,
religiosos, según las necesidades del Pentágono para informar a un público
internacional. La información es ahora un arma de guerra, capaz de trasnformar
la invasión y ocupación de un país -en
las que se utilizan ejércitos privados(mercenarios) bajo el mando de la OTAN-en
"guerras humanitarias" o "democratizadora",
términos que amparan la impunidad
sobre miles y miles de víctimas y crímenes de lesa humanidad configrando los primeros genocidios del siglo
XXI.