Un argentino cruzó a nado las frías aguas del canal de Beagle
lunes 25 de marzo de 2013, 20:48h
Impresionante lo de Rubén González
El nadador argentino Rubén Emiliano González completó
exitosamente el cruce del Canal de Beagle, uniendo Punta Mac Kinley en
territorio nacional con la
Punta Cabo Peña de la isla Navarino, Chile, en un tiempo de
20 minutos 50 segundos.
"Hace un año que venía preparándome, por lo que el
cruce me resultó bastante sencillo, es mi primer récord a esas temperaturas y
velocidad", contó a Télam desde Ushuaia el deportista, de 34 años, quien
ayer nadó unos 1.700
metros con el agua a 9 grados de temperatura y 4 grados
ambiental.
Aunque "viajamos diez días antes, la intención mía
siempre fue poder nadar el 24 de marzo como forma de expresar un compromiso
permanente con la vigencia de los Derechos Humanos y con la causa `Malvinas por
siempre argentinas`", dijo González.
"Por suerte las condiciones meteorológicas nos ayudaron
y ayer por la mañana pudimos realizar la actividad -relató-, ya que a la tarde
hubo tormenta y lluvia con las que hubiera sido imposible cruzar el
Canal".
González es miembro del equipo master del club Sitas de
Palomar, guardavidas de la
Cruz Roja Argentina y profesor de inglés en escuelas públicas
secundarias del partido bonaerense de La Matanza.
Además del propósito deportivo, la experiencia estuvo
orientada a cooperar con las instancias de formación profesional de guardavidas
y nadadores de rescate.
El evento tuvo el apoyo y la fiscalización del club de
actividades acuáticas Eco Deportes de la capital fueguina, la Prefectura Naval
Argentina (PNB) y la
Armada Chilena.
El cruce del Canal de Beagle requirió un período de
preparación intensiva en diversos escenarios de Tierra del Fuego y estuvo
orientado por María Inés Mato, de acuerdo con un programa de entrenamiento
diseñado durante 2006 para nadar en aguas antárticas.
González agradeció a "Daniel Campana, delegado de
Isidro Casanova y a los diputados María Esther Balcedo y Julio Catalán
Magni", ambos del FpV, quienes colaboraron con los pasajes para él y su
entrenadora, pusieron a disposición un vehículo en Ushuaia y se hicieron cargo
de los gastos del gomón que exige la
PNA para realizar el cruce, entre otros aportes.