Los derechos humanos son de todos

 A 37 años del último golpe militar, la Presidente de la Convención Nacional de la UCR, Lilia Puig de Stubrin, recuerda el crucial rol de la UCR en la lucha por la democracia, y la importancia de que los argentinos conmemoremos juntos el 24 de marzo.

El 24 de Marzo se cumplen 37 años del Golpe de Estado que dio inicio a la época más oscura del país. La política de terror y muerte que desplegó la junta militar en la Argentina se llevó la vida de niños, mujeres y hombres, dejando cicatrices que no sanan.

En este marco, en una jornada que debe servir para reflexionar sobre los hechos del pasado y educar para que las próximas generaciones comprendan que la defensa de la democracia y de los derechos humanos es sustancial para cualquier nación, desde el poder se insiste con dividir al país en una fecha que debe ser de unión de los argentinos.

La Plaza de Mayo, el lugar para conmemorar el Día Nacional por la Verdad y la Justicia, con todas las organizaciones políticas bajo un solo paraguas se convierte, para el kirchnerismo, en una zona de disputa desde la cual el Gobierno Nacional quiere instalar que la política de Derechos Humanos comenzó en el 2003.

La Unión Cívica Radical siempre tuvo una política en favor de los Derechos Humanos sin miramientos ideológicos, sin incitar al divisionismo de la sociedad en busca de un rédito político. Los giros del destino quieren que a días del 37° aniversario del Golpe de Estado y a meses de cumplirse 30 años de Democracia, se esté llevando adelante el Juicio por el secuestro, tortura y muerte de Mario Abel Amaya y por el secuestro y tortura de Hipólito Solari Yrigoyen, dos abogados que en 1976 fueron "chupados" por defender a los trabajadores y por levantar las banderas del Estado de derecho, por su compromiso con los derechos humanos.

Amaya murió por sus ideales y por su lucha, desde el radicalismo, en favor de los derechos de todos porque eran, y son, esenciales para consolidar una Democracia plural. Amaya e Hipólito no estuvieron solos en la lucha por los Derechos Humanos. Raúl Alfonsín fundó, junto a otros dirigentes, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos un 18 de Diciembre de 1975 y luego, en plena dictadura militar, puso sus servicios como abogado para defender opositores y presentar habeas corpus por los detenidos-desaparecidos. También en plena dictadura, la Juventud Radical realizó, en 1977, una movilización en memoria de Mario Abel Amaya a un año de su detención y asesinato. Esos jóvenes que marcharon por las calles en plena dictadura, poniendo en riesgo su vida, ejerciendo sus derechos constitucionales, son los dirigentes de la Unión Cívica Radical que nunca abandonaron la lucha por los Derechos Humanos, mientras algunos que hoy se quieren apoderar de esa lucha se enriquecían con las circulares de la dictadura en tierras sureñas.

Estamos frente a un Gobierno que quiere apoderarse de esas banderas que la Unión Cívica Radical siempre enarboló y por la cual hombres y mujeres del radicalismo pusieron en riesgo su vida y, como Mario Abel Amaya, la dieron. Este Gobierno que tiene dirigentes con culpa por haber escondido la cabeza bajo tierra ahora busca instalar un relato donde la defensa de los Derechos Humanos comenzó en el 2003. Todos sabemos, y ellos también, que eso no es cierto como lo marcan las medidas del gobierno radical de Alfonsín creando la CONADEP a pocos días de asumir la presidencia.

Por eso, este 24 de Marzo podrán quedarse con la Plaza de Mayo para tener un festejo acorde a su relato, pero en el fondo saben, como todos, que Amaya, Alfonsín y los jóvenes que marcharon en el 77´, entre muchos miles de radicales en todo el país, son el fiel testimonio que la Unión Cívica Radical siempre lucho por los Derechos Humanos y jamás bajo esa bandera esencial para cualquier Democracia.

Lilia Puig de Stubrin

Presidente de la Honorable Convención Nacional de la UCR