Francisco I: "Una oportunidad para todos"

La noticia de la elección del cardenal Jorge Bergoglio como nuevo Papa fue sorpresiva y grata para los argentinos. La designación de un nuevo papa es un hecho poco frecuente: en los últimos treinta y cinco años hubo tan solo tres cónclaves, y Francisco I, argentino, es el primer papa no europeo en la historia de la Iglesia Católica. Estamos ante un hecho de una dimensión histórica fenomenal, más allá de la intensidad y formas en que cada uno de nosotros manifieste su fe y encamine su espiritualidad.


El cardenal Jorge Bergoglio fue un líder espiritual comprometido con su comunidad, involucrado en sus debates y preocupado por sus carencias. En momentos de tensión o conflicto, llamó a la unidad de los argentinos y a respetarnos en la diferencia. Además se ha destacado por el excelente vínculo interreligioso con diversas comunidades no católicas de nuestro país.


Tres imágenes destaco de Bergoglio. Una diaria, de su rutina: se movía por la ciudad de Buenos Aires en subte o colectivo, imagen de la sencillez que destacan ciudadanos que con sorpresa lo encontraban en el transporte público. Otra, el compromiso, la presencia y el apoyo a las víctimas de Cromagnon y la masacre de Once. La imagen del cardenal Bergoglio recorriendo hospitales y conteniendo a los damnificados, era la de un pastor cercano a los suyos en su momento más difícil.


Laicos y sacerdotes de nuestro país destacan de él su humildad, comprensión y cercanía con los jóvenes. Probablemente sean esas las cualidades que ponderaron sus pares al elegirlo Papa.


Felicito a la comunidad católica argentina y deseo éxito a Francisco I, que enfrenta una tarea pastoral formidable.


Sostengo que la Iglesia, debe ser un factor de unidad y paz en un mundo que se muestra conflictivo e intolerante y espero del papado de Jorge Bergoglio un liderazgo de respeto, tolerancia y fraternidad. Confío en que Francisco I será un papa humilde y cercano a los jóvenes que devolverá a la iglesia un perfil abierto y humano.


Por último es muy importante para nuestro país, al menos en lo que falta de este mandato presidencial, reflexionar sobre la actitud que su gobierno puede tomar respecto a esta designación.


Si la actitud se inscribe dentro de la lógica kirchnerista de confrontación y rencor hacia el nuevo Papa, las consecuencias no serán buenas. Si al contrario, se reacciona con inteligencia y grandeza, la presencia en un mundo convulsionado pero que a la vez es siempre una oportunidad de un papa argentino puede ayudarnos a todos a encontrar un lugar en ese mundo que hasta hoy no ocupamos.

Ernesto Sanz
Senador por la Unión Cívica Radical