Triunfos y regresos revitalizan a un continente en marcha

El triunfo de Correa en Ecuador, la vuelta de Hugo Chávez en Venezuela y el anuncio de Evo Morales de recuperación de los aeropuertos en Bolivia son hechos que demuestran el fortalecimiento de la región y profundizan la unidad de los pueblos. El acuerdo con Irán del gobierno de Cristina Fernández para destrabar la causa AMIA es otro paso que busca un camino de verdad y justicia soberano.

El triunfo arrasador del presidente Rafael Correa en los comicios del pasado 17 de febrero en Ecuador, donde fue reelecto en la primera vuelta por más del 57 por ciento de las votos, contradiciendo los pronósticos de  las corporaciones periodísticas regionales e internacionales, puso en evidencia la debilidad de una derecha que, sumada en su conjunto, no habría alcanzado para derrotar al mandatario de la llamada "Revolución ciudadana".

Un dato no menor es que ganó en todas las regiones indígenas donde algunas "izquierdas", supuestamente radicalizadas, anunciaban a través de distintas redes sociales que los pueblos originarios enfrentarían al mandatario. Evidentes deseos más que análisis de la realidad.

En más de 30 años, es la primera vez que en Ecuador un presidente ha logrado no sólo mantener sino aumentar su credibilidad después de un primer mandato, que estuvo sujeto a diversas crisis, un intento de golpe policial-civil y también de algunos sectores militares (septiembre de 2010), alentados por los medios de las grandes familias ecuatorianas y financiamientos externos.

Por lo tanto, la respuesta popular en este caso acabó con todo tipo de especulaciones y significó una fuerte derrota para la campaña mediática que recurrió a lamentables estrategias de "guerra psicológica" para afectar al gobierno de Correa. La voluntad del pueblo ecuatoriano nos obliga recordar que en medio de serias crisis, derrocó con su presencia masiva en las calles a tres presidentes que traicionaron los programas por los cuáles se los eligió: Abdalá Bucarán (febrero 1997), Jamil Mauad (enero 2000) y el coronel Lucio Gutiérrez (abril 2005). Éste último había logrado infiltrar y dividir a algunos sectores indígenas y populares, pero esto es pasado desde que develó su verdadera personalidad y sus antiguos contactos con la  embajada estadounidense en Quito. También salió de la casa presidencial corrido por una marea de pueblo que se sintió  traicionado.

En Ecuador, la movilización social frenó, junto a la actitud decidida del presidente, el intento de golpe en 2010.

Regresos

América festejaba el triunfo de Correa cuando, en la madrugada del lunes 18 de feberro, se anunció imprevistamente que el presidente de Venezuela Hugo Chávez Frías había llegado a Caracas, desde La Habana Cuba, donde estuvo internado durante poco más de dos meses, para someterse a cirugías muy complejas para superar la reaparición de células cancerosas. Ahora gobernará mientras continúa la recuperación en su país.

El efecto político de este regreso, que nadie preveía, terminó con las lamentables y amorales especulaciones de una prensa corporativa, que está a la cabeza de todo proyecto de oposición, mintiendo y falsificando. En este caso llegó tan lejos que desnudó su verdadero rostro, oculto detrás de insufladas declaraciones de "democracia e independencia" informativa, que nunca han tenido.

Unas horas después, en Bolivia, el presidente Evo Morales anunció la recuperación por parte del Estado boliviano de los aeropuertos del país, administrados por empresas extranjeras, en este caso españolas.

Si uno valora la dimensión geoestratégica de estas acciones advierte que mientras las crisis azota a los pueblos europeos, a los que se aplican recetas ya probadas y derrotadas, en América Latina, nuestros gobiernos continúan dando ejemplos de dignidad y liberadores de perimidos modelos de dominación.

¿Cuánto dinero se gastó para evitar esos triunfos, esos regreso, esas recuperaciones de soberanía, como la que intenta con todo derecho Argentina en Malvinas?

Los tres hechos, a los que se añaden otros, en la región, fortalecen a los organismos de integración continental y profundizan la unidad de los pueblos, demostrando que éstos son sujetos activos del proyecto que llevan adelante los gobiernos electos en elecciones nunca tan democráticas, contra toda presión económica, política, mediática y externa.

Esto les da la posibilidad de continuar sus programas y profundizar los procesos de emancipación, que han dado sus frutos.

NECESARIAS NEGOCIACIONES

Asimismo, en estos momentos, entre otros pasos importantes, la presidente Cristina Fernández de Kirchner logró mediante negociaciones inteligentes y responsables un Memorádum de Acuerdo con Irán, para que la justicia argentina pueda viajar a ese país y obtener las declaraciones de funcionarios iraníes, acusados del cruento atentado contra la mutual judía Amia en julio de 1994.

Acusados no es decir que son responsables reales. Hay que probarlo con pruebas concretas y escuchar sus testimonios, y no actuar simplemente ante mecanismos de "suposiciones" y especulaciones de inteligencia de oficinas extranjeras, que además tienen especial interés en condenar a Irán, como lo demuestran las actividades bélicas alrededor de ese país encabezadas por Estados Unidos e Israel.

Además, nadie ignora que el juicio desde 1994 en el caso Amia, fue obstaculizado en todos momentos por estas "sugerencias" de mesas de inteligencia externas, que tienen un interés específico en estas condenas.

En varias ocasiones han llevado a la justicia argentina a cometer errores escandalosos, como enviar al ex juez Juan José Galeano a Venezuela, en los primeros momentos del trágico suceso, a interrogar a un testigo, que resultó de opereta como el llamado Manoucher Moatammer, supuesto ex funcionario iraní, que "sabía" cómo se preparó el atentado y venía "huyendo" de ese país. Encantado con la novelesca historia que le habían preparado servicios de inteligencia extranjeros, se enredó en contradicciones burdas, con lo cual la justicia argentina  se vio desacreditada.

Algo similar pasó con el caso del ex embajador iraní en Argentina Hadi Soleymanpour, detenido en Inglaterra por pedido de la justicia local para ser extraditado. Resultó que cuando la justicia británica recibió los informes judiciales de Argentina, no encontró ninguna prueba concreta y debió dejarlo en libertad y pagar una alta indemnización en libras esterlinas.

Si se ha seguido este caso informativamente ha habido una cantidad de hechos similares que han terminado en verdaderos escándalos políticos, que obligaron finalmente a cerrar el juicio de la AMIA por gravísimas irregularidades, como plantar pruebas falsas, pagar 400  mil dólares a un delincuente para que acusara a quien le indicara el juez , con participación del presidente entonces de la Delegación de Asociaciones Israelíes- Argentina (DAIA), Rubén Berajas.

Finalmente, se cerró este juicio lamentable y se apartó definitivamente de su cargo al Juez Galeano y sus asistentes.

Ante un caso tan serio y tan grave ¿no es necesario dar estos pasos de negociación para resolverlo con justicia, sin que quede duda alguna?

Argentina, que con otros países quieren establecer una zona de paz en toda esta región, tiene todo el derecho a buscar un camino de justicia limpia y abierta. Con toda esta historia ¿a quien puede molestar que haya preocupación por establecer la verdad para las víctimas y sus familias más allá de todo otro interés?

Y, más aún si hay veedores imparciales, no para desviar la justicia como se ha hecho hasta ahora, sino para fortalecerla. Lla verdad. ¿A quien puede no interesar la verdad? Solo a quienes intentan utilizar para otros fines una tragedia de esas dimensiones. Es por respeto a las víctimas, y no por cálculos políticos miserables o intereses de otro tipo, que debe terminar esta dramática situación con la verdad y la justicia, que es el camino de la paz, la soberanía y el respeto al derecho internacional, tan vapuleado en estos tiempos. Esa es la voluntad de los pueblos que en estos días han dado su veredicto en Nuestra América.