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Medios y comunicación en Ecuador: Correa y lo que el pueblo quiere

Medios y comunicación en Ecuador: Correa y lo que el pueblo quiere

Por Florencia Saintout
domingo 17 de febrero de 2013, 16:39h
Este domingo 17 de febrero, Rafael Correa se somete a elecciones nuevamente. Uno de los desafíos de su próximo mandato será avanzar en la democratización de los medios de comunicación de su país.


En los últimos años se han conformado gobiernos populares en la región que, como dijo la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, "se parecen a sus pueblos", en clara alusión a que representan los intereses de las mayorías y no los de las corporaciones al servicio de la reproducción del capital para unos pocos. Gobiernos que discuten en términos ideológicos (como en el último encuentro de la CELAC) revitalizando la política y reafirmando al mismo tiempo la unidad regional. Que se fortalecen a través de procesos de articulación horizontal de las luchas de resistencia al neoliberalismo que se venían dando de manera fragmentada, y al mismo tiempo de una apuesta a la articulación vertical que tiene en el Estado su eje vertebrador.

Son comunes en casi todos los países de la región las cataratas de sustantivos descalificadores que los periodistas de los medios más poderosos dedican día a día  los dirigentes elegidos con el voto de las mayorías: dictadores, incapaces, yegua (en el caso de la presidenta argentina), coya maldito e ignorante (en el caso del presidente boliviano). Llevan permanentemente adelante operaciones desestabilizadoras y  en ocasiones han ido incluso más lejos instando al magnicidio.

Este 17 de febrero, uno de esos gobiernos, el encabezado por Rafael Correa en Ecuador, se somete a elecciones nuevamente, con el desafío de profundizar lo conseguido y, fundamentalmente, de avanzar en la democratización de los medios de comunicación.

Desde que Correa asumió por primera vez Ecuador ha mejorado ostensiblemente los índices de acceso a la educación, de disminución de la pobreza y de ampliación de derechos. Y ha encontrado (como pareciera ser la norma ante cada proceso de ejercicio de la soberanía popular) a la derecha, en el cuerpo de las grandes empresas mediáticas, a su principal opositor.

Los medios de comunicación escritos a nivel nacional en Ecuador son propiedad de muy pocas familias y están relacionados con capitales denunciados como corruptos y delictivos.  El mercado se encuentra dominado por dos diarios, El Universo y El Comercio, tanto económicamente como por su influencia en la opinión pública. Si se le añaden los diarios Extra y Hoy, los cuatro principales diarios controlan alrededor del 90%  de la información.

En televisión abierta las señales  Ecuavisa, TC Televisión, Teleamazonas y RTS (Tele-cuatro) acaparan alrededor del 70 %de la audiencia. La televisión paga está dominada por Tv Cable (vínculo físico) y Direct Tv (Satelital)  que concentran casi el  100% del parque de abonados.

Lo que demuestra otra de las características  del sistema infocomunicacional en Ecuador: la primacía de las empresas privadas por sobre las estatales y las comunitarias. Según la Superintendencia de Telecomunicaciones el  85,5% de las frecuencias radiales son privadas, el 12,9% públicas y el 1,6% comunitarias.  Y en el caso de la televisión,  el 71% son privadas y el 29% públicas.

Otra de las características de las empresas mediáticas en Ecuador es que, además de formar monopolios y oligopolios de propiedad familiar, se encuentran vinculadas íntimamente con otros intereses empresariales distintos a los de la comunicación, principalmente con bancos y entidades financieras. Cuando Correa llegó al gobierno en el 2007, cinco de los siete canales de televisión nacionales eran propiedad de banqueros, lo que aseguraba que ante cada intención de regulación bancaria por parte del Estado se desatara una campaña mediática adversa que poco tenía que ver con la libertad de expresión como un derecho humano universal aunque se hiciera en nombre de este. La práctica consistía en conformar un emporio económico y luego invertir en medios de comunicación, no para informar sino para defender los intereses del emporio. Sólo por tomar un ejemplo, Teleamazonas perteneció hasta 2010 Fidel Egas propietario del Banco Pichincha, mientras que TC, Gamavisión (hoy Gama TV) y Cablevisión están directamente vinculados a los hermanos Isaías, ex dueños de Filanbanco. De esta manera, las principales empresas mediáticas- vinculadas al establishment económico- tanto por su estructura como por sus niveles de audiencias y su influencia en la opinión pública al ver  afectados sus intereses económicos y políticos, iniciando una política editorial de hostigamiento al gobierno ecuatoriano y atacando en términos personales a Rafael Correa.

En la conferencia que el presidente Correa dictó en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social  de la UNLP, en diciembre de 2012 al recibir el Premio Rodolfo Walsh en la categoría Presidentes Latinoamericanos por la Comunicación Popular, desarrolló extensamente su mirada sobre la cuestión.  Las siguientes líneas son una sintética extracción de esa conferencia.

Dijo Rafael Correa: "En el caso de la libertad de expresión, ésta ha sido reducida a una supuesta libertad de prensa  que sin ética ni profesionalismo, ni adecuados controles sociales, como leyes, se reduce a su vez tan solo a la libertad de empresa en donde buscando lucro o poder, son ellos los que deciden qué callar, qué decirnos, cómo decirnos. La libertad para ellos, no para las grandes mayorías, porque somos esclavos de los que nos quieran decir o nos quieran silenciar. Al defender los intereses de estos grandes medios mercantilistas no se está defendiendo la libertad de expresión, ni los derechos humanos, sino tan solo y como siempre, los privilegios del gran capital. Cómo cambiar esta situación debe ser uno de los grandes debates planetario, sin miedo. Entendamos que proveer un derecho como la información da poder. Su buena o mala calidad afecta masivamente a la sociedad.  Incide en la toma de decisiones de la ciudadanía en el día a día, en la percepción del acontecer, en valoraciones y opiniones. De este problema central, se deriva la necesidad de democratizar la propiedad de los medios de comunicación e independizarlos del dominio de los poderes fácticos y, particularmente, del dominio del capital. Se deriva también la necesidad de tener medios fuera de la lógica del mercado, es decir, medios sin fines de lucro y medios públicos. Se deriva la necesidad de control social, esto es, el derecho a recibir información veraz, verificada, oportuna, contextualizada, plural, sin censura previa y con responsabilidad ulterior".

Pero además en esa conferencia volvió sobre una idea que necesita ser complejizada y debatida sin maquillajes, es decir, sin hipocresías, en nuestra región. Planteó que: "Es evidente que los medios de comunicación de América Latina, han sido propiedad de las oligarquías, los pobres no tenían canales de televisión,  tampoco periódicos. Pero el problema va más allá de quién posee los medios de comunicación: es la forma de propiedad el verdadero problema, ya que se trata de negocios privados con fines de lucro, proveyendo un bien fundamental para las sociedades modernas, la información. Y la información no puede proveerse con lógica privada. Peor: con lógica de mercado. Tiene que proveerse  con lógica pública, con lógica de derechos. Si es reconocida como cuarto poder ¿por qué entonces no plantearlo como una función del propio Estado, con legitimidad y controles democráticos? Si es tan fundamental el derecho a la información (y estamos de acuerdo en esto, es la base de otros muchos derechos) ¿cómo puede estar en manos privadas y con fines de lucro?"

Y reafirmó: "La comunicación como función del Estado no significa estatización. La comunicación como una nueva función del Estado significa que es responsabilidad directa del Estado, con una visión de bien común y con legitimidad y controles democráticos para garantizar dicho derecho fundamental. Fue tan solo una idea a discutir, probablemente audaz, arriesgada, alguno podría considerar absurda, pero seguramente menos absurda que negocios privados garantizando un derecho, se los aseguro".

El 7 de mayo se realizó el referéndum constitucional y consulta popular. Allí se incluyeron preguntas referidas a cambios en el código penal y otra serie de cuestiones. Entre ellas, dos relacionadas con medios de comunicación. En ambas ganó el sí a la propuesta de Correa. Las preguntas fueron las siguientes:
_  ¿Está usted de acuerdo con prohibir que las instituciones del sistema financiero privado así como las empresas de comunicación privadas de carácter nacional, sus directores y principales accionistas, sea dueños o tengan participación accionaria fuera del ámbito financiero o comunicacional, respectivamente, enmendando la Constitución como lo establece el anexo 3? Por el 47 por ciento ganó el SI.
_ ¿Está usted de acuerdo con que la Asamblea Nacional, sin dilaciones dentro del plazo establecido en la Ley Orgánica de la Función Legislativa, expida una Ley de Comunicación que cree un Consejo de Regulación que regule la difusión de contenidos de la televisión, radio y publicaciones de prensa escrita que contengan mensajes de violencia, explícitamente sexuales o discriminatorios; y que establezca criterios de responsabilidad ulterior de los comunicadores o medios emisores? Por el 45 por ciento de los votos ganó el SI

En el referéndum Correa obtuvo 500 mil votos más que los obtenidos en el 2009 cuando fue elegido Presidente. Lo que demuestra que más allá de todas las trampas y oposiciones tramposas, hay una realidad inobjetable: los pueblos siguen apostando a esos gobiernos que se les parecen porque son el pueblo mismo.

Juan Domingo Perón dijo que "la verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un sólo interés: el del pueblo".

El pueblo ecuatoriano quiere  el derecho a la comunicación. Será un gran desafío para los años que viene terminar de hacer efectivo ese derecho.
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