Argentina y Navarra desarrollarán acciones conjuntas sobre gestión forestal

El protocolo de colaboración que firmarán la República de Argentina y el Gobierno de Navarra (España) ya fue aprobado a  nivel de las autoridades, lo cual habilita las condiciones para desplegar acciones conjuntas relacionadas con el desarrollo sostenible, en los ámbitos de la gestión forestal (conservación, planificación o certificación); la adaptación y mitigación del cambio climático; y la promoción de las energías renovables en el marco del sector forestal.

El documento marco en ciernes facilitará la elaboración y financiación o en su caso confinaciación con fondos comunitarios o internacionales de proyectos conjuntos que redunden positivamente tanto para el sector forestal argentino, como para el de Navarra, según ha informado el Ejecutivo foral en una nota.

La Comunidad foral espera que esta colaboración posibilite la apertura de potenciales mercados, especialmente Latinoamérica, para empresas navarras del sector con conocimiento y experiencia en la materia. La firma de este protocolo está apoyada tanto por propietarios forestales como por la industria maderera.

De hecho, la Asociación Forestal Navarra (Foresna-Zugaia) y la Asociación de Empresarios de la Madera de Navarra (Ademan) participarán en acciones que emanen de este acuerdo de colaboración, un documento marco que facilitará la elaboración de proyectos conjuntos.

El Gobierno foral ha señalado que con frecuencia, administraciones españolas y otras de carácter internacional contactan con el Gobierno de Navarra para interesarse por la política forestal implementada en la Comunidad foral.

Debido a este liderazgo y al interés mutuo, el gobierno argentino y el Ejecutivo foral han impulsado un marco institucional que facilite la cooperación en los tres ámbitos señalados, con objeto de lograr un avance de las políticas forestales, facilitar la transferencia de conocimientos y posibilitar la referida búsqueda de financiación, cuestión relevante en este periodo de crisis económica.

Líneas de acción

Entre las principales y potenciales líneas de actuación que las partes pueden desarrollar al amparo de este convenio figuran las relacionadas con la promoción y mejora de la gestión forestal, con los siguientes objetivos: desarrollo de programas y planes forestales para la mejora y conservación forestal y de la actividad de las empresas del sector; desarrollo de estrategias de planificación forestal integral y sostenible, con procesos de certificación forestal; intercambio de experiencias para la mejora de la gestión forestal y en particular de prácticas silvícolas, del uso pastoral, de la gestión y manejo de cuencas, de la conservación y manejo de espacios naturales y del sector industrial forestal; e implantación de programas educativos y acciones de fomento y divulgación.

En relación con el cambio climático, el protocolo ampara el desarrollo de proyectos de reducción y captura de emisiones de gases de efecto invernadero en Argentina, con la participación de empresas argentinas y de la Comunidad foral, en el marco del Mecanismo para un Desarrollo Limpio incluido en el Protocolo de Kyoto y a través de mercados de carbono.

Estos proyectos serán diseñados para contribuir al desarrollo sostenible en Argentina, a la vez que corresponderán a sectores económicos de interés de Navarra y serán implementados con un espíritu de cooperación entre las partes, según reza el texto.

Otro objetivo es el intercambio de información técnica, conocimientos y herramientas para el diseño de políticas y medidas sobre protección ambiental y mitigación de cambio climático (construcción sostenible, o la prevención de desastres naturales relacionados con el cambio climático, entre otras).

El tercer bloque de la cooperación, referido a la promoción de las energías renovables, contempla la promoción de la dendroenergía (energía obtenida a partir de biocombustibles derivados de los bosques, árboles y otros tipos de vegetación de terrenos forestales), desde la gestión de los montes hasta implantación de infraestructuras de producción energética. Una comisión técnica de seguimiento, integrada por cuatro miembros (dos por cada administración) velará por el cumplimiento del protocolo.
Datos del sector forestal en Navarra

Aproximadamente, el 65% de la superficie total de la Comunidad foral está catalogado como terreno forestal y, de este, el 45% es superficie arbolada.

El 80% de esta última se corresponde con bosques autóctonos, principalmente hayedos (un tercio de las hayas de España crecen en Navarra) y de pinos silvestres. Hay que tener en cuenta que en los últimos 25 años la superficie forestal en Navarra se ha visto incrementada en un 24%.

Por otra parte, más del 60% de los terrenos forestales comunales en Navarra están planificados, para asegurar un aprovechamiento sostenible. En España, este porcentaje se reduce al 10,5% y en los países nórdicos se eleva al 90% de la superficie forestal.

Por lo que se refiere a la propiedad, en torno al 70% de los bosques es de titularidad pública y el 30% restante es de propiedad privada.

En cuanto al aprovechamiento, el 84% de la madera navarra que se aprovecha está certificada, lo que asegura al consumidor que su origen es legal y sostenible, porcentaje que en España apenas llega al 3%. En cuanto al tejido industrial-empresarial forestal navarro, puede clasificarse en cuatro categorías: empresas de explotación y trabajos forestales; empresas de primera y segunda transformación; industria papelera e industria relacionada con biomasa forestal.

A su vez debe reseñarse la presencia de una red de pequeñas empresas forestales dedicadas a labores de asesoría técnica y de ingenierías vinculadas a proyectos de aprovechamiento energético.

En total el número de empresas en el sector forestal asciende a 300, aproximadamente. La estimación es que generan 2.100 empleos directos y que, por cada empleo directo, se genera como mínimo un empleo indirecto, por lo que se alcanzaría una cifra de 4.200 empleos en estos subsectores.

En el caso concreto de la biomasa forestal para uso térmico, genera 135 empleos por cada 10.000 habitantes, frente a 9 empleos que genera el gasóleo o el gas natural.