Una Cumbre sin Cristina

Desde el día que la presidenta argentina anunciara la expropiación de YPF, una de las tantas incógnitas que se presentaban era si finalmente iba a asistir a la Cumbre Iberoamericana de Cádiz.


Pasaron casi siete meses de aquel 16 de abril, y, la relación bilateral entre Argentina y España lejos está de poder retomar aquellos lazos históricos que los vincularon por siempre.


Finalmente, y como se especulaba, Cristina Fernández decidió no participar de la Cumbre por Consejo Médico, una situación que le sirvió para salir del paso, pero a su vez corroboró el estado de la situación entre ambos países.


El método que eligió para comunicar su ausencia generó más dudas que certezas, donde, por un lado nadie puede discutir la opinión de los médicos, aunque llamó poderosamente la atención que en el comunicado se indicara que "la asistencia de la Sra Presidenta a la mencionada cumbre, implicaría la realización de alrededor de 40 horas de vuelo, para una permanencia en Cádiz de solo 36 horas junto al padecimiento del jet lag por la diferencia horaria existente entre Argentina y España", con el grosero error de poner en el texto "las 40 horas de vuelo" cuando el viaje a Madrid dura doce horas, sumadas a las doce horas de vuelta llegarían a las 24 horas de vuelo.


Por más vueltas que le quieran dar, lo que está claro que la presencia de la presidenta argentina en Cádiz hubiera  "revolucionado" un poco el ambiente, en el que  uno de los puntos centrales de la Cumbre será el de la seguridad jurídica de las empresas, donde los contrapuntos iban a surgir, generando un ambiente poco propicio para este tipo de reuniones.


Obviamente está decisión tuvo un correlato en el que por más que lo quieran ocultar, ni España realizó el mayor esfuerzo posible para que la mandataria argentina estuviera presente en la cita iberoamericana, ni Cristina mostró un real interés real en participar de la misma.


A pesar de lo que quieran hacer creer algunos medios -opositores al gobierno argentino- que informan que el gobierno que preside Mariano Rajoy buscó denodadamente que la presidenta participara de la Cumbre, lo cierto es que durante los siete meses que pasaron desde la expropiación de YPF no hubo un acercamiento concreto, y mientras España se mantiene muy firme en su postura de defensa a Repsol, con la convicción de proteger la seguridad jurídica de las empresas españolas, por el lado argentino ignoran este tema, y contraatacan con todo tipo de improperios sobre el accionar de Repsol al frente de YPF:


Por otra parte la versión publicada en el diario La Nación que indicaba que el Rey Juan Carlos le pidió a empresarios argentinos en una reunión que mantuvieron en España que convencieran a Cristina para que vaya a la Cumbre, definiría de cierta manera la situación, ya que, de haber existido ese pedido, suena raro que no haya sido el mismo Rey Juan Carlos el que  llamara directamente a la presidenta, para pedirle de su propia boca que asista al evento.


Mientras tanto, el Canciller español García-Margallo  aún se ilusiona con encontrar una "solución negociada" por la expropiación de YPF, y reconoció el derecho de nacionalizar un sector estratégico pero "con un procedimiento reglado y pagando un precio justo", un tema que del lado argentino lejos está de convertirse en una realidad, ya que el gran objetivo es el de hacerse de las acciones de la compañía sin abonar un solo peso.


Todo se definirá en las Cortes Internacionales, litigios que llevan su tiempo, y donde una vez más llegarán las acusaciones de uno y otro lado, en una causa que se debería haber resuelto de otra manera.


A su vez, y por si todo esto fuera poco, los más revanchistas no se olvidan que en el 2010, y cuando aún las relaciones bilaterales eran óptimas, el entonces presidente español José Luis Rodríguez Zapatero, se ausentó de la Cumbre Iberoamericana de Mar del Plata a último momento, generando un desaire que al día de hoy muchos recuerdan.


Lo cierto es que se perdió una gran oportunidad para tratar de comenzar a normalizar una situación que lejos está de ser la ideal, y que como están las cosas, lamentablemente va a ser muy difícil que en el mediano plazo se vaya a solucionar.