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Secretario de Derechos Humanos

Duhalde aseguró que 'La Argentina tiene una enorme deuda de gratitud' con Garzón

Duhalde aseguró que "La Argentina tiene una enorme deuda de gratitud" con Garzón

sábado 11 de febrero de 2012, 16:04h
El secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, expresó la "enorme deuda de gratitud" del pueblo argentino con el destituido juez español Baltasar Garzón, condenado por un tribunal ibérico por intentar investigar los crímenes del franquismo.
"No hablo de condena, porque no es Baltasar Garzón el condenado, sino el sistema judicial español, que ha quedado en evidencia frente a la comunidad española e internacional, por su carácter faccioso y por su servidumbre a las minorías del privilegio", dijo Duhalde en una carta personal enviada a Garzón.

En la nota, el funcionario elogió la "enorme distancia entre tu dignidad de hombre ético y jurista probo, comprometido con los grandes valores de la Humanidad y estos pequeños hombrecillos togados cumpliendo ese triste papel de marionetas", manifestó en referencia a la sala penal del Tribunal Supremo de España que lo juzgó.

Garzón fue condenado a once años de inhabilitación para ejercer la magistratura pero, para el secretario de Derechos Humanos argentino, "has dado tu última lección como Juez, de integridad moral y fidelidad a tu conciencia" al intentar "romper el silencio" de aquellos crímenes cometidos hace más de setenta años.

"Habrás dejado de ser un magistrado para comenzar la etapa más esplendorosa de tu magisterio. Allí por donde camines, en tus nuevos trasiegos y andaduras los hombres y mujeres de todo el mundo te señalarán diciendo: allí va un hombre justo", dice otro párrafo de la carta.

"Hace veinte años, cuando te conocí, aquella noche en que recibimos sendos premios a los Derechos Humanos otorgados por la entonces Asociación de Derechos Humanos de Madrid, era muy difícil imaginar la enorme deuda de gratitud que alcanzarías en el corazón del pueblo argentino", sostuvo Duhalde.

Basado en el concepto de "justicia universal" que anima a la Corte Penal Internacional de La Haya, en los años 90 el magistrado destituido juzgó en ausencia a los principales represores de la última dictadura argentina, por crímenes de lesa humanidad cometidos contra españoles.

Mientras acá gozaban de impunidad por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, juzgó y condenó por los "vuelos de la muerte" al piloto naval Adolfo Scilingo, que hoy cumple prisión perpetua en España.

En 1998 también ordenó y logró la detención en Londres durante cinco meses del ex dictador chileno Augusto Pinochet, el único castigo que recibió en vida pese a los crímenes probados por la justicia de su propio país.

"Hoy levanto una simbólica copa para brindar, aunque todavía te queda un largo y venturoso futuro, porque ese amigo andaluz, del cual he aprendido tantas cosas nobles, ha entrado por la puerta grande de la Historia", concluye la carta
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