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El año que vivimos con orgullo

El año que vivimos con orgullo

martes 27 de diciembre de 2011, 23:20h
Las primeras líneas de cualquier mensaje suelen ser la más difíciles de elegir. Aunque tengamos muy claro qué poner en la carta, qué decir en el discurso o qué exponer en el artículo. La tarea es singular y hasta se estudia en la literatura universal. Entre los grandes clásicos, uno de los primeros párrafos preferidos es el de Dickens en su "Historia de dos ciudades":

"Eran los mejores tiempos, era los peores tiempos, la edad de la sabiduría, el ciclo de la estupidez, la fase de la creencia, la etapa de la incredulidad, la estación de la Luz, la hora de las Sombras, era la primavera de la esperanza, el invierno de la desesperación, lo teníamos todo por delante, nada había frente a nosotros...".


Hace un año, cuando comenzamos a hacer Embajada Abierta, cuando también las primeras líneas de este newsletter tuvieron que ser escritas para establecer un canal de comunicación desde la Representación Argentina ante la ONU, la situación de crisis internacional parecía un guión escrito por Dickens. Sólo que esta vez, los "peores tiempos" asechaban más bien al Norte desarrollado.

 

Desde el Sur, en cambio, Argentina había dejado atrás su propia "hora de las Sombras". Centrada en la inclusión social y fortalecida como nunca dentro de su la comunidad regional, el país volvía al concierto mundial con su propio "todo por delante": recuperar su protagonismo en pos de un orden mundial más justo, de un sistema multilateral más democrático, como miembro fundador de las Naciones Unidas.

 

Este año que vivimos con orgullo desde la Representación ante la ONU nos exigió también un plus de responsabilidad que vino con el reconocimiento: presidir el Grupo de los 77 (G77) más China, el foro de países en desarrollo más importante, con 132 naciones agrupadas en un mismo bloque y posiciones comunes en debates  centrales, sobre paz, seguridad, desarrollo, derechos humanos, reforma financiera, comercio justo y democratización de los organismos multilaterales.

 

Ahora, para nosotros, es tiempo de hacer el balance de esta intensa etapa, en la que 15 mil suscriptores del newsletter y cientos de miles de visitas a Embajada Abierta nos acompañaron en una experiencia de comunicación más que enriquecedora.

 

A nuestros aportes, sumamos opiniones, análisis e informaciones, y tomamos nota de actividades y discursos  tan importantes como el que dio la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ante la Asamblea General de la ONU, en la primera jornada- y la primera fila- del más importante debate internacional anual de cada año, esta vez además en representación del G77 más China.

 

La Presidenta reivindicó allí la necesidad de que los organismos multilaterales de crédito trabajen muy fuerte en una regulación en materia de movimientos de capitales a nivel global y en materia de especulación financiera. "Hoy puede ser especulación sobre los alimentos, ayer lo era sobre el petróleo y mañana lo puede ser sobre las pastillas de menta si esto da rentabilidad ", dijo.

 

Embajada Abierta reflejó reiteradamente en sus envíos otro deseo expresado por la Presidenta: la reforma de la ONU, la democratización de sus organismos y, en especial, del Consejo de Seguridad, eliminando el derecho de veto y la categoría de miembros permanentes, propios de una "fotografía vieja", de un mundo bipolar ya inexistente que necesita de nuevos equilibrios en el que antiguas potencias no sigan gozando de privilegios injustos.

 

No hay mejor ejemplo para esos privilegios, precisamente, que el que sufre nuestro país en uno de los asuntos más caros para los argentinos, prioridad para Embajada Abierta: el rechazo británico a entablar negociación alguna sobre la soberanía argentina sobre las Malvinas y demás islas del Atlántico Sur ocupadas ilegalmente por el Reino Unido desde 1833. Las decenas resoluciones y pronunciamientos del Comité de Descolonización de la ONU respaldando los reclamos argentinos de una negociación bilateral, ignoradas por Londres y su poder de veto, son evidencia clara de lo que se ha logrado diplomáticamente para esa causa, pero también de lo que queda por hacer.

 

En 2011, Argentina también desempeñó un doble rol como parte del Grupo de los 20 (G-20) y en la Presidencia del G77, con una representación estratégica de potencias desarrolladas y de países en desarrollo que debate todavía esa imprescindible reforma de un sistema financiero multilateral nacido a mitad del Siglo XX que, como en el caso del FMI, refleja unos intereses y una relación de fuerzas imposibles de hacer valer en esta realidad global del Siglo XXI, que exige dejar de confundir crecimiento con desarrollo.

 

En este año de comunicación recorrido con nuestros lectores y suscriptores, reflejamos entre muchos asuntos, además, el nacimiento de la histórica fuerza binacional de paz con Chile (Cruz del Sur), el protagonismo de nuestro país en la Convención Internacional sobre Desaparición Forzada de Personas y en la elaboración de la futura Convención sobre Adultos Mayores y debatimos sobre el moderno concepto de Responsabilidad de Proteger (RtoP). Asimismo, defendimos el valor del Protocolo de Kyoto frente al cambio climático y valoramos el papel de Sudamérica en un nuevo orden mundial a través de la UNASUR, forjada con tanta pasión por Néstor Kirchner, honrada a su vez por las becas que llevan su nombre.

 

Si hubo motivos especiales de orgullo en este tiempo ésos fueron, por ejemplo, los avances de Argentina en términos de desarrollo humano y el formidable respaldo popular en las urnas a una clara orientación de nuestra política exterior. Las visitas a nuestro país del secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, y del presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas, Joseph Deiss, también nos reconfortaron especialmente.

 

Se abre, ahora, una nueva etapa, que nos encontrará representando al país en Washington, ante el gobierno de los Estados Unidos. Como dice el juglar, formamos parte de un pueblo que jamás se cansa de caminar, de trabajar y de pensar. Desde nuestro puesto, acompañamos con nuestro mejor esfuerzo el regreso de la Argentina a los primeros planos de la diplomacia mundial.

 

Seguiremos en contacto, amigos, por otras vías pero con el mismo objetivo: hacer del diálogo y de la cooperación herramientas claves para el desarrollo justo y en paz de la nuestra y de todas las naciones, hermanas o distantes, pequeñas o poderosas
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