Claro, ésta del socialismo catalán decisorio -o, aún influyente- es una vieja historia que se acabó con Josep Pallach y sus coetáneos, allá por finales de los setenta, cuando todavía, razonablemente, se podía alimentar la duda porque había una realidad dual.
Hoy en día, la discrepancia real entre PSC y PSOE sólo se mide en función propagandística. Porque en realidad no existe tal dualidad. Desde Cataluña se vende por falsos intereses nacionales, pero ¡qué va a contar todo ello en ese Madrid que es quién realmente importa a todos!. El caso, en definitiva, es vender la cabra...
Lo que pasa es que conviene mantener la virtual existencia de dos almas porque ésta es la manera de evitar que más de uno vea peligrar la poltrona. Aunque el dilema no lo entienda ni el votante socialista que, de hecho, tiene bien claro a quién refrenda.
Y así lo ha demostrado este martes La Vanguardia preguntando a la fontanería socialista catalana 'afincada' en la capital española -la que pesa en el socialismo catalán, por cierto- sobre la idea de un grupo propio.
Por el 'sí', ni están ni se les espera (cero -pero de cero, cero ¿eh? 'patatero', vamos-). Por el 'no', 11 diputados; y por el 'prefiere no contestar' (cabe añadir ¿para qué hacerlo?), 14 señorías. Resultados, éstos dos últimos que, por cierto, suman un total que iguala 25 diputados. Los del PSC dentro del PSOE. De ahí que no sea menester hallar interpretaciones a los números presentados ante la opción que favorecería una respuesta afirmativa a la pregunta.
Si (
No(
