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Crisiología

Crisiología

Crisiología es un término  patentado por Pérez Galdós para describir al periodismo parlamentario de su época, cuando las crisis políticas de gobierno menudeaban tanto como las estaciones. En nuestros días el término podría aplicarse a la abundante literatura sobre la larga crisis económica que nos afecta durante los años del inoperante gobierno de Rodríguez Zapatero. En su fase agónica la crisis se ha polarizado entre el clamor de la opinión y el consejo de la Corona a favor de un esfuerzo unitario de salida –una hipótesis de pacto de Estado- y el empeño de un gobierno con encefalograma plano de resolverla por sí mismo por el simple procedimiento de asumir alguna de las chispas que pueda suministrarle la oposición.

Este planteamiento se basa en el falso criterio de que basta asumir algunas sugerencias de distintos sectores políticos o sociales para convertir en idóneas y eficaces a las mismas personas que han probado sobradamente su incapacidad para gestionar la crisis. Tiene más sentido, por ejemplo la propuesta de Esperanza Aguirre de un gobierno de concentración con nuevas incorporaciones. Aunque, quizá, sea pedir demasiado al autismo del presidente Zapatero

Pero existen precedentes que, sin exigir una auténtica coalición, supieron buscar en el momento oportuno a una personalidad aceptable para todos para conducir las operaciones económicas convenientes sin modificar la totalidad del signo del gobierno. Pienso en 1977, cuando una mala situación económica con paro, inflación y caída de inversiones aconsejó al Presidente Suárez llamar a la vicepresidencia económica a un economista de prestigio, Fuertes Quintana, que no pertenecía ni al partido gobernante ni a la oposición. Fuertes Quintana puso en marcha las medidas necesarias para afrontar aquella crisis y, en torno a su planteamiento, pudieron establecerse los  llamados Pactos de La Moncloa que firmaron los partidos y devolvieron confianza a los mercados. ¿Es que no existe en España hoy ningún economista reputado para  hacer algo parecido? Sin duda existe dentro y fuera de los partidos, aunque no en el actual gobierno. Sólo falta para encontrarlo el espíritu generoso de la Transición en el que no cree el presidente Zapatero y cuya descreencia es lo que le separa cada vez más de la opinión pública. También falta claridad de propuesta en la oposición. Pero la crisiología de nuestros días demanda aquel camino.
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