La Corte Constitucional de Colombia, en una decisión que la honra, puso fin a las aspiraciones del presidente Uribe de ir como candidato a las próximas elecciones, al decidir en días pasados que el proyecto de ley convocando a un referendo que permitiera su reelección por segunda vez, para un tercer periodo consecutivo, era inexequible. El fallo, leído por el presidente del alto tribunal Mauricio González, establece que la iniciativa violaba la constitución de 1991 en aspectos como la separación de poderes, el principio de pesos y contrapesos en el sistema legal, la transparencia y la igualdad. Uribe, quien había alcanzado su segundo mandato en 2006, gracias a una primera y controvertida reforma de la Constitución que introdujo la posibilidad de la reelección presidencial y donde estuvieron involucrados los votos de dos diputados acusados posteriormente de soborno, había manifestado su intención de continuar en la presidencia hasta el 2014, apoyándose en su alta popularidad de un 70%.
La estrategia del uribismo contaba con varias opciones para buscar aprobar la segunda reelección del presidente colombiano. Algunas de ellas, como la del referendo, habían sido planteadas ya en el 2004. Con relación a este último había dos modalidades que los uribistas podían utilizar. La primera de ellas era la de preguntarle directamente a los colombianos si estarían de acuerdo en prorrogar el periodo del mandatario. La segunda consistía en preguntarle al pueblo si quiere reformar la Constitución nuevamente y entonces, si el pueblo también pide la reforma constitucional, se cambiaría el texto que establece la reelección por una sola vez, por un texto que la permitiera por más de una. Ya varios juristas entre ellos, el ex presidente de la Corte Suprema de Justicia de Colombia José Hernández Galindo, habían advertido que existían visos de ilegalidad con estas dos opciones. Principalmente con la primera de ellas que representa una violación de la Constitución de acuerdo con la jurisprudencia sentada, en el año 2003, por la Corte Constitucional. En cuanto al segundo caso, en opinión de Hernández, "tendría que aplicarse solamente hacia el futuro para no convertir el acto, en un acto electoral que también pudiera ser declarado inconstitucional por la Corte". En cualquier caso, todos estaban de acuerdo en que cualquier posibilidad de una segunda reelección tendría que pasar por una reforma del texto constitucional.
Se trata de la misma reforma constitucional que tendría que darse en Venezuela para que Chávez pudiese ir a un tercer periodo; al menos, dentro del marco de la actual constitución bolivariana. Al chavismo, por lo tanto, le quedan dos opciones para ello, o eligen una constituyente que redacte otra constitución, o modifican la actual por medio de un referendo anticonstitucional. De esto último ya tuvimos un ejemplo reciente en el 2009, cuando se desconoció el no rotundo, que el pueblo depositó en las urnas en la consulta popular de diciembre del 2007.
La comparación la traemos a colación debido a que pecaríamos de ingenuos si creyésemos que es mera casualidad el discurso permanente de Chávez sobre sus intenciones de quedarse en el poder hasta el 2021 o hasta el 2030. Mas allá del tono burlón y prepotente con que lo dice, es evidente la intención que está detrás. Concluir, por lo mismo, que Chávez debe tener un plan para ejecutar algunas de las alternativas antes mencionadas, tanto si gana como si pierde las elecciones parlamentarias anunciadas para el próximo mes de septiembre, es casi forzoso. Por supuesto, que con mucha mas ventaja y oportunidad de éxito si se da lo primero.
La similitud del caso colombiano con el venezolano salta la vista, y de ahí la importancia de la sentencia de la Corte Constitucional de Colombia, que actuó con un criterio totalmente institucional. Bastaría por ver cual sería el comportamiento de nuestra Sala Constitucional, ante el mismo asunto, para saber si la comparación es completa.
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