La muy cariñosa República Argentina

Los que conocemos la tierra que acarició a Castelao, Abraira, Alonso Ríos, Blanco Amor, Cupeiro, Prada, Pampillón o Suárez Picallo sentimos honda gratitud con los que le abrieron la puerta del fogón donde pudieron calentar sus huesos después de muchas noches de frío. Los emigrantes fundaron una gran parroquia en Buenos Aires con el aporte de su sudor de honrados trabajadores. Los frutos mejores fueron para los descendientes que recibieron una buena herencia ya fuese en dinero, educación o ejemplo de vida.

El desembarco en un alejado puerto siempre es motivo de preocupación. El viaje no se hizo para conocer nuevos paisajes. Por suerte, los anfitriones son buena gente y enseguida aprendemos que las “pizzas” son para comer y los “tangos” para bailar o escuchar. En una avenida llamada de Mayo encontramos vecinos de la parroquia. Los que nos reciben saben más de Rosalía de Castro que los recién llegados. Los domingos la gaita de Manuel Dopazo [“Maestro Mayor de Silleda”] llenaba de alegría aquellos desplazados corazones.

Creo que aquella alegría de vivir se fue desmoronando. Un país abierto en el que los emigrantes levantaban su casita y comían habitualmente una sabrosa y jugosa carne de ternera que incluía una dosis especial de energía para el cuerpo y el espíritu. ¿Qué fue lo que sucedió? Alguien deberá de explicarme el hecho de que hoy en Buenos Aires ---el resto del país es diferente--- la mayoría de la colectividad gallega sea insolidaria y maleducada. Son muchos los que gritan una serie de insultos contra una señora presidente que fue elegida en las urnas.

Los abuelos emigrantes vivían sonriendo e con el color del bienestar en la frente. Ahora los nietos semejan andar siempre enojados, a pesar de que heredaron un patrimonio. Los descendientes tienen empresas y propiedades por las que no sudaron. Nacieron en un bar, restorán, panadería o fábrica de calzados. ¿Entonces qué es lo que pasa? Creo que los convencieron de que son los elegidos para beneficiarse de las inmensas riquezas de un país que tiene blanco hielo en Ushuaia y muy fuerte sol en La Quiaca. Quieren más. No piensan en los que están alejados del agua potable, de la electricidad o de los servicios de salud.

Quiero destacar un hecho que considero importante dentro del gran proceso renovador comenzado por el ex presidente Kirchner. Quien hizo posible la salida de la crisis moral y económica no fue un porteño del barrio de La Recoleta, fue un hombre nacido en Rió Gallegos. Allá en el sur patagónico, heredero de raíces suizas y croatas, adquirió la disciplina del emigrante para encaminarse en la vida. El casamiento con una nieta de la emigración gallega ---el abuelo de Cristina era de A Fonsagrada--- lo ayudó a perseverar en la idea de que el país entero puede mejorar si el gobierno defiende el interés general.

Lo que sucede es que cuando se gobierna de acuerdo con las líneas del bienestar general; hay quien recibe golpes. Son todos aquellos que están a agarrar más de lo que les corresponde. Estoy hablando del grupo empresarial liderado por el diario “Clarín”. Aplaudían a Videla y a Menem. Eran buenos socios. Pudieron robar lo que quisieron para llegar a tener una posición casi monopólica de los medios de comunicación. Estaban muy tranquilitos hasta que llega un gobierno que quiere democratizar los servicios de comunicación. La nueva ley los obliga a desprenderse de parte de su oligopolio de canales de televisión, revistas y diarios.






Así se explica la triste y miserable campaña de los coimeros del “Clan del Clarinete” que llevan años ocultando el avance y el progreso en la República Argentina. Supongo que dentro de un tiempo algún investigador presentará una tesis doctoral sobre el intento de un grupo informativo por negar la realidad o como utilizar la información para envenenar a los ciudadanos. El análisis de las primeras planas de “Clarín” alcanza para llenar de debate cualquier escuela de Periodismo. Los propietarios de “Clarín” no son estrategas. Actúan de forma infantil y sin la más mínima educación. Están derrotados. No hay argumentos que sostengan la continuidad en el mercado audiovisual de un grupo empresarial que imposibilita la pluralidad informativa. Hay que limitar la fuerza de unos empresarios que no son nada limpitos. No fueron juzgados por la apropiación indebida de “Papel Prensa, S.A” durante el mandato del general Videla, el facilitador del robo de la empresa de David Graiver.

Creo que el 90% de los argentinos desea una Argentina de futuro. Aplauden la inauguración de hospitales, gasoductos y universidades públicas. Entonces la pregunta es sobre el 10% que niega con tenacidad el avance de un país que salió de la crisis y de la indefensión delante de los buitres internacionales. Los negacionistas no son enfermos ni desequilibrados mentales. Son egoístas insolidarios a los que les jode ver que el vecino compró un coche para ir de vacaciones. El combustible que los mueve es la envidia que consumen en las páginas de dos diarios envenenados. Coincido con el periodista Mario Wainfeld cuando dice que “la rabia que destilan los titulares de “Clarín” dista de ser inocente. Quiere azuzar la bronca y la desazón...”

En los últimos diez años el porcentaje de ciudadanos encuadrados dentro de la clase media pasó del 15% al 32%. El informe del instituto estadounidense Pew Research Center indica que en una década más de 7,5 millones de argentinos mejoraron sus condiciones de vida. Su comentario es bien explícito: “Si bien es cierto que el crecimiento económico es el factor más importante para la reducción de la pobreza y la elevación de la clase media; las políticas de redistribución del ingreso y la disminución de la desigualdad también ayudaron a expandir la población de la clase media”. El salario mínimo [6060 pesos] es el mejor de la región y según “The Guardian” las principales ideas del kirchnerismo seguirán teniendo vigencia aún que el 10 de diciembre asuma un nuevo gobierno.

El nuevo presidente será Daniel Scioli Méndez. Los rivales del PRO viene de perder en 9 de las 15 comunas porteñas y fuera de los límites de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tienen muy débil implantación. El votante macrista es muy especial. No quiere pagar impuestos. Su deseo de “porteño de medio pelo” es desplazarse hasta Colonia para desayunar y luego almorzar en Montevideo y cenar en la hermosa Punta del Este. Algo normal si no fuese que solo le interesa pisar la verde Banda Oriental si va con una billetera llena de dólares. Tiene que ser aquel dólar “low cost” que cambiabas por un peso argentino. Con los “macricidas” no se puede razonar. Son fundamentalistas y por lo tanto muy resentidos. Elogian una bicisenda de una cuadra y niegan el importante avance de la puesta en órbita de un satélite de comunicaciones [ARSAT-1] hecho en San Carlos de Bariloche.

Las encuestas reflejan que ocho de cada diez argentinos creen que el Estado debe ser el principal responsable de asegurar el bienestar de la gente. Los teóricos del “macricidio” defienden la cambalachada de que el Estado no debe de intervenir en la economía. Repiten recetas caducadas. Olvidan que fue ayer cuando quemaron a los argentinos con una coimera privatización de servicios públicos. Hace unos pocos días que el PRO cambió su discurso. Ahora dicen que no privatizarán Aerolíneas Argentinas. Creo que es otra “metida de gamba” porque la ciudadanía necesita tiempo para digerir el súbito travestismo [expresión de Raúl Kollman] que convierte al PRO en “papelitos al viento, un día van para un lado y otro día van para el otro”, en palabras de Diego Bossio.





La herencia que recibirá el nuevo presidente es muy buena. Las arcas públicas cuentan con abundantes recursos aunque desde el año 2003 se pagó al exterior 192.000 millones de dólares de deuda pública. El pago hizo posible que Argentina no tenga que arrodillarse delante del FMI. El porcentaje de la deuda exterior sobre el PIB era del 166% y pasó en julio de 2014 al 42,8%. El país camina por la ruta de la autonomía energética. Los yacimientos de “Vaca Muerta” son una fuente de riqueza que ayudará al desenvolvimiento de la industria local. Más de mil científicos retornaron al país para trabajar en empresas públicas o privadas que apuestan por la creación de empleo de calidad. Las obras públicas son un realidad en todas las provincias. En la ONU aplauden a Argentina por frenar con responsabilidad los ataques injustificados de los buitres financieros internacionales.


Doña Cristina finaliza su gestión en lo más alto del podio. Su abuelo materno, Pascasio Fernández Gómez, de la parroquia de San Pedro de Neiro fue quien le trasmitió la pasión emigrante del buscador de nuevos horizontes. Los chusmas están echando humo. Intentaron que la viuda de Néstor Kirchner se hundiese y perdieron por goleada ya que la nieta de don Pascasio se mantuvo firme y no hubo viento que la doblegase. Hoy es la mujer con más reconocimiento popular desde los tiempos de la inolvidable Evita. Espero que pueda acercarse por la aldea de Mazaeda para ver el monte que le quedó en herencia y comer, invitada por sus primos Adela, Manuel y Óscar, la joya culinaria local llamada butelo.

MANUEL SUÁREZ SUÁREZ