El jurado halla culpable a la mujer de Valladolid acusada de matar a su pareja, aunque sin pretenderlo
viernes 25 de octubre de 2013, 12:18h
El jurado popular en el juicio celebrado
contra Eva María L.F, la mujer que en febrero de 2012 mató en Valladolid
capital a su pareja sentimental, Jesús María C.F, al clavarle un
cuchillo de cocina en el abdomen, considera que la acusada no pretendió
arrebatarle la vida.
Los integrantes del jurado, en su veredicto, leído por el portavoz
en la Audiencia de Valladolid, estiman probado que la procesada es
autora de la muerte de Jesús María C.F. al "asestarle" una cuchillada
pero, y aunque pueda parecer contradictorio, entienden que no perseguía
ese trágico final--no hubo dolo directo ni eventual--, de ahí que los
hechos han quedado reducidos a un mero homicidio por imprudencia.
Pero además, para los seis varones y tres mujeres que componían el
jurado no concurre la agravante de parentesco, ya que la relación de
verdugo y víctima se hallaba ya "muy deteriorada" y su convivencia era
tan sólo "esporádica", y en cambio sí aplican en su favor la atenuante
derivada de la ligera alteración de las facultades mentales que sufría
la homicida como consecuencia de la ingesta de opiáceos y
tranquilizantes.
Escuchado el pronunciamiento, el Ministerio Fiscal, que
inicialmente solicitaba trece años de cárcel por homicidio doloso, se ha
visto obligado a rebajar la petición a cuatro años, con la misma
responsabilidad civil cifrada en 200.000 euros en favor del hijo de la
víctima, de 11 años y nacido de una relación anterior, mientras que la
defensa ha interesado para su patrocinada una condena mínima de seis
años de privación y una indemnización de 100.000 euros, según informaron
a Europa Press fuentes jurídicas.
Será ahora el magistrado José Luis Ruiz Romero, presidente del
tribunal sentenciador y de la Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia
de Valladolid, el encargado de imponer la pena conforme al veredicto
emitido por los integrantes del jurado popular.
Así, y dado que lleva casi dos años entre rejas, Eva María
recuperará en un breve plazo de tiempo la libertad ya que la condena más
que probable que la espera oscilará entre los tres años y medio y los
dos años de cárcel.
La acusada, durante el juicio, alegó no recordar nada de lo
ocurrido el día de autos ya que había ingerido un cartón de vino y
numerosos tranquilizantes y aseguró que en ningún momento quiso acabar
con la vida de su pareja, con la que pretendía cortar ese fin de semana,
sino que tan sólo deseaba que saliera de su vida, tras una relación
tormentosa y su negativa a denunciarle por maltrato, algo que le habría
llevado a la cárcel por cuanto sobre él pendía una condena anterior que
se hallaba suspendida.
Los hechos se produjeron el día 19 de febrero del pasado año en el
piso de la pareja, un 4º situado en el número 8 de la Avenida de
Segovia. Procesada y víctima se habían conocido dos décadas antes por
haber seguido un programa de deshabituación a las drogas en Proyecto
Hombre y tras coincidir en 2009 en un nuevo tratamiento en el Hospital
Virgen de la Concha de Zamora iniciaron una relación sentimental que se
prolongaba ya tres años hasta que se produjo la refriega mortal.
Durante su relación, las discusiones de pareja fueron una
constante y se caracterizaron por la agresividad verbal de las dos
partes, situación que venía alimentada por la toxicomanía de él y de
ella, pese a los reiterados tratamientos de deshabituación que habían
seguido a lo largo de su vida y sus recaídas, como la que atravesaban en
la época de los hechos y que les mantenía sometidos al consumo de
alcohol y otras sustancias estupefacientes.
Agria discusión
En este contexto, en la tarde del 18 de febrero del pasado año la
pareja se enzarzó en una agria discusión llena de reproches e insultos.
Jesús tildó a Eva de borracha y drogadicta y ésta replicó con insultos
similares y le acusó de haberle robado unas pastillas, hasta el punto de
que esta última llegó a exigir al fallecido que se fuera de casa,
requerimiento que Jesús prometió cumplir al día siguiente.
A tal efecto, la víctima comenzó a hacer la maleta y, entre otros
enseres, introdujo en ella un juego de cuchillos de cocina que le había
regalado su padre.
Las discusiones volverían a reproducirse con más fuerza al día
siguiente, sobre todo por la tarde, lo que llevó en varias ocasiones a
la Policía Nacional a personarse en el edificio, primero a requerimiento
de la propia acusada y luego de una persona anónima, aunque en ambos
casos la presunta homicida aseguró a los agentes actuantes que no pasaba
nada.
Fue sobre las 17.00 horas cuando la pareja, que se hallaba en la
cocina, comenzó una nueva discusión y en el curso de ella Eva, que tenía
en la mano un cuchillo de cocina con una hoja de 13 centímetros de
largo y 1,5 de ancho, asestó una cuchillada a Jesús en la zona
abdominal.
El arma formaba parte del juego de cuchillos propiedad del
agredido que éste había guardado en la maleta y del que su pareja se
había apoderado antes de la última discusión.
La cuchillada se introdujo unos cinco centímetros y medio en el
ombligo de la víctima y seccionó la vena cava inferior que produjo una
grave hemorragia intraperitoneal aguda, pese a lo cual el herido logró
salir del piso tambaleándose y dejando tras de sí un gran reguero de
sangre en su huida hasta la calle, donde quedó sentado agonizante en la
acera y con la espalda apoyada en la pared, a escasos metros del portal.
Su rápida evacuación en ambulancia al Hospital Clínico
Universitario no fue suficiente, puesto que moriría sobre las 17.45
horas de ese día en dicho centro sanitario a causa de la grave lesión
sufrida.