Es de bien nacidos...pero no tanto

A veces no resulta fácil seguir los plenos de las Cortes de Castilla y León (supongo que en todos los parlamentos pasa algo parecido), sobre todo cuando tienes que escuchar por cuarta vez en boca de un procurador el agradecimiento a sus semejantes -léase parlamentarios y miembros de la Consejería en cuestión-  por el trabajo realizado, que casi parecía aquello una entrega de los Oscar.

En este caso, los agradecimientos llegaban  por haber dado forma a la Ley de Ordenación del Territorio de Castilla y León, tarea (hay que reconocer) nada sencilla, después de unos comienzos en los que el "fuego amigo" caía sobre la Junta desde todos los flancos.

Es verdad que es de bien nacidos ser agradecidos pero también lo es que es su obligación y que los castellano y leoneses no nos merecemos menos, es decir, que nuestros políticos trabajen en aquella  función que se les tiene encomendada y que, en este caso, se concreta en diseñar un mapa de futuro para esta tierra en el que tengan cabida todos sus municipios y pedanías.

Un buen colega periodista justificaba tal derroche de agradecimientos en "las cosas del protocolo" y será verdad pero lo cierto es que también el protocolo, como la ordenación del territorio, va necesitando de reformas.