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Bien, sí, pero con escasa munición

Bien, sí, pero con escasa munición

lunes 26 de noviembre de 2012, 00:01h
Al hilo de la iniciativa de las grandes fortunas de Francia, dispuestas a elevar su contribución tributaria en estos años de crisis, se supo que también en España se había producido un hecho similar. Algunos de los españoles más adinerados trasladaron al presidente del Gobierno su disposición a contribuir más... Y le preguntaron: ¿Cuál es el plan? Cuentan que el entonces presidente, desquiciado por la prima de riesgo, tragó saliva (¡glup!) y balbuceó algo similar a esto: "¿Plan?... ¡Salir de la crisis, claro!".

La escasa solvencia de la respuesta invitó a algunas de las grandes fortunas españolas a encauzar su iniciativa contributiva a través de las ONG que operan en el país con más eficacia.

Sí, claro. Hace falta un plan. Sin "relato" no hay confianza ni esperanza. Y sin confianza ni esperanza, el futuro es borroso. O, en todo caso, se adivina en blanco y negro. Esta es la gran cuestión de fondo.

Durante estos años, como bien conoce el lector, en Castilla y León también se han presentado varios planes anticrisis. La mayoría de ellos parciales, voluntariosos, bienintencionados, descoordinados, escasamente ambiciosos y probablemente incoherentes entre sí. En cada una de las excelentes presentaciones del Presupuesto de Castilla y León de estos últimos años se ha echado en falta precisamente eso: la puesta en marcha y el desarrollo de un plan estratégico autonómico plurianual.

Por eso, quizá, llamó la atención el anuncio de la presentación de un Plan de Marketing Turístico de Castilla y León 2013-2014. Fue dado a conocer la semana pasada por la consejera de Cultura y Turismo, Alicia García, en el marco de Intur.

Un proyecto bianual para un sector productivo, sea cual fuere, no parece definitivo. Pero podría sentar las bases de una estrategia creíble a medio plazo. Y además, tratándose de una actividad tan importante, con más futuro que pasado (que diría Herrera), columna vertebral del sector servicios (68% del PIB regional), en fin, permitía alimentar ciertas expectativas.

Es verdad que el turismo ha evolucionado muy positivamente en Castilla y León durante las últimas décadas. Hoy se habla ya se la industria del turismo, el sueño de los primeros gobiernos autonómicos. Un negocio anual de unos 6.000 millones de euros (el 10% del PIB autonómico), con casi 70.000 empleos directos, que se abre paso con dinamismo en la adversidad de esta compleja crisis, tan agobiante como duradera.

Al mismo tiempo, se observa una comprensible ralentización, por la caída de la demanda interior. Aunque aumentan año a año los turistas que visitan Castilla y León, sobre todo extranjeros, el saldo neto del negocio crece con una lentitud desesperante. El incremento de viajeros apenas compensa la caída de precios (-10%) y el menor gasto/persona (-7%) que se registra durante los últimos cinco años.

El sector ha incrementado su aportación al PIB regional en poco más de medio punto en diez años (2001-2009). La cifra absoluta del negocio ha aumentado un 169% durante este periodo, que no es precisamente poco: nueve puntos porcentuales por encima del incremento del PIB regional (160%) en este periodo.

Sin embargo, en términos relativos se ha elevado más el gasto turístico de los castellanos y leoneses fuera de la Comunidad (+1,2% con respecto al PIB regional) que el de los extranjeros que visitan la Comunidad (+0,4%). El saldo neto sigue siendo positivo, por encima del equivalente al 3% del PIB regional, pero se ha reducido prácticamente un punto.

Evidentemente, el sector necesita "un estirón" acorde con las expectativas que ofrece, que son muy solventes. Y para ello, es preciso un plan que publicite la oferta y que dinamice la demanda. Es decir, el sector necesita invertir para ampliar el negocio. En este sentido, el plan que presentó la semana pasada la consejera Alicia García parece ambicioso y coherente.

Por un lado, para extender mejor la oferta turística en el resto de España. Una misión nada fácil, porque la competencia es feroz. Siempre cabe la posibilidad de "atraer" a algunos madrileños más (ya son el 30% de los turistas nacionales que visitan la Comunidad), más catalanes (casi el 8%), o más valencianos (5%). Aunque será difícil superar la imagen de Comunidad "de paso" y de alargar las estancias más allá de un puente o un fin de semana.

Es la segunda parte del plan la más atractiva: impulsar la marca turística autonómica en el exterior. Internacionalizar el sector. Y muy especialmente en aquellos países que, teniendo un gran potencial en este sentido, sus turistas aún desconocen prácticamente Castilla y León. Actualmente, por ejemplo, los turistas chinos representan menos del 1% de los extranjeros que visitan anualmente la Comunidad; los norteamericanos, menos del 6%; los japoneses, casi el 2%... Este negocio tiene un gran recorrido por delante.

Teniendo en cuenta que la Comunidad ni es primer destino importante, ni segundo, para la mayor parte de los turistas extranjeros que más nos visitan (Francia, Reino Unido, Portugal y Alemania), cuando se lee en el este Plan de Marketing en qué nuevos países quiere la Junta animar a sus vecinos a que viajen a Castilla y León (13 países en total, al menos), la primera reacción es de satisfacción. ¡Bien, a por ello! ¿Y cuánto va ha invertir para desplegar tal actividad en tan solo dos años? Respuesta: 21,5 millones de euros en 2013. Conclusión: bien pensado, sí, pero... poca munición para tanto cartucho.

¿A ver si el bienintencionado plan no ofrece más que las conclusiones del máster básico cursado por la prometedora consejera?

Manuel Trapote. Periodista.
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