El secreto es la esencia del poder
jueves 12 de febrero de 2015, 10:27h
La estrategia del último tramo de gobierno kirchnerista: a
todo o nada. Cristina Fernández demuele todas las obras políticas de su marido.
El pánico al llano y a la acción de la Justicia.
El título de nuestra coyuntura política ha sido tomado
prestado del politólogo Norberto Bobbio, quién en su texto Democracia y Secreto
desgrana la importancia del secreto en la construcción y mantenimiento del
poder, asunto que se exacerba en los regímenes autocráticos. En esa línea que
hace del secreto un arma fundamental, no es casualidad que un ensayista como
Uki Goñi, especializado en nazismo y estalinismo haya escrito en el New York
Times un artículo sobre los "suicidados" en la historia política del peronismo,
a propósito de la muerte de Alberto Nisman. Un crimen de gran repercusión
internacional.
En ese sentido, el gobierno de Cristina Fernández acumula
dos suicidios notables, el de Iván Hein, economista de La Cámpora y el del
mencionado fiscal Nisman, ambos profesionales encumbrados en su actividad por
Néstor Kirchner. El primero murió en circunstancias extrañas y el segundo luego
de denunciar a la presidente por querer encubrir los atentados a la embajada de
Israel y de la AMIA. A la muerte del joven economista la vamos a dejar de lado,
pero la muerte del fiscal que está estremeciendo a los núcleos pensantes de la
sociedad argentina y del mundo, la vamos a desmenuzar un tanto.
En primer lugar, el episodio se desarrolló en el contexto
del - hasta hoy - inexplicable cambio de rumbo en las relaciones
internacionales de nuestro país que incluye una revisión del vínculo con Irán,
llevada a cabo con reuniones secretas entre funcionarios de ese país y el
canciller Héctor Timerman a partir de las cuales se llegó a la elaboración del
abstruso e inaplicable - en términos de la acción de la justicia - "memorándum
de entendimiento". El acuerdo nunca fue ratificado por el congreso de Irán,
probablemente debido al cambio de presidente, razón por la cual jamás entró en
vigencia. El secreto de esas reuniones clandestinas fue vulnerado por el
recientemente fallecido Pepe Eliaschev, lo que le valió al periodista todo tipo
de descalificaciones y desmentidas oficiales.
Para comprender este cambio de rumbo en las RRII del país,
como para otros casos, es probable que haya que ahondar en aspectos
psicológicos de la actual conducción del país. Tal vez, cierto afán de
protagonismo y anticipación ante lo que se consideró la "decadencia de
Occidente", hayan impulsado al kirchnerismo a negociar con "la primera economía
del mundo" como sostuvo erróneamente la primera mandataria en su desopilante
viaje a China. O a aceptar el abrazo de oso ruso, a la vez que la Argentina se
distancia de sus socios regionales para apostar a alianzas con países que no
podrían integrar la OEA por no exhibir credenciales democráticas. Países en dónde
el secreto y las muertes misteriosas son moneda corriente.
El segundo ingrediente es la acción del fiscal Nisman,
presuntamente precipitada por la intervención de la Secretaría de Inteligencia,
en donde moraban sus informantes clave; y el movimiento del poder Ejecutivo
sobre el Judicial con la designación de fiscales en forma irregular por parte
de la Procuradora Alejandra Gils Carbó, que lo habrían tenido a él como próximo
blanco. En este marco se produce su muerte y desata una serie de temores en la
sociedad al punto de que la diputada Elisa Carrió ha salido a pedir que "Milani
no la mate", en obvia referencia a su labor de inteligencia militar, pasada y
presente en favor del modelo "nacional y popular".
La sempiterna disposición del kirchnerismo a ver
conspiraciones en todas partes - contracara necesaria del secretismo - lo llevó
a responder tarde y mal y a enzarzarse en discusiones mediáticas acerca de la
muerte del fiscal, como si fueran meros opinadores de hechos públicos.
El secreto y la posibilidad de que la Justicia lo saque a la
luz ha desquiciado las entrañas del kirchnerismo y como manotazo de distracción
disolvió la SI y creó la Agencia Federal de Información, como si un cambio de
nombre garantizase un cambio de contenido o la democratización de uno de los
lados más oscuros de nuestro sistema, una auténtica rémora del pasado
autoritario.
Si el secreto es rey, la traición es reina y, aparentemente,
la traición de los servicios de inteligencia de la SI, utilizados por los
Kirchner durante todos estos años para controlar a opositores, jueces y
periodistas, causó la furia de Cristina Fernández en un año en que volverá a la
intemperie del ciudadano común. El fin de la feria judicial probablemente
acelere los procesos judiciales que salpican al poder y los "carpetazos" serán
elaborados en otro lado ¿o cambiará la metodología?
Abandonar el Mercosur; romper la alianza con Hugo Moyano;
dinamitar puentes con los empresarios de todos los rubros; realinear a la
Argentina con las potencias emergentes - una suerte de tercera posición que
fuera pensada por Perón en función de una Tercera Guerra Mundial - alejarse del
PJ; deshacerse de los espías y avanzar sobre la Justicia, son algunas de las
acciones que Cristina Fernández emprendió destruyendo las obras de su marido.
En su lugar ha levantado coaliciones frágiles y alianzas endebles basadas en el
secreto y en los recursos del Estado.
Mientras esto ocurre, el "caso Nisman" marca para el
gobierno un "intento de desestabilización" que en un año electoral tendrá, con
seguridad, repercusiones en la espiralización de un conflicto que amenaza con
ganar la calle. A la marcha convocada para el 18 de febrero por un grupo de
fiscales, no sería raro que se le retruque con otra para ratificar la lealtad
al líder, cuya popularidad está en baja y amenaza las chances de los
precandidatos presidenciales "puros" del FpV.
Pol un puñado de aloz
Y el secreto que ya había comenzado con los acuerdos con
Chevrón, aún no develados, continuó con los tratados comerciales firmados con
China en los que resaltan una iniciativa científico/militar de dudosa finalidad
y la infaltable presencia de empresas, directa o indirectamente ligadas a la
presidente, para intervenir en contrataciones millonarias.
Es lícito pensar que las ventajas impositivas y comerciales
que China obtuvo de un kirchnerismo ávido de divisas, serán onerosas para los
gobiernos venideros. Pasaron sin más que un efecto publicitario los acuerdos
con Angola; Azerbaiyán y Rusia, cuando el humo de la huida del kirchnerismo se
disipe, tal vez ocurra lo mismo con el gigante asiático.
China necesita alimentos y energía, por lo que despliega en
la región una estrategia de grandes inversiones a cambio de esos productos. En
Venezuela avanzó sobre el petróleo y en nuestro país con alimentos y petróleo.
En ambos casos se continúa con la primarización de las respectivas economías.
Un análisis de las relaciones con China durante el decenio
2003-2013 muestra que: el 85 por ciento de las exportaciones argentinas
consisten en soja y sus derivados y petróleo crudo, mientras que el 85 por
ciento de las exportaciones de China hacia la Argentina son productos
manufacturados. Si se coloca la lupa sobre el déficit acumulado entre
2008-2013, la cifra de 19.000 millones de dólares muestra a las claras cuál es
el problema, que seguramente se profundizará con los nuevos acuerdos.
La pasión ferroviaria repentina del gobierno también se
inscribe en esta lógica. A pesar de los distintos planes anunciados por Néstor
Kirchner que rehabilitó los históricos talleres de Tafí Viejo en Tucumán, el
país abandonó no sólo la fabricación de trenes sino la misma producción de
durmientes de hormigón - para lo cual hay media docena de productores locales -
que serán importados a China a un costo de 300 millones de dólares para
reconstruir el Belgrano Cargas.
De la "década ganada" "al año que vivimos en peligro", una
película que ya vimos, pero que como sociedad nos empecinamos en repetir.