El mejor homenaje: Buscar la verdad
viernes 23 de enero de 2015, 12:18h
La muerte no aclarada del fiscal Alberto Nisman ha
dejado al país perplejo y temeroso. ¿En quién creer? ¿Cómo hacer para dejar
atrás la impunidad? ¿Por qué la Argentina sigue prisionera de las sombras de la
violencia y de los poderes ocultos? El mejor homenaje al fiscal es hacer lo que
él hizo: buscar la verdad e investigar. Cada uno de nosotros tiene sus propias
responsabilidades, pero todos tenemos un desafío común: ayudar a esclarecer las
razones y los móviles que están detrás de su muerte.
Identificar a los culpables y responsables es deber de la
Justicia, pero los ciudadanos debemos estar alertas para evitar que este
calvario se repita. Una manera de contribuir es reflexionar en torno a una
Argentina que, luego de este episodio que nos acongoja, no es la misma.
Dos realidades insoslayables giran en torno de la muerte del
fiscal. La primera es una creencia colectiva: los servicios de inteligencia no
nos proveen seguridad, son manipulados por el gobierno al servicio de un
proyecto donde todos somos víctimas porque perdemos libertades.
Este vicio, que atenta como pocos contra la democracia, se
ha venido agravando y forma parte de la década malograda. Desafortunadamente,
todo hace pensar que en un año electoral las malas prácticas de los poderes
ocultos se incrementarán. Sólo basta observar, por ejemplo, el injustificado
aumento de las partidas presupuestarias al sector de inteligencia de las
fuerzas armadas. Todo hace pensar que se ha desatado una batalla interna entre
los propios servicios que luchan entre sí para llevarle ¿información? al poder.
Una nueva ley de inteligencia, mayores controles, más transparencia y una alta
profesionalidad constituyen una agenda mínima.
La segunda realidad está asociada a la necesidad de
replantear la política exterior. A veces equivocadamente se cree que la inserción
internacional de un país es un tema de elites. No es así: es un tema de todos.
El atentado a la embajada de Israel, el crimen de la AMIA y la muerte del
fiscal están indisociablemente ligados a una mala política exterior. Lo
expresamos cuando en el Congreso rechazamos el convenio con Irán que garantiza
la impunidad de los sospechosos. No nos escucharon, y los malos presagios se
acaban de hacer realidad. Un país debe tener buenos aliados, que compartan
intereses y valores. Las alianzas más profundas debemos hacerlas con verdaderas
democracias.
No es hora de buscar ventajas menores o para proyectos
individuales. Es hora de buscar la verdad para decirle nunca más a la
impunidad. Los políticos debemos estar a la altura de las circunstancias. La
seguridad de los argentinos está en peligro. Por esta razón debemos advertir
que hay un antes y un después, y hay que actuar colectivamente.