Gran expectativa
La partida del satélite Arsat-1 todo "un hito para la tecnología nacional"
jueves 16 de octubre de 2014, 10:38h
La delegación argentina que ya se encuentra en la Guayana Francesa
para participar del lanzamiento del satélite argentino ARSAT-1, que será
trasmitido en vivo en una emisión especial de la Televisión Pública
a partir de las 17.30, recorrió el puerto espacial de Kourou y destacó el
desarrollo tecnológico del proyecto.
La comitiva está encabezada por
el ministro de Planificación, Julio De Vido; el secretario de Comunicaciones,
Norberto Brener; el presidente de ARSAT, Matías Bianchi; el gobernador
entrerriano, Sergio Urribarri; el gobernador formoseño, Gildo Insfrán; y los
intendentes María Eugenia Martini (Bariloche), Juan Patricio Mussi
(Berazategui) y Hernán Yzurieta (Punta Indio).
Luego de participar en la recepción oficial por parte de las
autoridades de la empresa Arianespace, lanzadora del ARSAT-1, De Vido anticipó
que "con la gente de INVAP y de ARSAT ya estamos trabajando para lanzar el
ARSAT-2 a
mediados del año próximo, planificando el ARSAT-3 y analizando las
posibilidades para el ARSAT-4, o sea que Argentina tiene una proyección de
desarrollo importantísima".
"El ARSAT-1 va a cubrir todo el territorio nacional, y
con el ARSAT-2 vamos a llegar al todo el subcontinente sudamericano; estamos
trabajando con (el secretario de Comunicaciones) Norberto Berner para reunir a
todos los países latinoamericanos que cuenten con agencias espaciales en un
espacio común como hacen en la
Unión Europea", explicó.
"Acá está el trabajo de más de tres mil técnicos y
científicos argentinos que posibilitan que Argentina sea uno de los ocho países
en el mundo capaces de construir un satélite de este tipo y operarlo, porque
recordemos que cuando el ARSAT-1 se desprenda del cohete va a pasar a ser operado
desde la base terrena de Benavídez desde dónde será puesto en órbita en la
órbita 71,8ª", enfatizó el ministro.
"La
Patagonia y la Antártida Argentina no estaban hasta ahora
cubiertas por ningún servicio satelital, las màs de cuatro mil escuelas que hoy
están conectadas a la red van a ver reforzado ese servicio, y además, va a
quedar el desarrollo de una tecnología propia, diseñada por nosotros, que no
depende de importaciones y se lleva adelante en pesos y no en moneda
extranjera", destacó.
De Vido aclaró que "hoy la Argentina le tiene que
pagar 25 millones de dólares anuales a las empresas que prestan servicios
satelitales, esto no sólo va a permitir ese ahorro, sino que ya fomentó más de
tres mil puestos de trabajo calificados en telecomunicaciones".
"Argentina casi pierde una se sus órbitas asignadas por
haberla abandonado, la empresa responsable del satélite Nahuelsat se había ido
y nuestro país era uno de los tres en el mundo, junto a Gabón y Burkina Faso
que tenía su espacio radioeléctrico concesionado. Fue el gran trabajo de todo
este grupo el que recuperó esa órbita y con un satélite de fabricación
propia", concluyó.
Por su parte, el secretario de Comunicaciones, Norberto
Berner, apuntó que "por la extensión geográfica de nuestro país y por la
desigualdad en la distribución demográfica se torna muy poco atractivo para los
prestadores privados llevar servicios de telecomunicaciones a varios puntos de la Argentina".
"Este satélite va a potenciar el acceso de las
telecomunicaciones en las zonas remotas de nuestro país, y eso es igualdad de
oportunidades, porque en las zonas densamente pobladas hay hasta 5 operadores
de telecomunicaciones, pero a medida que uno se aleja van quedando menos
opciones y es el estado el que garantiza igualdad de acceso", añadió.
El presidente de ARSAT, Matías Bianchi, dijo que "con
CONAE y con ARSAT estamos trabajando para asegurarnos que la 'sala limpia' de
INVAP siga ocupada por muchos años, porque no podemos perder todo el
aprendizaje que acumulamos en este desarrollo".
"El trabajo pasa por darle continuidad a la labor de
nuestros científicos y darle continuidad no sólo con satélites para dar
servicio en Argentina, sino seguir trabajando también en una evolución
tecnológica de la plataforma", anticipó.
En ese sentido, Bianchi agregó que "queremos mejorar la
relación entre el peso y la potencia del satélite; la potencia define la
cantidad de servicio que uno puede dar y el peso define el costo, sobre todo
por el tema del acceso al espacio. Apuntamos a una mejora en la propulsión del
satélite con un híbrido entre la propulsión química y eléctrica que puede sacar
peso del motor y ponerlo en la capacidad de dar servicio".
Bianchi aclaró que "la vida útil de un satélite se
estima en 15 años, por eso los procesos de desarrollo son de largo plazo y en
cada hito se hace una evaluación de cada componente del satélite y se define
que elementos se desarrollan localmente y cuáles se importan, de acuerdo al
impacto que puedan producir en la industria nacional y en el desarrollo soberano".
"Tenemos que ser capaces de aplicar todos los
aprendizajes que deja este satélite al resto de los desarrollos tecnológicos
argentinos", finalizó.
El proyecto Arsat-1 demandó 270 millones de dólares y
permitió que Argentina no perdiera la posición orbital 81, muy codiciada porque
enfoca desde Estados Unidos hasta las Malvinas, y con el Reino Unido en espera
en la Unión
Internacional de Telecomunicaciones.
El riesgo de pérdida de la posición orbital ocurrió cuando
la empresa Nahuel tenía el servicio satelital privatizado y debía construir el
segundo Nahuel-SAT, pero discontinuó la actividad; en 2006, el gobierno del
presidente Néstor Kirchner decidió crear Arsat.
En 2007 el primer Nahuel-SAT salió de servicio al acabar su
vida útil y Argentina tuvo que alquilar el AMC 6, desde donde ahora irán
migrando los servicios hacia el flamante satélite geoestacionario nacional.