Mucho más que el futuro de un fiscal
martes 20 de mayo de 2014, 18:29h
Jury de enjuiciamiento a Campagnoli
Un fiscal abre una investigación, avanza según lo estipula
la ley, dispone medidas fundamentales y descubre pruebas claves para resolver
la investigación. Esa información afecta intereses del Gobierno y entonces éste
decide apartarlo de la causa y juzgarlo por un inexistente mal desempeño.
Esta saga puede ser perfectamente el hilo de una historia
que se desarrolla en un absolutismo monárquico, pero no, pasa en la Argentina
del siglo XXI.
La causa contra Campagnoli pone a nuestra sociedad de
espaldas a uno de sus pilares fundamentales: la organización republicana del
Estado. Republicana porque ningún líder o grupo ostenta la totalidad del poder
público; por el contrario, hay tres poderes con responsabilidades y facultades
diferenciadas que se sopesan entre sí.
Algo está fallando. Un poder presiona a otro, aborta una
investigación y manda un mensaje elocuente: conmigo no.
El futuro de Campagnoli es algo más que el futuro de una
persona. En su causa se juega algo más que el futuro de un individuo. Se pone
sobre la mesa la independencia de poderes para luchar contra la corrupción.
Acá no se trata de un fiscal. Se trata de la Constitución,
la República, la igualdad ante la ley y la posibilidad real de que haya
Justicia.
La cuestión es el mensaje: si a Campagnoli lo corren por
investigar, ¿quién se va a animar a hacerlo ahora? Es una actitud que busca
sembrar miedo y crear zozobra entre
quienes tienen que aplicar la ley.
Los días que estamos viviendo son fundamentales para
entender dónde estamos parados como país. Una investigación firme avanza
cuestionando el accionar del vicepresidente, un fallo de la Corte ordena a la
ANSES a pagar fallos judiciales a favor de jubilados que sufren día a día las
dilaciones y el desentendimiento de los funcionarios y un fiscal es acusado por
hacer su trabajo sin reparar en los vínculos de los investigados con el poder.
Tenemos muchos desafíos como sociedad, un sistema educativo
declinante, una economía deprimida y una violencia creciente en hechos de
inseguridad. Ninguno de estos temas prioritarios para la Nación podrán ser
afrontados sin una República fuerte e incuestionable.