miércoles 27 de noviembre de 2013, 14:46h
El
retorno de la presidente y los cambios del Gabinete. Renovación de formas y
retorno a los Ministros con autoridad. Desbande del oficialismo. Los
derrotados: Macri y Scioli. Massa en confusión viaja a España. La oportunidad
para la coalición no peronista en alza.
Dijimos
un tiempo atrás que el kirchnerisnmo siempre tuvo en cuenta dos factores para
lograr gobernabilidad: expectativas políticas y superávit comercial y de
balanza de pagos. Las PASO fueron la medida exacta de cuáles son las
expectativas que los argentinos tenemos del segundo mandato de Cristina
Fernández, dos de cada tres votos no acompañan y señalan el final de un ciclo
de diez años de permanencia en el poder. Por otro lado, la billetera sufre un
adelgazamiento exprés, luego de aplicar medidas macroeconómicas a contrapelo de
la teoría más elemental, socavando los pilares del "modelo" a favor de un
esquema facilista y dispendioso, cuyos resultados además, distan de todo lo
propalado por la maquinaria de propaganda oficial. Por caso, la educación
recibirá en las próximas semanas una muy mala noticia con respecto a su calidad
medida por el sistema PISA; la pobreza se encuentra en niveles mucho más altos
que los indicados por el Indec mentiroso y terminal; la política de seguridad
no encuentra norte y sus ejecutores se enzarzan en discusiones menores como la
aplicación o no de la Ley de Derribo o la multiplicación de policías; el empleo
está estancado y sólo crece marginalmente por efecto del aumento del empleo
público; la crisis energética no puede ser explicada por la acción de Repsol;
etc.
Obligada
por esta circunstancias, a la que se suma una salud quebrantada por un trajinar
demoledor y omnipotente, la presidente optó por el habitual recambio de Jefe de
Gabinete, al igual que hizo con Alberto Fernández luego de la derrota del 2009.
Sin embargo, la apariencia de este cambio sugiere una renovación de las
expectativas si tenemos en cuenta que ha sido adornado con otros ingredientes
capaces de generar expectativas, al menos de corto plazo.
La
designación del gobernador del Chaco, Jorge Capitanich como Jefe de Gabinete
viene acompañada de la puesta en acto de aquello que prescribe la Constitución
de 1994 para la figura de Ministro Coordinador. No es un primus inter pares de
los otros Ministros, sino un superior que sólo consulta con el presidente y lo
preserva tanto de los avatares de la gestión como de los costos políticos de
los desaciertos de la administración. Por eso, el nuevo Jefe está llamado a ser
el actor central de los próximos dos años, si es que la vorágine de los
problemas económicos graves no lo consume antes. Para acompañarlo, Axel
Kicillof será el Ministro de Economía, devolviendo a esa cartera un personaje
de peso, o por lo menos que amaga con tener un protagonismo superior al de sus
antecesores desde que Roberto Lavagna dejara el gobierno en el año 2005.
Los
cambios hasta aquí, muestran una apertura hacia la institucionalidad reclamada
por un amplio sector de la sociedad: reuniones mensuales del Jefe de Gabinete
en el Congreso; reuniones anunciadas con el gobernador de Santa Fe Antonio
Bonfatti y de la Ciudad, Mauricio Macri; conferencias de prensa que serán
"korachianas"; y diálogo con los trabajadores - aunque sólo con las centrales
"amigas" - y los empresarios.
La
frutilla del postre fue la salida de Guillermo Moreno del elenco estable, otra
concesión a dos de cada tres votantes, pero no necesariamente un cambio en el
rumbo económico. Capitanich se encargó de advertirlo: "que Moreno no esté no
significa que esto sea un viva la Pepa". En última instancia Kicillof podría
ser un modelo mejorado y académico del jefe del Mercado Central.
Todos
estos cambios de nombres y de roles no aseguran un abordaje distinto de los
serios problemas económicos que atraviesa el país y no dejan de traslucir
cierta improvisación que se irá despejando o acentuando en las próximas
semanas. El Jefe de Gabinete ha pedido las estructuras del Estado para hacer
cambios, nuevos Ministerios, otras estructuras para la gestión y para la moneda
de cambio con sectores del peronismo con los que debe negociar para evitar la
emigración hacia Sergio Massa y la derrota definitiva de Daniel Scioli. También
muestra una hiperkinesia contrastante con el rol de propagandista faldero de un
hoy desconsolado Juan Manuel Abal Medina.
No hay
dudas acerca de la regeneración de expectativas, pero hay muchas acerca de cómo
se detendrá la incesante caída de reservas que alcanza un promedio de 1000
millones de dólares por mes. La mención al estudio de la matriz insumo producto
hecha por Capitanich da una pista de un aumento de la injerencia del gobierno
en las empresas y plantea una tecnologización extrema del esquema aplicado por
Moreno a fuerza de insultos y amenazas. Seguramente ninguna medida económica
será de shock y un desdoblamiento cambiario parece alejarse del menú de
opciones.
Una vez
que la gestión "Kokicillof" plantee el diseño cambiario, el marco fiscal y
monetario, la política de financiamiento y productiva sectorial, junto con
soluciones para la evolución declinante de la inflación, se verá la
sostenibilidad o no del nuevo esquema que deberá ser acompañado por un contexto
externo con posibilidad de adquirir reservas en los mercados internacionales.
El
futuro es una incógnita con un gobierno más débil que nunca y en franco
desconcierto. El comportamiento de Ricardo Etchegaray comprando para su hija
los autos de lujo que drenan divisas del país y hoy el gobierno pretende frenar
con impuestos; el de Martín Insaurralde conjugando la peor simbología del
menemismo de relación con una vedette, viaje de placer a Miami y descanso en
plena crisis de gobierno; la furia de la oposición y de algunos diputados y
senadores del FpV con Julián Domínguez que introdujo una retrógrada cláusula
para considerar al embrión como persona en el nuevo Código Civil y los roces
mediáticos entre kirchneristas, como el de Carlos Kunkel tratando de "carroñero"
al titular del AFSCA Martín Sabatella, son algunos de los hechos que indican el
deterioro de la cohesión interna del bloque gobernante, un verdadero final de
fiesta.
Mientras
tanto, la presidente hizo su reentré, luego de cuarenta y siete días de reposo
absoluto, con un video casero elaborado por su hija Florencia. De semblante
espléndido y con un discurso por momentos desconcertante, para algunos cultores
de las interpretaciones lacanianas, no hay duda que con su mensaje Cristina
Fernández nos quiere "meter el perro" y cambiar la derrota por un triunfo,
maquillaje por cambios reales.
El
retroceso
La
peronización del kirchnersimo decidida por Cristina Fernández consiste en una
convocatoria a un conjunto de gobernadores e intendentes del conurbano que
necesitan "argumentos" que los convenzan de que Massa ha visto lo mejor y
tendrá que buscar fuera del peronismo a sus aliados y sus votos en el 2015. Por
eso desplazó a los blancos fáciles de su troupe: Moreno; Lorenzino; Abal Medina
y Marcó del Pont.
En ese
contexto, Jorge Capitanich, tan menemista como duhaldista o cristinista se
desee, no es precisamente un setentoso o un trasnochado "revolucionario" de La
Campora. Es un peronista católico, conservador y de ideas económicas
heterodoxas que tiene relaciones con gobernadores similares a él. Desde esa
visión, representa un alejamiento de las banderas que sostiene el gobierno; un
golpe para el relato y una muestra más de pragmatismo; como el acuerdo con
Chevron, otro elemento retrógrado de un gobierno acorralado por su pésima
política energética.
El
mismo Kicillof es una incógnita. Sin ser un advenedizo, no cuenta en su haber
logro importante alguno, pese a sostener una multiplicidad de cargos en varios
lugares estratégicos del Estado desde hace tres años. La brecha entre la
academia y la vida real parece costarle mucho, como al ex Jefe de Gabinete.
Si los
ministros de peso son la orden, el canciller Héctor Timmerman desentona como
una mancha de tomate en un vestido de novia. Su trabajo sobre las relaciones
exteriores se ha limitado a obedecer órdenes, sin advertir cuantas de ellas han
hecho mucho daño al Mercosur, hoy prácticamente en extinción, lo que puede
considerarse un gran retroceso para las posibilidades de producción y para la
meneada industrialización. También han afectado a las relaciones con los países
vecinos y a la consideración de la Argentina en general.
No cabe
duda que la mencionada reforma al Código Civil es otro gran salto hacia atrás
que hasta da por tierra con la Ley de Fertilización sancionada recientemente.
Aquí se juega algo muy importante, por esta razón Capitanich - que está de
acuerdo con el cambio retrógrado - dispuso su discusión en Diputados por las
sesiones ordinarias del 2014.
Ese
Código busca, además, despegar de la responsabilidad a los funcionarios
públicos por sus acciones, tales como confiscaciones, expropiaciones y demás
"herramientas" de las que se han servido muchas figuras del kirchnerismo. En
vez de ir por la rendición de cuentas y la responsabilidad que impone una mejor
democracia se gira hacia la impunidad.
Oportunidad
La
coalición no peronista, o polo democrático republicano, de excelente
performance electoral en las PASO tiene ante sí una gran ventana por la cual
mostrar su proyecto y sus realizaciones en gobiernos provinciales y locales
para ser una opción en el 2015. Con un peronismo fraccionado - candidato k +
Scioli -; Sergio Massa por afuera y Mauricio Macri sin proyección nacional, el
panorama es auspicioso. Visibilidad de sus candidatos para que puedan comunicar
sus propuestas y soluciones para los problemas que aquejan a la sociedad y el
oficialismo se empeña en ignorar, serán pasos fundamentales para consolidar
este polo de carácter programático y territorial.