Francisco no deja de sorprender
Para el Papa "la Iglesia ha hecho poco por acompañar a las mujeres ante el aborto"
miércoles 27 de noviembre de 2013, 08:11h
El Papa Francisco abogó en su primera
exhortación apostólica 'Evangelii Gaudium' (la alegría del Evangelio), que se
ha hecho pública este martes, por una "conversión del papado" y,
concretamente, por "una saludable descentralización" de la Iglesia,
así como por aumentar la responsabilidad de los laicos.
Con este cambio pretende que el papado sea "más fiel al
sentido que Jesucristo quiso darle y a las necesidades actuales de la
evangelización" por lo que destacó que las conferencias episcopales
podrían hacer una contribución a fin de que "el afecto colegial"
tuviera una aplicación "concreta" que aún no se ha realizado.
Además, reiteró la
importancia de aumentar la responsabilidad de los laicos, mantenidos "al
margen de las decisiones" y señala que "todavía es necesario ampliar
los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia", en
particular "en los diversos lugares donde se toman las decisiones
importantes" así como también remarcó que se requiere un mayor protagonismo
por parte de los jóvenes.
Asimismo, el Papa
denunció al sistema económico actual al que calificó de "injusto en su
raíz" porque en esa economía predomina "la ley del más fuerte"
en la que existe una "nueva tiranía invisible, a veces virtual", de
un "mercado divinizado" donde imperan la "especulación
financiera, una corrupción ramificada y una evasión fiscal egoísta".
También exhortó a
los gobernantes y poderes financieros a que acudan a Dios, a la
"trascendencia" para que inspire sus planes y procuren "que haya
trabajo digno, educación y cuidado de la salud para todos los ciudadanos".
"¡Ruego al Señor que nos regale más políticos a quienes les duela de
verdad la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres!", exclamó.
Por otro lado,
indicó que "no debe esperarse que la Iglesia cambie su postura" sobre
el aborto pues "no es progresista" resolver los problemas
"eliminando una vida humana", aunque reconoció que la Iglesia ha hecho
"poco" por acompañar a las mujeres que se encuentran en esta
situación, sobre todo, en un contexto de violación o extrema pobreza.
"Éste no es un
asunto sujeto a supuestas reformas o modernizaciones. No es progresista
pretender resolver los problemas eliminando una vida humana. Pero también es
verdad que hemos hecho poco para acompañar adecuadamente a las mujeres que se
encuentran en situaciones muy duras, donde el aborto se les presenta como una
rápida solución a sus profundas angustias, particularmente cuando la vida que
crece en ellas ha surgido como producto de una violación o en un contexto de
extrema pobreza. ¿Quién puede dejar de comprender esas situaciones de tanto
dolor?", se preguntó.
Por ello,
puntualizó que la Iglesia quiere cuidar con predilección a "los niños por
nacer, que son los más indefensos e inocentes de todos, a quienes hoy se les
quiere negar su dignidad humana".
Asimismo, el Papa
Francisco invitó a "no cerrar" las puertas de los sacramentos, sobre
todo las del Bautismo, "por una razón cualquiera" pues "todos
pueden participar de alguna manera en la vida eclesial" y porque la
Iglesia "no es una aduana" sino que hay lugar para todos. También instó a abrir las puertas de la Eucaristía que "no es un premio para los
perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los débiles". Estas
convicciones, según concreta, tienen "consecuencias pastorales que están
llamados a considerar con prudencia y audacia".
"A menudo nos
comportamos como controladores de la gracia y no como facilitadores. Pero la
Iglesia no es una aduana, es la casa paterna donde hay lugar para cada uno con
su vida a cuestas", señaló en esta exhortación que recoge los trabajos de
la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos dedicada a 'La nueva
evangelización para la transmisión de la fe' celebrada del 7 al 28 de octubre
de 2012.
Además, advirtió de
las "tentaciones" que en la actualidad afectan a los agentes
pastorales como "una acentuación del individualismo, una crisis de
identidad y una caída del fervor". Asimismo, alertó de "un
relativismo todavía más peligroso que el doctrinal" que hace decidir
"como si los pobres no existieran" o "aferrarse en seguridades
económicas o espacios de poder" y pide que los cristianos no sean
"momias de museo".
Asimismo, apuntó que en algunos casos se observa "un cuidado ostentoso de la liturgia, de
la doctrina y del prestigio de la Iglesia" pero sin preocupación por que
el Evangelio tenga "una real inserción" en las necesidades concretas.
Por ello, reclamó a los cristianos un sentido de comunión fraterna, también
ante las "guerras por envidias y celos" que hay dentro del Pueblo de
Dios, entre los propios cristianos.
El Papa se dirigió así en la que es su primera exhortación apostólica postsinodal "a los
fieles cristianos para invitarles a una nueva etapa evangelizadora marcada por
la alegría" en un documento de 142 páginas y cinco capítulos en los que el
Pontífice anima a "recuperar la frescura original del Evangelio" y
propone encontrar "nuevos caminos" y "métodos creativos"
para no encerrar a Jesús en "esquemas aburridos".
En esta línea, resaltó que es necesaria una "conversión pastoral y misionera, que no
puede dejar las cosas como están" y una "reforma de estructuras"
eclesiales para que "todas ellas se vuelvan más misioneras".
Así, por ejemplo,llamó a tener "templos con las
puertas abiertas en todas partes" para que los que quieren estar cerca no
se encuentren "con la frialdad de unas puertas cerradas".
Además, en este
documento el Papa invitó a cuidar a los más débiles como las personas sin casa,
los drogodependientes, los refugiados, los pueblos indígenas, los ancianos
"cada vez más solos y abandonados", los migrantes por los que exhorta
a los países "a una generosa apertura" y las mujeres que sufren
"situaciones de exclusión, maltrato y violencia".
Finalmente,
Francisco denunció los "ataques a la libertad religiosa" y "las
nuevas situaciones de persecución a los cristianos" y y dejó en claro la
importancia del ecumenismo con los hermanos ortodoxos para aprender de su
colegialidad episcopal.
Además indicó la
importancia de la relación con los creyentes del Islam y pidió "humildemente" a los países de tradición islámica que aseguren la
libertad religiosa a los cristianos, teniendo en cuenta la libertad que los
creyentes del Islam gozan en los países occidentales".
En esta línea, pidió "evitar odiosas generalizaciones, porque el verdadero Islam y una
adecuada interpretación del Corán se oponen a toda violencia" así como
también reiteró "la importancia del diálogo y de la alianza entre
creyentes y no creyentes".