Papelón internacional
Alterio siente "un poco de vergüenza" por la presentación de periodistas argentinos ante la OEA
jueves 07 de noviembre de 2013, 23:48h
El actor se refirió al reclamo de un grupo de periodistas
argentinos por la libertad de expresión en el país, y destacó que los denunciantes
"precisamente pueden decir eso porque hay libertad de prensa" en la
Argentina.
"Siento un
poco de vergüenza, porque precisamente pueden decir eso porque hay libertad de
prensa", y entonces hay "una contradicción terrible" en esa
presentación, dijo, consultado por la presencia de Magdalena Ruiz Guiñazú y
Joaquín Morales Solá ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH).
En diálogo con Radio Del Plata, el actor radicado en España
hizo referencia de esta manera a la audiencia que se realizó en Washington y en
la que los periodistas reclamaron por la situación del periodismo, aunque
reconocieron que pueden escribir "lo que quieren".
Durante la entrevista, Alterio fue consultado también por el
hallazgo de las listas negras de la última dictadura militar, y expresó que
"el descubrimiento sirve para refrescar la memoria y que no se pierda, y
para que sepan que esto ocurrió realmente y no fue un invento. Esto apareció
por casualidad".
Recordó que como actor famoso "en el ´74 era una
persona molesta porque como había libertad de prensa, me hacían una pregunta y
yo respondía sin tapujos, pero a su vez yo tenía 3 films en cartel, Quebracho,
La Patagonia Rebelde y La tregua, y encima tenía derecho a opinar, y todo eso
conllevó a que se me considerara un tipo peligroso y entonces había que echarme
del país".
Con respecto a las actas halladas en el subsuelo del
Edificio Cóndor, en las que se encontraron listas con nombres de artistas
clasificados en cuatro niveles según su "peligrosidad" -entre ellos
el nombre del propio Alterio-, expresó que "tenemos la posibilidad de ser
conocido y tener una opinión que puede pesar".
Agregó que "a nosotros nos obligaron a hacerle caso a
la amenaza de la Triple A", dijo en referencia a las presiones y cartas
con amenazas de muerte que sufrió, y que lo obligaron a exiliarse en España,
donde sigue residiendo actualmente.