El Papa
en alerta máxima
Francisco cuestionó los objetivos detrás de una guerra en Siria
domingo 08 de septiembre de 2013, 14:38h
En un
nuevo esfuerzo por detener los planes bélicos de Estados Unidos y algunos
aliados contra Siria, el papa Francisco pidió el "cese de la violencia y
devastación" en ese país árabe, y que un eventual ataque no sirva a fines
comerciales, como el tráfico de armas.
"Siempre
queda la duda de si esta guerra de aquí o de allí es de verdad una guerra o una
guerra comercial para vender armas o para incrementar su comercio ilegal",
cuestionó el papa Francisco ante la multitud que lo escuchaba esta mañana en la
plaza de San Pedro del Vaticano para el tradicional rezo del Ángelus dominical.
Muchos
de los presentes habían participado anoche de la vigilia de oración que había
convocado el máximo líder de la Iglesia Católica para pedir la paz en Siria, en
medio de los llamados de Washington de atacar a Damasco como
"castigo" por el presunto uso de armas químicas contra civiles.
"Elegir
el bien -continuó Francisco- implica decir no al odio fratricida y a las
mentiras de las cuales se sirve, a la violencia en todas sus formas, a la
proliferación de las armas y su comercio ilegal", informó la agencia de
noticias ANSA.
"Estos
son los enemigos a combatir, unidos y con coherencia, no siguiendo otros
intereses que no sean los de la paz y del bien común", aseguró el
pontífice.
Francisco
agradeció la participación de todos los que ayer se sumaron a la vigilia de
oración e invitó a seguir adelante "con las obras de paz".
En los
últimos días, los combates entre el gobierno sirio de Bashar Al Assad y las
milicias opositoras se concentraron en Malula, un pueblo cristiano de 5.000
habitantes a 50 kilómetros al noroeste de Damasco, conocido en el mundo por ser
una de las pocas comunidades donde aún se habla en arameo, la lengua de Jesús.
Según
el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización opositora con sede
en Londres, los insurgentes sirios tomaron anoche la localidad cristiana en una
nueva ofensiva, en la que murieron varias decenas de opositores y soldados y
más de cien resultaron heridos.
Desde
que comenzó el conflicto armado en Siria hace más de dos años y medio, más de
100.000 personas murieron, más de dos millones tuvieron que refugiarse en los
países vecinos y unos 4,2 millones se escaparon de sus casas y vagan dentro del
país árabe en busca de un lugar seguro, según cifras oficiales de la ONU.
Antes
de terminar su Angelus dominical, Francisco pidió también rezar por los otros
países de Medio Oriente para "encontrar la deseada estabilidad".
Recordó
la situación en Irak y llamó a que "la violencia sectaria deje paso a la
reconciliación", mientras que pidió por Egipto "para que todos los
egipcios, musulmanes y cristianos, se comprometan a construir juntos la
sociedad por el bien de la población".