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“Efecto jazz” o Democracia

“Efecto jazz” o Democracia

Apenas el Gobierno anunció el proyecto de estatización del sistema de jubilaciones, arreciaron las críticas sobre la intencionalidad de la medida. A pesar de que la gran mayoría de los dirigentes políticos comparten la iniciativa, por considerar que la seguridad social debe ser un asunto de política de Estado, en la arena de la política partidaria, de cara al 2009, siembran dudas acerca de cómo van administrarse los fondos que hasta ahora manejan las AFJP.

Entre otros dislates, se habla de querer quedarse con la “caja” y de saqueo. Por otro lado, la objetividad que se pierde en este tipo de discusiones, pretende buscarse en la opinión de algunos expertos en economía y finanzas, los que defienden los supuestos buenos resultados de las AFJP y pronostican el derrumbe del mercado de capitales nacional a causa de la medida proyectada. Llegamos al colmo que un furioso neoliberal, con la aureola seudointelectual que brinda el culto a la Ilustración de la “todología”, fustigó a quienes se atrevían a defender la iniciativa del Gobierno, diciendo que Dios nos va a castigar por la eterna imprudencia de quienes apoyan la estatización del sistema de seguridad social. Menos mal que hace siglos pasó la Inquisición, pero parecería que algunos la extrañan.

¿Lo prudente sería confiar en los gurúes de las finanzas locales y extranjeras, o en aquellos otros que, no pudiendo acceder a trabajar en la “gran manzana” o ser solventados por dudosas “fundaciones”, desde aquí y desde sus egoístas u oscuros intereses hacen lobby por la inversión en las empresas privadas y en contra de la inversión en bienes públicos? Ha quedado demostrado que las crisis financieras de la sociedad del riesgo pueden aniquilar los recursos de quienes ahorran para su retiro. Días pasados Alan Greenspan dio explicaciones ante el Congreso de Estados Unidos por la debacle de Wall Street, el mentado “efecto jazz”, diciendo que constató una falla en el mercado, que esto lo sumió en un gran desconcierto, que estuvo “parcialmente” equivocado al dar rienda suelta a los excesos del mercado y que estaba atónito y no podía creer que las instituciones de préstamos no hubieran protegido a sus accionistas. ¿Protegerá esta misma clase de gente, o sus admiradores locales, a los jubilados de nuestras generaciones futuras?

Creo que debemos confiar más en nosotros mismos. En nuestra capacidad soberana al tomar de decisiones de alta política. Y aumentar los recursos de la seguridad social con una visión solidaria, porque el Estado debe garantizar una jubilación incluso a los que no puedan capitalizarse por no conseguir trabajo. Tenemos que tener confianza y profundizar nuestra autoestima y dignidad nacionales, pilares fundamentales de la democracia. Aún quienes no la tienen en el Gobierno, deberían confiar en las instituciones de la República, especialmente en el poder del Congreso para encontrar herramientas durante el debate que comienza, y para controlar en el tiempo que se cumplan los objetivos de la ley. La letra del proyecto da excelentes garantías para quienes son hoy afiliados a las AFJP. Debatiendo, tal vez podamos buscar nuevos mecanismos para despejar cualquier clase de dudas. No tengamos miedo a debatir, porque en este mundo de incertidumbres globales, entre todos, a partir de la unidad de concepción y de acción, unidos hallaremos las soluciones que ameritan las circunstancias.

Y aunque algunos nos acusen de ser imprudentes, no nos amenaza ningún determinismo o fatalismo que provoque una hecatombe económica argentina. Los economistas neoliberales fracasaron durante la crisis del 2001 –crisis sustentada en sus consejos y “modelo”- y superamos el mal trance con el esfuerzo del pueblo, y con la puesta en marcha de un nuevo Proyecto de Nación. Ni los barones de Wall Street ni los mercaderes bursátiles globales que apuestan al fracaso de las naciones soberanas, torcerán el rumbo emprendido. No estamos hablando de una ley más, tampoco de una medida “populista”. Estamos mirando sin exclusiones hacia delante. Con esperanza. Y adelante está el futuro. Es decir, nuestros hijos y los hijos que vendrán.

José María Díaz Bancalari
Diputado de la Nación. Vicepresidente Primero del Bloque de Diputados Nacionales del Frente para la Victoria-PJ

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