El ambiente de tensión se cortaba por los pasillos mientras se celebraba el escrutinio de las papeletas, que según algunos de los asistentes fue
“de infarto”. Hasta que se proclamó el resultado. Entonces, los delegados estallaron en vítores, unos al ganador,
Jorge Alarte, que obtuvo 282 votos de los 549 emitidos –el 100% del censo- , lo que supone el 51'36 % del respaldo de los delegados; y otros al perdedor,
Ximo Puig, alcalde de Morella, que logró 262 votos, es decir el 47'7 %.
Después, el flamante nuevo líder volvió a dirigirse a sus compañeros, que le recibieron en el plenario con una ovación. También el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, y la secretaria de Organización,
Leire Pajín, sentados en primera fila, dieron la enhorabuena a Alarte con sendos abrazos. El respaldo de la Ejecutiva Federal se completaba con la presencia del secretario de Política Municipal, Antonio Hernando, y la responsable del área Internacional,
Elena Valenciano. Pero mañana será el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, el que clausurará el Congreso marcado, para su contrariedad, de nuevo por la división.
Y es que los denodados esfuerzos desplegados por Ferraz para que hubiera una única lista fueron infructuosos. Ni la intermediación de Leire Pajín, con muy buena imagen entre los socialistas valencianos, fue suficiente para que Alarte y Puig lograran acercar posiciones. Si no para llegar a presentar una candidatura única – algo que desde el inicio se vislumbraba imposible- si para conseguir al menos un pacto posterior de ‘integración’ en la nueva dirección.
Para rebajar la tensión y esa imagen de enfrentamiento que quedó en el ambiente los dos candidatos, ganador y perdedor, en un gesto conciliador, se dejaron fotografiar luego juntos en el Hall del Palacio de Congresos levantando las manos, lo que algunos interpretaron como una buena señal.
El buen ejemplo de Bono
Pero el temor a que el Congreso finalizara con una clara división planeó desde su inicio. Tanto es así que en su intervención
Pepe Blanco apeló a la responsabilidad de Ximo Puig para que no haya más conflictos y deje a Alarte
“autonomía” para elaborar la lista de las personas que integrarán la nueva dirección.
“Ximo tienes una enorme responsabilidad para que este Congreso acabe bien”, le dijo Blanco al alcalde de Morella, provocando airadas protestas de sus seguidores. El número dos del PSOE recordó la ‘generosidad’ y ‘nobleza’ que tuvo
José Bono cuando se enfrentó a
Zapatero por la secretaría general del PSOE y perdió. No le creó problemas para que pudiera elegir
“su equipo con total libertad”, advirtió Blanco.
Blanco quiso cerrar heridas y les alabó por haber hecho un Congreso
“extremadamente democrático”, así como su afán por hacer
“autocrítica” pero después les recomendó que pasaran ya página.
“Tenéis que interiorizar que no estamos tan mal y que se puede hacer aún mejor. No olvidéis que somos el partido que gobierna en España”, les recordó, defendiendo además los PGE que acaba de aprobar el Gobierno de Zapatero.
Luego expresó en alto sus sospecha de que tras el espectáculo de estas dos jornadas
“los medios de comunicación no van a hablar bien de este Congreso”, citando expresamente a la cadena autonómica pública, Canal Nou a la que acusó de parcialidad y de falta de rigor informativo, al igual que a Telemadrid.
El vicesecretario general del PSOE apeló a hacer
“un cambio tranquilo” en la Comunidad valenciana, en donde gobierna desde hace una década el PP. Las arremetidas contra Camps – tampoco citó a Fabra- fueron a partir de ahí constantes. Dijo que el presidente de la Generalitat valenciana necesita “un traductor simultaneo para que se dé cuenta del ridículo que está haciendo” por su decisión de que la asignatura de Educación para la Ciudadanía sea traducida a los alumnos al inglés.
“Patriotas de pacotilla”
A los populares les pidió que expliquen porqué obligan en las escuelas a estudiar el catecismo antes que la Constitución y les llamó otra vez “
patriotas de hojalata y de pacotilla”.
Habló también, como no, sobre la crisis a la que se refirió como
“momentos de dificultad” que atraviesa nuestro país, pero culpando de ello – al igual que Zapatero- a las
“políticas neoconservadoras de Bush”, en el contexto de una economía “cada vez más globalizada”.
En cuanto a las 2.812 enmiendas presentadas a la ponencia del XI congreso nacional hubo algunas novedades. Además del mantenimiento de nombre del partido (Partido de los Socialistas del País Valencià rechazándose el cambio por Comunitat Valenciana) el Congreso aprobó el cambio en el proceso de elección del secretario general que en la actualidad se resuelve con la votación de los delegados. A partir de ahora partir del ahora los líderes serán elegidos por los militantes del partido.
Otra enmienda aprobada plantea introducir la palabra ‘trasvase’ junto al de ‘transferencia hídrica’ que había salido adelante en el congreso federal, lo que abre la puerta a que el PSPV acepte realizar los trasvases que sean
“económicamente viables, medioambientalmente sostenibles y socialmente aceptados”.