El fútbol como bálsamo

Hoy, domingo, el país se va a paralizar de nuevo. El hecho de que España avance hacia el triunfo final es algo que desata pasiones y que, como se está viendo, saca a flote, sin disimulo alguno, el sentimiento de pertenencia compartido por una más que inmensa mayoría de españoles. Nunca han ondeando tantas banderas, si se ha gritado más ¡España¡. Sirve el fútbol para despertar ese sentimiento más que adormecido por la preponderancia de las identidades, de todas, menos de la española. Pero resulta que existe.

Además, y quizás por todo ello, el fútbol está procurando un efecto balsámico digno de mención en unos momentos en los que el paro y la crisis económica se colocan a la cabeza de las preocupaciones ciudadanas. Preocupación que se acrecienta cuando se constata que ni una sola de las previsiones del Gobierno se ven cumplidas. Todas ellas están siendo superadas por una realidad que cada día agobia a más ciudadanos y en ocasiones da la impresión de que el Gobierno no es capaz de liderar.

El Ejecutivo tiene un margen de maniobra muy tasado. Nadie le pide milagros, pero sí es exigible el liderazgo del discurso, de un discurso que pueda ser entendido por la mayoría y no sólo compartido por personajes como Botín, a quien nada de lo que ocurre le afecta. "Es como la fiebre de un niño, que sube rápido pero baja igual de rápido", afirma este banquero inmensamente satisfecho con la gestión del Gobierno.

Hace falta fútbol y a ser posible, goles. El calor aprieta y las plazas hoteleras del Mediterráneo español esperan clientes que no acaban de llegar, las tiendas están en rebajas permanentes y algunos empresarios textiles buscan ideas para sacar adelante un stock nunca visto.

El miércoles, y a petición de la Oposición, que no de motu proprio, el Presidente del Gobierno va a comparecer en el Congreso. La iniciativa salió del PP y la misma recibió el apoyo de los demás grupos parlamentarios, iniciándose así el camino al no aislamiento del principal grupo de la Oposición. Será la tarde del Presidente que ha tenido la habilidad de convertir los famosos 400 euros en una medida contra la crisis, cuando en realidad fue una promesa electoral para hacer ver que las arcas públicas rebosaban dinero.

La atención no será sólo para Rodríguez Zapatero. Para el líder del PP es la primera gran comparecencia institucional tras el Congreso de Valencia. Los ojos y los oídos de los suyos actuarán a modo de lupa. La mayoría del partido está con él y confía, de momento, en él y ahora ya está en la obligación de no defraudar.

Realmente nunca el arrebato futbolístico ha sido más oportuno, más necesario. Esta periodista no entiende nada de fútbol, no le gusta nada, pero una cosa está clara: que gane España.