Panamá aprobó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos en agosto de 2007, después de haberlo firmado junto con sus contrapartes norteamericanas. Pero no será legal hasta tanto sea ratificado por el Congreso estadounidense, que lo mantiene congelado por una decisión política que presiona a Panamá para que el diputado Pedro Miguel González, actual presidente de la Asamblea de Diputados sea extraditado, acusado de la muerte del soldado Zachs Hernández, durante la invasión de Estados Unidos a Panamá en diciembre de 1989.
Sin embargo William Eaton prevé que el Congreso de su país lo apruebe finalmente este año, motivado por los índices económicos de Panamá, cuyo desempeño promedió un 11 por ciento crecimiento en 2007. Ese año el Congreso norteamericano estaba dispuesto a la aprobación del TLC, cuando Pedro Miguel González fue elegido presidente de la Asamblea. El período de González finaliza este próximo primero de septiembre.
González fue procesado y exonerado de la acusación de “asesinato”, pero los Estados Unidos desconoce el fallo del jurado panameño y considera a González un fugitivo de la justicia norteamericana.
La Asamblea Nacional aprobó en una maratónica jornada 1.200 páginas (más anexos) de un complicado TPC (TLC) entre Panamá y Estados Unidos, que para muchos afecta radicalmente el futuro del país. El TLC fue negociado en inglés, y los diputados debieron leer y comprender 200 páginas de tratado por día, más las actas de la larga y agobiante discusión en una de las comisiones del parlamento.
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