El mercurio trae buena suerte –según viejas creencias- y se guarda en casa en forma de azogue, unas bolitas plateadas relucientes que huyen al tacto, y que las casamenteras reciben como amuletos de buenos presagios el día de su boda.
Se encuentra en casi todos los productos, pero en distintas concentraciones, y es altamente contaminante y nocivo para la salud. De allí que aunque tarde, la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), haya ordenado un inventario sobre las fuentes de contaminación con este elemento. El proyecto se realiza conjuntamente con Chile y Ecuador, y recibe apoyo técnico y metodológico del Instituto de las Naciones Unidas para la Formación y la Investigación (Unitar) y financiamiento de Suiza.
ANAM ha advertido que el mercurio es altamente tóxico y se encuentra hasta en empastes dentales y desodorantes. De hecho, muchas afecciones de las axilas se deben a la presencia de mercurio en los antitranspirantes, por lo que el consumidor debe usar aquellos que no lo tengan o no le afecten, como los desodorantes orgánicos. ANAM no ha sido específica sobre los cuidados que deben tener los consumidores, solamente ha señalado que los consumidores deben verificar que los productos tengan bajas concentraciones de mercurio
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