Intentan evitar el cierre de la Universidad masónica

“Esta Universidad no se cierra… ¡Se mantiene!”, proclamó el presidente de la Junta Directiva de la corporación, Ricardo Villavicencio, en medio de los aplausos de medio millar de universitarios congregados en los patios de la Escuela de Arquitectura.

Villavicencio anunció sin embargo que “el Claustro Pleno se posterga hasta el jueves”, debido a nuevos antecedentes que surgieron en las últimas horas en torno a la crisis financiera, administrativa y académica que enfrenta la Universidad, creada hace 20 años por miembros de la Gran Logia de Chile.

La crisis que estalló hace 10 meses se refleja en una deuda de 7.500 millones de pesos, según el balance presentado en abril ante el Servicio de Impuestos Internos.

Los nuevos antecedentes a que aludió Villavicencio son documentos bancarios –letras, vale vistas y cheques- además de equipos computacionales que aparecieron ocultos en un subterráneo de la Casa Central, ocupada por los estudiantes desde el miércoles pasado.

El hallazgo fue realizado por los estudiantes que iniciaron la ocupación cuando la Junta Directiva que preside Villavicencio informó en un comunicado que la Gran Logia de Chile resolvió “que se proceda al cierre con dignidad de la Universidad La República”.

El mismo comunicado calificaba la actitud de los líderes de la Masonería como una “resolución definitiva de la Gran Logia de Chile de marginarse de la suerte de nuestra Universidad”.

Desde esta perspectiva, el Claustro Pleno que debió realizarse este lunes para impedir el cierre fue interpretado como un gesto de rebeldía de la Junta Directiva, cuyos cinco integrantes con derecho a voto son masones, pero Villavicencio negó que exista un conflicto con la Gran Logia.

“En la Logia han visto que yo estoy tratando de que la Universidad subsista”, dijo Villavicencio, al ser consultado por Diario Crítico.

“Nosotros pertenecemos a las dos partes y eso lo tenemos muy claro”,  agregó molesto.

En una declaración que publicó el domingo en toda la prensa local, la Gran Logia insistió, sin embargo, en que no mantiene vínculos con la Universidad creada en 1988, como un centro académico “de inspiración masónica”.